Francina Armengol, presidenta del Govern, se desplazó ayer a Barcelona para certificar su buena sintonía con el Govern de la Generalitat de Cataluña. Se reunió durante más de una hora con su homólogo catalán, Carles Puigdemont, y ambos diseñaron estrategias conjuntas para luchar contra lo que llamaron "maltrato financiero" que sufren ambas comunidades por parte del Gobierno del Estado.

Ambos Ejecutivos difieren en la forma de actuar. Mientras Armengol quiere aprovechar al máximo la conferencia de presidentes organizada por Madrid para reclamar la llegada de más dinero, Puigdemont considera que no deben asistir a dicha conferencia convocada para el próximo 17 de enero. Sin embargo, sí que trabajarán de forma conjunta los resultados de la comisión bilateral, formada por ambos ejecutivos y presidida por el catedrático de Economía Guillem López Casasnovas, para buscar una mejora en el sistema de financiación. La presidenta balear se comprometió a utilizar las cifras de esta comisión y trasladarlas a la conferencia de presidentes autonómicos del 17 de enero.

La presidenta Armengol destacó las coincidencias con Cataluña en la financiación, por ser dos comunidades que sufren un "maltrato financiero y realizan un elevado esfuerzo fiscal" en el régimen común de la comunidades autónomas. En este sentido, Francina Armengol consideró imprescindible abordar con Cataluña cuestiones tan importantes como pedir la flexibilidad del déficit por parte del Estado. También abogó por la condonación de la deuda pública con el Gobierno y plantear un reparto diferente de los recursos públicos por parte del Gobierno central.

Esta reunión mantenida ayer en el Palau de la Generalitat entre ambos presidentes es la continuación del encuentro celebrado en Palma el pasado mes de mayo y que sirvió para restablecer las relaciones, especialmente en el Institut Ramón Llull.

Armengol y Carles Puigdemont también apuntaron durante el encuentro que ambas comunidades trabajarán de forma conjunta en la potenciación de la lengua propia que las une. La presidenta del Govern calificó la vuelta al Institut Ramon Llull como un "símbolo de normalidad institucional que no se tendría que haber perdido nunca".

Por último, hablaron de la importancia económica del Corredor Mediterráneo para ambas comunidades y el impulso que supone para el tejido productivo. Puigdemont y Armengol unirán esfuerzos para que sea una realidad.