Los aeropuertos de Balears están generando cada año más de 1.150 millones de euros en tasas aeroportuarias, dinero que entra en la caja de la empresas estatal semipública AENA para no volver nunca a las islas. De ahí que el Govern de Francina Armengol (PSIB), respaldado por colectivos e instituciones como la Cámara de Comercio de Mallorca, los ayuntamientos y los sindicatos, haya transmitido hoy a representantes del Gobierno central la propuesta de las islas para que rebajen un 2,6% las tasas aeroportuarias durante los próximos cinco años. Según el conseller balear de Movilidad, Marc Pons, la medida supondría un ahorro para los pasajeros de los aeropuertos de Mallorca, Menorca y Eivissa de 150 millones de euros hasta el final de 2021.

El cálculo, publicitado por el Govern, pero elaborado con datos de las principales asociaciones de aerolíneas, desnuda otra realidad de la que ya no informan en la empresa semipública que gestiona los aeropuertos españoles, AENA: los más de 37 millones de viajeros que pasan al año por los aeropuertos de Mallorca, Eivissa y Menorca están pagando cada ejercicio más de 1.150 millones de euros en tasas aeroportuarias. Esa carga la abonan por igual los residentes insulares y el resto de viajeros, toda vez que la empresa semipública AENA es, irónicamente, la única que no aplica a sus tarifas el 50% de descuento de residente por volar, subvención que depende del mismo departamento que la propia empresa aeroportuaria: el Ministerio de Fomento.

La rentabilidad de los aeropuertos baleares para el Estado es tal que se ha convertido en el mayor obstáculo para que las islas consigan un objetivo perseguido durante dos decenios: participar directamente en la gestión de sus aeropuertos, los más lucrativos de una red de AENA que hace un año y medio está en un 49% en manos de accionistas privados. La consecuencia de este choque de intereses es que pocas veces los objetivos de AENA se alinean con los de la sociedad balear, que vive paradojas como que de los 200 millones en beneficos que obtienen los aeropuertos de Balears menos de 50 retornen para inversiones en las infraestructuras de unas islas que este verano vivieron al límite, sufriendo en sus aeropuertos los mayores retrasos de la red aérea europea.

En el Govern son perfectamente conscientes tanto de la rentabilidad de las terminales aéreas baleares como de la falta de peso en la toma de decisiones, aunque el conseller Pons asegura que van a seguir presionando para lograr, por ejemplo, que las tasas se bajen un 25% durante la temporada baja, en vez del 20% de rebaja actual. "No tenemos capacidad de decirle al Gobierno de España lo que debe hacer con las tasas, ya nos gustaría, pero los aeropuertos son infraestructuras clave para nosotros y para nuestra economía, por lo que vamos a seguir presionando y reclamando. Y no solo lo haremos nosotros: en las próximas horas el Gobierno central se reúne con el de Canarias y van a seguir nuestra senda, pedir una rebaja de tasas. Vamos a hacer lobby para presionar al máximo", recalca Marc Pons.

Tiene de su lado también a la Comisión Nacional de Mercados y Competencia, que emitió un informe en el que reclamaba a AENA una rebaja de tasas del 2,02%, recorte un poco menor que el que impulsa el Govern (2,6%). Aunque a Competencia le pasa como al Govern: su informe no es vinculante. Así que el Gobierno central mantiene su firme intención de seguir haciendo caja con las aeropuertos semipúblicos, y en vez de bajar tasas, mantenerlas. "No estamos de acuerdo. Tasas más bajas suponen más oportunidades para Balears, para sus ciudadanos y para su economía. Al bajar el coste final de los billetes de avión y mejorar nuestra competitividad como destino turístico se facilita la creación de empleo", insiste el conseller Pons, que sabe que a esta batalla acude con el apoyo expreso de todas las sensibilidades de una sociedad balear que quiere beneficiarse también de albergar los aeropuertos más rentables.