Siguen las críticas a la reforma del alquiler turístico. Y cada vez son más duras. Tras la avalancha de alegaciones contra la nueva regulación que impulsa el vicepresident y conseller de Turismo, Biel Barceló (Més), la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma salía ayer a escena para declararse "indignada y decepcionada" y cargar contra "la falta de sensibilidad política del Govern, que ha ignorado totalmente a los vecinos", al "no hacer posible" que participen en la redacción de ninguno de los artículos de la nueva ley turística.

El movimiento vecinal se alinea con los hoteleros y los ecologistas en un amplio frente contrario al alquiler a turistas en pisos de edificios residenciales. "La Federación se opondrá frontalmente al alquiler vacacional en edificios plurifamiliares, no solo del centro de Palma, si no también en el resto de la ciudad", avisan con claridad, en un comunicado firmado por el presidente del colectivo, Joan Forteza.

En las agrupaciones de vecinos de Palma razonan que el arrendamiento masivo en zonas residenciales "favorecerá la masificación turística y causará irremediablemente gentrificación", dicen, en referencia al concepto que define el desalojo de los residentes de las zonas más atractivas de la ciudad, como consecuencia del alquiler turístico y las dificultades para acceder a la vivienda que genera.

"El encarecimiento de los precios hará casi imposible tanto de alquiler como de compra de vivienda, y derivará en una fuerte crisis social en la que nuestros jóvenes se llevarán la peor parte", sostienen en la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma, que subrayan así uno de los argumentos que más destacan los hoteleros y colectivos ecologistas como el GOB.

Como otros muchos colectivos que estos días se expresan contra los planes del Govern para permitir el alquiler turístico (con límites y condiciones), el movimiento vecinal teme que Mallorca sea víctima de la saturación favorecida por el alquiler y los excesos hoteleros en otros puntos del mundo. "De ninguna manera queremos que nuestra ciudad se convierta en una segunda Eivissa o que sufra el efecto Venecia", aseguran, en referencia a la saturación límite que el último verano provocó que en las Pitiüses no hubiese vivienda ni para alojar a todos los trabajadores del sector turístico.

La federación denuncia además la creciente especulación urbanística de "grupos inversores" con intereses turísticos y anuncian que pedirán al alcalde de Palma "la exclusión total del alquiler turístico en viviendas residenciales en bloques plurifamiliares".