La detección de numerosos casos de árboles afectados por la bacteria xylella fastidiosa obligará a arrancar cientos de hectáreas de árboles frutales en Mallorca. La Unión Europea es clara e inflexible: su normativa estipula que por cada caso detectado deben ser arrancados todos los árboles y plantas susceptibles de ser infectados en un radio de 100 metros a la redonda. Es decir, por cada detección deben ser devastadas tres hectáreas de campo. De momento, la conselleria de Medio Ambiente ha informado de 11 casos de la bacteria xylella detectados en las islas, pero otras fuentes hablan de docenas de positivos de los que aún no se ha informado oficialmente.

De hecho, este es el protocolo de cuarentena que ya se ha tenido que aplicar en la isla después de que el pasado mes de octubre se encontraran dos casos de xylella en cerezos y adelfas de un vivero de Porto Cristo, en Manacor. En un radio de 100 metros desde el caso detectado han tenido que ser talados todos los árboles, y en un radio de 10 kilómetros, el servicio de Sanidad Vegetal del Govern ha tenido que recoger muestras de todos los cultivos. El positivo por la bacteria en una de las muestras obliga a reiniciar el protocolo: arrasar todo en un radio de 100 metros, y tomar muestras en un radio de 10 kilómetros.

El objetivo de esta medida, aprobada en 2015, es atajar una plaga que afecta a todo tipo de árbol frutal, desde almendros, olivos o viñas hasta cítricos, y que empieza dejando las hojas amarillentas y acaba secando y matando el árbol. Un insecto transporta la bacteria, que tapona los vasos conductores impidiendo el paso del agua y condenando al árbol.

Primera comunidad en España

Balears es la primera comunidad de España en tener casos positivos de esta bacteria que ya se ha detectado en Alemania o en Francia, principalmente en la Costa Azul y en la isla de Córcega, y que ha hecho estragos en Italia. En la la comarca de Salento, en la región italiana de Apulia, se encontró por primera vez esta plaga en Europa. El protocolo de cuarentena en esta región se ha saldado con más de dos millones de olivos talados y su aplicación se encontró con la resistencia de colectivos ecologistas y agrarios, que trataron de impedir la tala de árboles centenarios y que incluso llevaron la normativa a la justicia.

Precisamente, el pasado junio, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) falló a favor de la normativa defendiendo el principio de cautela en el que se basa el procedimiento marcado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés). La tala de los cultivos no tiene ninguna compensación para los agricultores y, en caso de oponerse a la medida, la normativa marca sanciones mediante las cuales deben sufragar los costes de los trabajos de tala de sus campos.

Por su virulencia y por las consecuencias, el precedente del campo italiano preocupa ahora a los payeses del archipiélago ante la detección de casos de xylella.

La patronal de centros de jardinería y viveros, Feim Verd, ya criticó las duras medidas impuestas por Bruselas para el control de la xylella después de que se pusieran en práctica en el vivero de Porto Cristo, en el que se detectó el primer caso de la bacteria en Mallorca. Feim verd criticó la confiscación y quema de especies por "la gran alarma" generada.

Madrid toma medidas

El conseller de Medio Ambiente, Vicenç Vidal, que el sábado pasado recordó que Balears es un "sistema insular" y que, por ello, pidió "responsabilidad al resto del Estado a la hora de aplicar el protocolo de control", se reúne hoy con organizaciones agrarias y responsables de las diferentes administraciones para informar de las medidas a tomar como reacción a la detección de la plaga, así como de la última hora de la propagación de la bacteria.

El sábado el conseller informó de la detección de numerosos casos de la bacteria xylella después de que el ministerio de Medio Ambiente emitiera una orden para impedir la exportación de todo tipo de vegetales de Mallorca para su plantación, como primera medida ante la plaga. Madrid respondía así de urgencia a la "aparición de nuevas y numerosas sospechas de posibles brotes que, de confirmarse, significarían la dispersión de la enfermedad pot todo el territorio" del archipiélago comunicada por la Conselleria.