Esta semana se ha cumplido un año desde que tomó posesión como director general de IB3. Aunque el último Estudio General de Medios (EGM) le ha regalado recientemente los mejores datos de audiencia para IB3 Ràdio, con 40.000 oyentes, los audímetros llevan castigando a la televisión desde que llegó. En un año se ha pasado de un 4'2 a un 2'7 por ciento de media de share. Su apuesta por devolver el catalán a las películas y los nuevos programas siguen sin despegar; y pese a que desconfía de la medición de las audiencias, los films volverán a ofrecerse también en castellano y en versión original y un magazín protagonizará las tardes de la cadena. Andreu Manresa (Felanitx, 1955) confía en que la nueva programación en 2017 permita a la televisión remontar el vuelo. Pero da un aviso a navegantes: "No estoy aquí para conseguir audiencia a cualquier precio".
-¿Cómo explica a los ciudadanos de Balears que estén pagando más de 30 millones de euros por una televisión que ve menos de un 3% de la audiencia?
-Los informativos tienen entre un 13 y 15 por ciento de audiencia el mediodía. A lo largo del día cerca de 190.000 personas pasan por IB3 y unas 90.000 miran los informativos. IB3 es necesaria porque es el único medio que puede hacer cobertura interinsular, con independencia y con neutralidad política. IB3 nació hace once años con presupuestos que alcanzaron los 120 millones y generando una deuda de 80 millones en un año. Ahora con un tercio de ese presupuesto intentamos hacer una programación digna y de calidad. Los ciudadanos, con su complicidad, deben razonar la existencia de la radio y televisión pública.
-Se cumple un año de su nombramiento al frente de IB3 y desde que ha llegado la audiencia de la televisión cae en picado. ¿Qué están haciendo mal?
-Hemos pasado del 4'2 al 2'7 de audiencia. ¿Por qué? Ahora, además de los informativos, emitimos las películas y las series en catalán. La mitad de la población es castellanoparlante. Tampoco podemos pagar 400.000 euros por un partido de futbol cuando con eso podemos pagar dos temporadas de dos programas. La audimetría es importante pero no es vital. No se trata de hacer una televisión de minoría, pero no estoy aquí para conseguir audiencia a cualquier precio. No me voy a volcar en hacer una televisión populista, sino una televisión que nadie rechace o no tenga sintonizada, como hasta ahora pasaba. La crisis de audiencia afecta a todas las televisiones públicas.
-Por partes. Es cierto que la mayoría de las autonómicas bajan, pero IB3 está entre las autonómicas con menos share. Otras, como Aragón Televisión o la TVG, están teniendo audiencias muy superiores.
-Esta semana he hecho una cata para ver qué hacían en estas televisiones y hacen lo mismo. Tal vez algunos formatos más populistas. No vi nada que me diera envidia. IB3 está entre las últimas, pero la mayoría tienen mucha más tradición, de más de 30 años, y más presupuesto. Somos de las más baratas. Nuestro objetivo es tener la complicidad de la ciudadanía. Evidentemente eso lo marca la audiencia, pero que 200 audímetros en una población de 1'2 millones te marquen el futuro...Que se hable de IB3 y haya preocupación por ella es lo que te demuestra que no es irrelevante."La estructura de IB3 es menor que hace un año, pero se podría ajustar. Si fuera por mí, sería distinta"
-En abril hablaba de "caída temporal de la audiencia" y desde entonces hasta ahora ha caído casi un tercio más. ¿Cuándo se va a parar la sangría?
-¿Cuándo? Espero que en el momento en que podamos emitir una nueva programación a partir del 1 de marzo. Ahí se acentuará la programación en directo, la ficción y el entretenimiento.
-Ha dicho que en otras autonómicas vio programas populistas. Precisamente, programas tildados de populistas, procedentes de la legislatura pasada, como Uep, com anam?, Això és mel o Gent de la Mar son los que le salvan ahora las audiencias.
-Durante muchos años se ha hecho una programación para satisfacer a los misteriosos señores que tienen audímetro. Según vemos, la audiencia está acostumbrada a unos contenidos muy similares. Nosotros tenemos que evitar las reiteraciones. Ahora, Gent de la Mar se ha reformulado para abandonar la apología de la gran pesca; Uep, com anam?, tiene ahora un blogger que da consejos de bioética; y Això és Mel ha hecho programas espléndidos, por ejemplo, de Ramon Llull.
-Dice que se han reformulado. Se entienden, entonces, que los mantendrá en su parrilla.
-Claro. A mí estos programas me gustan. Eso sí: sólo comer y fora vila todo el día en la televisión no representa la realidad de Balears. Hemos de conquistar también el público de la capital y de la gente joven. Por eso hemos incorporado programas como Els Entusiastes, que están funcionando .
-Algunos de sus nuevos programas han estado marcados este año por cambios de horario, de formato, e, incluso, de presentadores. Es el caso de Dues Voltes y Ara Mateix.
-Hemos tenido un problema por las tardes. Por dos razones: primero porque desde que los western se emiten en catalán se han estancado. Emitir en catalán tiene que ser una de las razones de existir de esta televisión. Y porque luchamos con Sálvame, que emite durante cuatro horas para quien quiere ver a Belén Esteban, Matamoros y todo esto. A partir de marzo tendremos un magazín por la tarde que buscará tener la fidelidad del público que nos falta.
-Entonces, ¿el Ara Mateix cae?
-Sí. Después del informativo tendremos un concurso, después el magazín y después uno sobre directos, estilo lo que era en parte el Ara Mateix, luego uno de meteorología y medio ambiente y, justo antes del informativo, uno que será Illes y Pobles. Esto será a partir del próximo mes de marzo.
-Parece claro que espacios como Dues Voltes, Zoom o l'Hora D, donde prima la información, son su apuesta de televisión. ¿Los mantendrá en parrilla sea cual sea su audiencia?
-Intentaremos ver qué nos dice la audiencia, pero no sólo los audímetros. Tenemos nuestras propias encuestas de calidad y fidelidad. IB3 no tiene que ser sólo una televisión informativa, pero una de sus razones de ser es la información para construir la realidad.
"Lo planteé al Consejo de Administración [abandonar las audiencias]. Me dijeron que sería más costoso"
-Ha mencionado varias veces que una de las razones de ser de IB3 es que sea en catalán. Sin embargo, ha venido a decir que con la programación en catalán es más difícil tener audiencia y ya ha anunciado que el espectador podrá elegir el idioma de las películas. ¿Ha claudicado?
-Que sea en catalán es una marca de identidad y hay que conseguir que guste a la gente que no está acostumbrada. Evidentemente no es un impulso ya que la mitad de la audiencia es castellanohablante y la gente está acostumbrada a ver televisión en castellano. Influye, pero no es un problema central. Que la gente pueda ver la película en el idioma que quiera no creo que sea claudicar, es una opción de pluralidad.
-Insiste en que 200 audímetros no pueden marcar el futuro. Si son tan poco fiables, ¿por qué sigue IB3 pagando a Kantar Media por su medición?
-Una muestra de 200 audímetros sobre la población de Balears es un modelo poco preciso. Pero no hay otro y de ello dependen las tarifas publicitarias. Lo planteé en el Consejo de Dirección pero me dijeron que hacerlo acabaría siendo más costoso que beneficioso. Es una necesidad de mercado.
-El único competidor de IB3, Canal 4, ahora ya se ve y se oye donde IB3. Sin embargo, no mide sus audiencias. ¿Le preocupa que algún día decida dar el paso y se las pueda comparar?
-Toda competencia es buena, pero estoy muy seguro que tenemos el caballo ganador. IB3 Ràdio ha marcado un hito histórico con 40.000 oyentes. Estoy tranquilo, somos el principal medio de comunicación audiovisual de Balears y podemos demostrarlo.
-Han puesto en marcha un portal de transparencia para que se conozca dónde va el presupuesto de IB3. Sin embargo, sigue habiendo opacidad sobre los sueldos de muchos altos cargos y cargos intermedios de la cadena. ¿Se harán públicos?
-Está en revisión. Esos datos son públicos en otras televisiones. Son sueldos públicos, son cargos públicos y creo que no debe esconderse. No hay ningún gran sueldo, ni ningún privilegiado.
-Siempre se ha hablado de directivos que provienen de la época de Jaume Matas de los que IB3 no puede deshacerse por las elevadas indemnizaciones que tendría que abonar. ¿Tendría usted menos directivos?
-La estructura de IB3 es menor que la que había hace un año. Hay seis personas menos. En cualquier caso, es una estructura que yo he heredado y que creo que para gestionar los 30 millones que ahora se gestionan, se podría ajustar. No hay nadie blindado ni protegido, pero si fuera por mí, la estructura sería distinta.
-Ha creado un nuevo cargo, el de director Transmedia. Pese a que se le eligió por concurso, el nombre de seleccionado, Jaume Perelló, hacía un año que ya sonaba en la prensa. ¿Casualidad? Ha pasado otras veces en IB3.
-El jefe de informativos no sonó, el jefe de deportes no sonó, el jefe de deportes de la radio, no sonó. Los que sonaban, no salieron. Yo quería contar con Jaume Perelló por su experiencia en Televisió de Mallorca y cuando hice la propuesta me dijeron que debía haber un concurso. Él se presentó y un tribunal, en el que no participé, le eligió. Quería que fuera él pero no intervine en su elección.
-Lo que según la presidenta Armengol ya no pasa, son injerencias políticas. ¿No ha recibido nunca ninguna llamada para darle indicaciones del rumbo de la radio o de la televisión?
-No he tenido ninguna reunión con ningún dirigente político, salvo para los presupuestos. Todo el mundo se ha portado de manera exquisita. Que IB3 no haya sido objeto de polémica durante un año por no haber sido independiente o neutral, para mí, como director general, es un éxito.
-Ha tenido que pasar un año para poner en marcha el Consell Assessor de IB3 y ahora tiene seis meses para proponer cómo debe ser IB3. Con la cantidad de decisiones que ya ha tomado usted, no parece que le estén esperando para el nuevo modelo.
-Ya tenemos un proyecto estratégico para esta legislatura. Lo que tiene que hacer el Consell Assessor es otro proyecto. Todo junto debe ir a una propuesta que debe aprobarse en el Parlament.
-Una de las decisiones que ya ha tomado es mantener los informativos externalizados, cuando se había prometido la internalización esta legislatura.
-No había tiempo suficiente para que estuviera resuelto en enero de 2017, que es cuando acaba la contrata. Es un proceso complejo, muy lento y que afecta a 157 personas. Es un tema que, además, requiere debate, y fondos. Personalmente, como periodista, siempre he dicho que es una anomalía que los informativos estén externalizados. De momento, no se ha hecho por falta de tiempo.
-Usted lideró el Sindicato de Periodistas, y además de la internalización, una de sus reivindicaciones era acabar con la precarización laboral en la televisión. Los trabajadores han mostrado su preocupación ante el pliego de condiciones.
-Los trabajadores de informativos no deben preocuparse por los pliegos. Estarán mejor a partir de 2017 que hasta ahora. Es necesario que nadie esté en condiciones ínfimas. Creo que ahora son buenas y estarán mucho más reguladas por las clausulas sociales que exigimos a las productoras. Recibimos quejas de una producción determinada por las condiciones de los trabajadores, hicimos una auditoría y cancelamos la producción, que es una cosa que no había pasado nunca. Ahora crearemos una unidad de supervisión de contratas para que todo el mundo en IB3 tenga las condiciones de trabajo que le toca.
-Para el año que viene tendrá casi 2 millones más de presupuesto. Ha hablado que los invertirá en producción propia.
-Una parte irá a informativos, que pasarán de 6 a 7 millones. Después habrá 700.000, que se sumarán a 300.000 euros que reduciremos en inversión en películas, que irán a ficción. También está la coproducción de un programa con TV3 a propuesta de la Forta.
-¿Cómo compite una televisión local como IB3 en la era de YouTube, Netflix, HBO o Yomvi?
-Es un combate en desigualdad, como la Galia de Asterix. Ellos en un capítulo se gastan lo que nosotros en cuatro series. Ya me gustaría hacer un House of Cards, pero va a haber alguna sorpresa. Preparamos una ficción que es Desconeguts, basada en unos hechos históricos, con la estética de una serie americana. Tampoco vamos a hacer el ridículo.
