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Entrevista

Fernando Grande-Marlaska: "La corrupción es tan peligrosa como el terrorismo, una gangrena"

"Desgraciadamente, la experiencia con ETA ha convertido a España en un referente en la lucha contra el yihadismo"

Fernando Grande-Marlaska.

Desde que, entre sus primeras causas, le repartieron el crimen de los marqueses de Urquijo, la carrera de Fernando Grande-Marlaska (Bilbao, 1962) ha estado asociada a la actualidad. Vocal del Poder Judicial y presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, el magistrado atiende a DIARIO de MALLORCA horas antes de presentar, hoy a las 19 horas en el Colegio de Abogados, Ni pena ni miedo. Un juez, una vida y la lucha por ser quienes somos (Ariel), un libro en el que se desnuda personal e intelectualmente.

-Que el ministro Catalá proponga la mediación a los afectados por las cláusulas suelo, ¿es sintomático de la situación de la Justicia?

-No creo que sea sintomático pero es cierto que en el momento actual un flujo de demandas sobre las cláusulas suelo tendría una incidencia cierta y decisiva en la eficacia judicial. También es cierto que hay que potenciar la mediación, como posibilidad, extrajudicial e intrajudicial, de solucionar los conflictos entre las partes.

-Ha dedicado parte de su carrera a instruir causas contra ETA. ¿Se ha escrito ya el último capítulo de la banda?

-No se ha escrito aún, se escribirá cuando entreguen las armas y se disuelvan. Ese sí lo será, y espero que sea un capítulo breve. Pero el libro sangriento de la banda terrorista está terminado y ha sido el conjunto de la sociedad el que lo ha hecho posible.

-¿Cómo debería contarse la historia de ETA?

-Como la de una organización terrorista que ha querido poner en jaque al Estado de derecho para imponer su visión por medio de la violencia, causando un daño y un dolor importantísimo en la sociedad. Con centenares de muertos, amenazados, secuestrados y gente que tuvo que abandonar su residencia y no pudo disfrutar de sus derechos.

-¿Es eficaz el sistema policial y judicial contra los yihadistas, que están dispuestos a morir para matar?

-Sí. El yihadismo es una de las preocupaciones más grandes a día de hoy en España y en todo el mundo occidental, pero tenemos los medios legales, la cooperación internacional y a gente muy preparada en las fuerzas y cuerpos de seguridad y en los órganos judiciales. España está siendo un referente internacional, desgraciadamente por la experiencia con ETA. Son terrorismos distintos pero ambos no son más que una expresión de ideología fanática con la violencia.

-Salas Carceller, magistrado del Supremo, defiende que la violencia de género no es un problema de educación sino de la maldad del ser humano y de la mayor fuerza del hombre. ¿Está de acuerdo?

-La violencia de género es evidentemente un problema de educación, de los roles que, fuera de cualquier razón objetiva, se atribuyen al sexo masculino y al femenino. Se debe al papel subalterno que se atribuye a la mujer y no a cualquier otra circunstancia, aunque siempre hay un sustrato de maldad en la violencia de género.

-Está a punto de conocerse el fallo del caso Noós, que podría condenar a la infanta Cristina.

-Como vocal del Poder Judicial solo puedo decir que tenemos que ser respetuosos con la sentencia como en cualquier otro caso, y confiar en la Administración de Justicia. Independientemente de cuál sea el fallo, se dictará por un tribunal imparcial e independiente conforme a las pruebas practicadas.

-El caso se suma a otros tantos de corrupción registrados en los últimos años. ¿Son un reflejo de nuestra sociedad?

-No es cuestión de si tenemos o no los políticos que nos merecemos. La corrupción ha sido un problema -y creo que hay que intentar hablar en pasado- muy importante y relevante. Tan peligrosa para el Estado de derecho es la corrupción como el terrorismo, es una gangrena y la manifestación de la mayor deslealtad hacia al Estado de derecho, porque son representantes elegidos por la ciudadanía y que se valen de la propia ley para defraudar. Influyen circunstancias muy variables, pero hay una necesidad de construir valores definidos desde la infancia: la ética pública, la igualdad, la libertad, la seguridad, también el respeto a la res publica, donde todos convergemos para desarrollarnos plenamente.

-¿Los aforamientos son un privilegio?

-Depende del alcance. La finalidad del aforamiento es evitar que cualquier interposición de una querella sin sustento contra una autoridad o representante público en el ejercicio de sus funciones pueda ir destinada con mala fe a evitar el desarrollo de la Administración, y que sea un tribunal en cierto modo especializado el que tenga conocimiento. Más que proteger a la persona pretende proteger a la institución, evitar que se judicialice la política. Eso no genera impunidad ni privilegio, pero sí tenemos que tener una cultura de límites y no aplicar una política expansiva como existe en este país.

-Ha titulado su libro Ni pena ni miedo. ¿Se puede vivir así?

-Se debe vivir así, actuar como entendemos que es necesario y preciso, sin miedo a las consecuencias y sin que el pasado te frene.

-¿Su escritura le ha servido para librarse de "la dictadura de la mirada ajena"?

-Después de escribirlo, le comenté a una amiga que el libro me daba vértigo porque me desnuda no solo sobre cuestiones personales, sino también intelectuales, y me contó que su suegro de 80 años, que siempre había sido muy cauteloso, empezó a hablar con libertad de muchos temas porque decía haberse librado de la dictadura de la mirada ajena. En cierta manera el libro era un ejercicio para aprender a librarme de esa dictadura.

-¿Cómo se consigue eso?

-Siendo uno consciente de cómo es, de sus virtudes y sus defectos, aceptándose y enfrentándose a la vida. Lo primero es aprender a conocerse uno mismo, y vivir conforme a cómo somos. Yo no debo y no quiero ofender a nadie, pero la única forma es vivir como uno entiende y decir y actuar como uno cree y como uno piensa.

-¿Cómo le ha afectado el hecho de saberse objetivo de ETA?

-Creo que no me ha afectado. Cuando estabas en el País Vasco y eras juez allí, no era raro ser objetivo de ETA, y en la Audiencia Nacional tres cuartos de lo mismo. No es agradable pero, siendo racionales, no era inesperado.

-Su madre le rechazó durante seis años por su condición de homosexual.

-Cuando te ocurre esto con quien es, ha sido y será, aunque ya ha fallecido, mi referente, incluso durante los años de separación, te afecta, te endurece, te genera callo en el alma y en el corazón. Nunca serás igual. Es muy duro, no te hace mejor. Me ha fortalecido pero no es positivo. Son cosas que nos hacen distintos pero no mejores.

-¿Somos homófobos?

-No, no, no. Cuando se aprobó la ley del matrimonio igualitario, en 2005, los partidarios en las encuestas eran más del 63 o 64 por ciento, y de eso hace más de diez años. Lo que pasa es que sí hay un porcentaje de gente realmente homófoba, como demuestra la comisión de delitos con la orientación sexual y la diferencia como causa principal.

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