­Las localidades de Campos y Porreres se convirtieron ayer en el epicentro de las inundaciones que afectaron a toda Mallorca. Permanecieron más de diez horas incomunicadas a raíz de que todas las carreteras que llegaban a estos municipios se habían convertido en un auténtico río de agua y barro. El desbordamiento de hasta ocho torrentes de la comarca fue el principal motivo de la riada que llegó a primeras horas de la mañana de ayer y dejó a centenares de vecinos sin poder salir de sus casas, los colegios suspendieron las clases y más de 40 conductores se vieron atrapados en las carreteras, embestidos por la ola de agua y barro. Algunos de ellos tuvieron que ser rescatados de sus vehículos con excavadoras y tractores y acercados hasta una zona seca. Los 150 litros por metro cuadrado, caídos durante la noche de ayer en algunos puntos de la comarca, provocaron el desborde de los torrentes.

El nivel del agua empezó a subir de forma preocupante en Campos sobre las 6:00 horas de la mañana. En ese instante el torrente de Son Bernadinet, que viene de Porreres; el de Cas Concos, que nace en la falda de Sant Salvador (Felanitx) y el torrente de Es Monjos, situado entre Porreres y Campos, no pudieron soportar el caudal de agua caído durante la noche y se desbordaron. En cuestión de media hora las carreteras de acceso y salida de Campos y Porreres se convirtieron en el cauce de la riada. En algunos tramos se llegó a contabilizar más de metro y medio de agua, aseguró Cosme Tortell, camionero que tuvo que dejar su vehículo y ser rescatado por una excavadora.

Las principales calles de Campos ya estaban inundadas y ello impidió que mucha gente pudiera salir de sus casas para acudir al trabajo o llevar a sus hijos a los centros escolares. Los colegios y el instituto Damià Huguet decidieron suspender las clases ante las dificultades de alumnos y profesores para poder llegar hasta las aulas. Pese a ello, aún estaba por llegar la hora más crítica. A los torrentes procedentes de Porreres y Felanitx se unieron, sobre las 9:30 horas de ayer, otros dos importantes cauces procedentes de Llucmajor; que terminaron de anegar las localidades y aconsejaron cortar las carreteras. Estos torrentes son el de es Gomeles y el de sa Comuna, que se desbordaron sobre la carretera Llucmajor-Campos (Ma 19) y dejaron incomunicado el pueblo. En sa Ràpita, los torrentes de sa Vinyola y de Son Catlar unieron la playa con el campo a raíz del enorme caudal de agua que transportaban.

Sin embargo y pese a las imágenes espectaculares en diferentes campos y rotondas del municipio, no hubo que lamentar víctimas ni daños demasiado acusados en casas particulares. De hecho los vecinos de las calles de n'Amer y es Convent, ya respiraban tranquilos sobre la 13,30 horas, sin apenas rastros del pequeño torrente de agua marrón de primera hora y apenas un par de ellos achicaba agua de la propia calle a las alcantarillas próximas. El alcalde de Campos, Sebastià Sagreras, fue informando desde las nueve de la mañana de los que iba sucediendo a través de su facebook, alertando de las carreteras cortadas.

Magdalena Oliver y Toni Julià estaban en su casa de campo cuando creyeron que el empuje del agua había amainado. "Salimos hacia Campos y nos encontramos que la carretera en dirección a Santanyí todavía parecía un río. Una excavadora nos ha acercado hasta el municipio y después iremos a buscar el coche", aseguraron. Por su parte, Joan Vidal y Marc Lladó recordaban que "las inundaciones de 1989 fueron más fuertes y provocaron más daños que las de ayer en el municipio". De la misma opinión eran Toni Vidal y Toni Puigserver. El primero es voluntario de Protección Civil y aprovechó su día libre "para venir a ayudar en la coordinación de los trabajos, ya que ha habido momentos difíciles". Toni Puigserver apuntaba que en 1989 tuvo que esperar dos días para poder acceder a su finca situada en la carretera de Santanyí. Antoni Sala regenta un taller mecánico en Campos. Aseguró que había recibido "incidencias de más de siete vehículos averiados por el agua" en la jornada de ayer.

En Porreres, las lluvias dejaron inundaciones en diversos sótanos y solares cercanos al torrente. De esta forma diversas empresas se vieron afectadas, así como garajes como el de Ricardo Gámez, un vecino porrerenc cercano al Hiper Centro, que mediante una pequeña bomba iba achicando el nivel del agua (unos 40 centímetros) mientras ponía a salvo diversos enseres. El Ayuntamiento, además de suspender el pleno ordinario previsto para anoche y atrasarlo hasta hoy por motivos meteorológicos, avisó del cierre durante una jornada tanto de la piscina como del gimnasio. En Felanitx también muchas calles estuvieron anegadas durante buena parte de la mañana, al igual que en las localidades de Santanyí y ses Salines.

Al noreste de Campos y Porreres, en Cala Murada (municipio de Manacor), los Bombers de Mallorca tuvieron que auxiliar a dos vecinos de la avenida Occitània, debido a pequeñas inundaciones en unas habitaciones situadas junto al torrente. El núcleo, eso sí, sufrió hasta tres cortes del suministro eléctrico a lo largo de la mañana.

En Sóller se produjo el derrumbe de un bancal sobre la carretera de Deià, a primera hora de la mañana, a la altura de Can Bleda. Asimismo, se procedió al cierre del paseo peatonal de Ca les Ànimes por temor al desbordamiento del torrente de Biniaraix. También se cerró el camino de la Font de s´Olla per el derrumbe de un tramo de la calzada.

Por su parte, en Marratxí uno de los vestuarios del campo de futbol de Son Caulelles, a raíz de la intensa lluvia, quedó inundado y lleno de césped artificial. El agua alcanzó los 12 metros de altura en su interior. La carretera que une Sa Cabaneta con la carretera de Sineu, conocida como Sa Comuna, también fue cerrada al tráfico.