La salud mental de las mujeres resiste mejor el impacto de la crisis económica que la de los hombres. Esta es la principal conclusión de un estudio de la Universitat de les Illes Balears (UIB) y la Universidad de Zaragoza que además confirma la importancia del paro y la pérdida del trabajo en las enfermedades mentales que sufren los hombres.

Con la excepción de la dependencia del alcohol y la bulimia nerviosa, la prevalencia de las enfermedades mentales aumentan en ambos sexos durante la crisis, pero ese impacto es mucho mayor en hombres. Ellos, por ejemplo, son más proclives a la depresión, a los trastornos de ansiedad generalizada y a los trastornos multisomatomorfos, es decir a aquellas enfermedades que los pacientes relatan al médico de cabecera como dolores, inflamaciones, náuseas o vértigos sin advertir que no poseen un origen orgánico, sino psíquico.

Los resultados de la investigación de Margalida Gili, Miquel Roca, Emilio López-Navarro, Clara Homar, Capilla Navarro y Mauro García-Toro indican que la crisis económica afecta de manera diferente a la salud mental de los hombres y las mujeres, según los casos estudiados por los autores en las consultas de atención primaria durante los años de la gran recesión. Y ese es precisamente su aspecto más novedoso.

La pérdida del trabajo especialmente en los hombres es un factor predictivo de determinados trastornos mentales. Según el estudio tiene los mismos efectos en los procesos depresivos y en los transtornos de ansiedad generalizada que la crisis económica.

¿Por qué estas enfermedades afecta más a hombres que a mujeres? Los investigadores sugieren que la razón hay que buscarla en los diferentes papeles y posiciones sociales que han asumido hombres y mujeres a lo largo del tiempo. Y explican que, en sociedades como la española, la identidad masculina se ha construido a lo largo de los años sobre un trabajo o profesión. Aunque también apuntan que esta no es una conclusión cerrada.