En las islas de la abundancia y las temporadas turísticas de recórd, casi 3.000 alumnos necesitaron el curso pasado ayudas 'de emergencia' para pagar comida, material didáctico, libros de texto o actividades complementarias.

Un total de 2.811 niños y jóvenes recibieron en 2016 aportaciones del bautizado como Fondo Escolar de Emergencia Social una cantidad reservada por las consellerias de Servicios Sociales y Educación para atender a los estudiantes con mayor necesidad económica y con problemas para adquirir material escolar o para pagar una excursión, por poner dos ejemplos habituales detectados en los colegios e institutos.

El Govern reparte el dinero (390.000 euros el año pasado) entre los centros fijándose en una serie de criterios, como el tamaño del centro o el número de solicitudes de beca de comedor, que se ordenan según renta. Los centros escolares tienen autonomía para distribuir ese dinero como consideren (no hay mínimos ni máximos) entre los alumnos que detecten que tienen dificultades. La mayoría de centros decide y aprueba el reparto de este dinero a través del Consell Escolar.

No todos los centros han gastado todo el dinero que recibieron: de los 290 colegios e institutos públicos existentes, 80 no lo han utilizado. Así, 120.494 euros de los 390.000 euros presupuestados el curso pasado han quedado sin gastar.

Ante esto, ambas conselleries concluyen que "la reserva del Fondo ha resultado más que suficiente". Para este curso, el presupuesto del Fondo Escolar de Emergencia Social será de 230.000 euros.

"Hay zonas con la economía más fuerte que otras, pero prácticamente en todos los centros hay alumnos con necesidades", indicó el director general de Comunidad Educativa, Jaume Ribas.

Y también hay niños con necesidades en la escuela concertada, admitió el conseller de Educación, Martí March, quien indicó que pese a ello los estudiantes de los colegios concertados vuelven a quedar excluidos de estas ayudas por un motivo "jurídico". March aseguró que no descartan incorporar a los centros concertados a este Fondo en un futuro, pero que tienen que buscar la fórmula administrativa idónea. "La vía de la subvención no nos parece adecuada", apuntó la responsable de Asuntos Sociales, Fina Santiago, quien detalló que han detectado que en los barrios "más cohesionados" se han producido menos demanda de ayudas.

"Hay situaciones de emergencia social que con frecuencia interfieren gravemente en el proceso de escolarización", indicaron los responsables de ambas consellerias ayer.

Martí March subrayó que "la desigualdad social afecta al rendimiento" de los chavales mientras que Fina Santiago incidió en la necesidad de conseguir "una escuela más equitativa".