La exsecretaria del anterior obispo de Mallorca, Sonia Valenzuela, relató ayer al juez de violencia sobre la mujer que llevaba 25 años sufriendo malos tratos psicológicos de su exmarido, Mariano de España, si bien hasta ahora no había tenido la valentía de denunciar la situación.

La mujer, que fue acusada de mantener una relación amorosa con el obispo Salinas, acudió ayer al juzgado para declarar como denunciante. Durante cerca de dos horas contestó a las preguntas que le formuló no solo el juez, sino también su abogada y la defensora de su exmarido. Sonia Valenzuela, que en ningún momento tuvo contacto con Mariano de España en los juzgados, había presentado anteriormente un escrito en el que detalló episodios de su vida matrimonial.

La mujer ratificó e incluso amplió el relato que realizó en su denuncia. Explicó que antes de conocer a quien después se convirtió en su marido era numeraria del Opus Dei. La religión católica era un principio irrenunciable en su vida y si aceptó casarse con Mariano de España fue porque, entre otras cosas, él la convenció de que también era un católico muy devoto, pero después descubrió que no era cierto. Mariano de España, que fue quien denunció al obispo ante el Vaticano, contrajo matrimonio con Sonia Valenzuela solo nueve meses después de que ambos se conocieran. Se vieron por primera vez en Sevilla. La pareja fijó su residencia en la finca que él posee en Valldemossa, que ella abandonó hace poco tiempo después del escándalo que protagonizó con el obispo, que supuso el punto y final a los 25 años de convivencia.

La mujer, además de su relato, también entregó un informe psiquiátrico elaborado hace más de diez años y detalló la obsesión sexual de su marido, que iba en contra de sus principios religiosos. También contó que su expareja era un hombre violento. Tenía costumbre de alzar la voz y si bien nunca la agredió, solía ser muy enérgico en las discusiones que mantenía. Según su relato, la exsecretaria del obispo, antes de que se destapara el escándalo con el religioso, acudió al Institut de la Dona para denunciar a su entonces esposo, que en ese momento ya sospechaba que ella tenía una relación íntima con Javier Salinas.

La pareja ya ha formalizado el divorcio, pero antes se alcanzó un acuerdo económico. De hecho, Mariano de España tuvo que darle dinero a su expareja para que abandonara el domicilio conyugal, ya que se trataba de una finca heredada de su familia.

El marido negó cualquier episodio de violencia verbal y mucho menos que hubiera maltratado psicológicamente a su expareja, más allá de alguna disputa matrimonial. Uno de los temas que se trató en la declaración fue la obsesión religiosa de su esposa, que pretendió en un momento determinado que sus tres hijos entraran en el movimiento de los Legionarios de Cristo, decisión a la que él se opuso al no estar conforme con los principios que defendían. Esta situación provocó más de una discusión familiar.

Mariano de España mantuvo que si era cierto que su exmujer había sufrido un calvario durante el cuarto de siglo que había durado su matrimonio, no entendía por qué no lo había denunciado antes y había aguantado esta situación durante tanto tiempo.