Los profesores de Religión Católica de las islas exigen tener derecho a cobrar complementos salariales como los sexenios, como lo tienen también los interinos según han decretado ya varias sentencias y ha reconocido la propia conselleria de Educación. La lucha del sindicato USO llegó ayer al TSJB. El juicio ha quedado en pausa tres días, a la espera de un documento que Educación quiere presentar como prueba.

Daviu Sánchez, representante del comité de Religión, explicó a este diario que la mayoría de los 175 profesores de esta asignatura que ejercen en Balears tienen muchos años de experiencia -"Algunos más de 20", aseguró- con lo que son muchos los que tendrían derecho a percibir al menos un sexenio, lo que supone un incremento salarial de entre 80 y 100 euros. El segundo sexenio es de 120 euros. Sánchez indicó no entender por que sí se les reconoce el derecho al trienio y no al sexenio.

El sindicalista expuso que en el juicio la Conselleria argumentó que los profesores de Religión entran en la categoría de personal laboral, como también lo son los profesores del British Council que llevan a cabo programas en centros públicos y no cobran sexenios.

Sánchez lamentó que históricamente su colectivo "tiene que pelearlo todo" en los tribunales y recordó que todas las mejoras para este colectivo "se han logrado a golpe de sentencia".

En el caso del actual Govern, el sindicalista lo achacó a la "actitud hostil" de una conselleria de Educación que, recordó, ha acometido un ERE contra este colectivo que ha supuesto la reducción de jornada de 80 profesores, además de cambios de destinos. El ERE fue impugnado por USO y el juicio también debía comenzar ayer, pero finalmente se pospuso ya que Educación lo ha vinculado a otros recursos y conflictos abiertos y debe replantearse la causa.

La Conselleria argumenta que la LOMCE fija que el mínimo obligatorio de enseñanza de Religión es de 45 minutos semanales frente a los 90 minutos que se impartían con la normativa anterior y recuerda que este Govern ha fijado un mínimo de 60 minutos, dejando en manos de los centros la posibilidad de dar más.