Más competencia, más frecuencias, más oferta de vuelos, pero precios más caros. Mucho más caros. El cielo mallorquín desobedece las leyes del mercado, esas que en su ortodoxia dictan que cuando la competencia aumenta y la oferta se multiplica, las tarifas bajan. Salvo en las islas: Balears y sus conexiones aéreas son una excepción. Al menos en Navidad. Y sobre todo esta Navidad, que ya pasa a los registros históricos como la más cara para volar.

Lo constatan los datos ilustrados sobre estas líneas. No tienen precisión científica, aunque sí una metodología constante que convierte el experimento en referencia fiable. Desde hace cinco años, este diario busca las tarifas más baratas para volar desde la isla a algunos de los principales destinos de la península, siempre en los mismos días navideños, y siempre con la misma antelación. El resultado esta vez arroja dos grandes conclusiones, las dos igual de preocupantes para el consumidor: los precios son más altos que nunca como siempre.

Pero por partes. Primera conclusión: la Navidad 2016 marca un nuevo máximo en los precios, con casi todas las rutas por encima de sus anteriores tarifas más caras. De hecho, el techo de tarifas precedente corresponde a las fiestas de 2014, pero entonces el coste medio de un viaje de ida y vuelta (sin aplicar descuento de residente) entre los días 23 y 27 de diciembre fue de 325 euros, que ahora son ya 330 euros, un 3,5% más.

La segunda conclusión es reincidente. La reflejan los datos y la corroboran tanto las agencias de viajes como la asociación que las agrupa y los consumidores consultados estos días en el aeropuerto, que coinciden en el diagnóstico: las aerolíneas aprovechan la Navidad para sacar tajada, con precios que duplican e incluso triplican los que se cobra de media en las mismas rutas en otras fechas del año.

La cuesta de diciembre

Para medir este fenómeno, Diario de Mallorca toma cada año los precios para volar en Navidad si se reserva a principios de noviembre, es decir, con seis semanas de antelación. ¿Qué ocurre? Pues que es más barato, claro. Aunque lo llamativo no es tanto que la previsión ahorre dinero, algo que ocurre en casi cualquier fecha, como que la reserva con antelación permite pagar la mitad o menos de lo que acaba costando si se compra en diciembre. O dicho en cifras: hace un mes, el precio medio por viajar desde Palma a los principales destinos de la península en Navidad era de 210 euros (ida y vuelta, sin aplicar descuento de residente), que hoy ya son los 330 euros citados, es decir, un 59% de subida en solo cuatro semanas. Eso sí que es una cuesta para el consumidor, y no la de enero.

Y ese 59% es el encarecimiento medio. Si se analiza el mercado ruta a ruta, algunos destinos han multiplicado por dos sus tarifas más económicas. Es el caso de los dos enlaces más transitados, los de Madrid y Barcelona, que son también los más baratos, como consecuencia de una pugna entre aerolíneas más intensa de lo habitual. Pero ni la batalla por los clientes evita que la proximidad de esos viajes navideños tantas veces inexorables dispare el coste de los billetes.

La historia se repite fuera de las dos grandes conexiones, aunque el resto de rutas son mucho más caras, con lo que el margen para que los precios lleguen a duplicarse es menor. El resultado es que las tarifas se han incrementado entre un 40 y un 80% durante el último mes en conexiones como Bilbao, Valencia, Sevillla o Málaga . Si se echa la vista más atrás, al año pasado, todas las rutas son esta Navidad más caras, con la excepción mínima de Bilbao (donde se mantienen unas tarifas que figuran entre las más elevadas del mapa nacional) y de Barcelona, donde la competencia sí se ha recrudecido de verdad con la entrada en liza de la aerolínea de bajo coste Norwegian.

La versión de las aerolíneas

La explicación que dan las aerolíneas a esa subida generalizada es doble. De un lado, dicen, el combustible lleva meses encareciéndose. Razón tienen: ha subido un 15% respecto al año pasado, mientras los precios de los billetes se elevaban un 3%. Y además, añaden, la recuperación económica balear está incidiendo al alza en el consumo, con lo que también crece la demanda y están en condiciones de cobrar más por los billetes. "El sector lo ha pasado muy mal y solo ahora empezamos a recuperar rentabilidad perdida. Aunque poco a poco, porque la competencia es muy dura", explica un directivo de Vueling, que recalca que hoy la pelea por los clientes permite poca alegría a la hora de subir precios.

Y aún así los billetes no bajan, nuevamente negando el funcionamiento ortodoxo de un mercado aéreo que en los últimos años ha cambiado de nombres y modelos de negocio, pero no de tendencia tarifaria. Aerolíneas tradicionales como Iberia y la casi desaparecida Air Berlin pintan cada vez menos, mientras Vueling y Vueling yRyanair, con Norwegian de momento peleándoles solo los enlaces de Madrid y Barcelona. Paradójicamente, el dominio de las low cost no está suponiendo que los residentes de las islas paguen menos por volar. O no en las fechas más señaladas. Otra cosa es el resto del año: fuera de los momentos más populares del calendario, en el día a día cotidiano, volar sí es más barato en estas aerolíneas con costes de plantilla y producción más bajos.

Al menos cuando la conexión es directa. Que de ahí viene el último golpe al viajero navideño: quienes tienen que hacer escala sufren especialmente la subida de los precios en estas fechas, acentuada por la única empresa para la que el descuento de residente no existe, la sociedad semipública estatal AENA, que cobra sus tasas en cada escala y sin recortar ese 50% de descuento insular que el propio Estado sí obliga a aplicar a las aerolíneas. El espíritu de la Navidad coge vacaciones en el mundo de los negocios. Incluso en el cielo.