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Educación

¿Qué hay detrás del abandono escolar?

No hay una sola causa que explique por qué tantos jóvenes de las islas dejan tan pronto los estudios: es un problema multifactorial. Aunque los resultados van mejorando poco a poco, la esperanza de vida escolar de Baleares sigue siendo la más corta del país

Uno de cada cuatro alumnos que empiezan la Educación Secundaria Obligatoria no la acaban. Se pierden antes de llegar al cuarto y último curso. Y un 26,8% de los jóvenes de entre 18 y 24 años deja de estudiar nada más completar la formación obligatoria, según el último dato disponible de abandono precoz de los estudios.

El problema del abandono escolar se ceba con Balears y aunque bajar esta tasa -récord en España y en Europa- es uno de los objetivos que todos los Governs autonómicos se marcan en teoría como prioritario lo cierto es que únicamente la crisis económica ha sido capaz de hacer descender las cifras de manera notable.

Durante los años del descalabro económico, en los que encontrar un empleo en la hostelería se volvió más complicado, los porcentajes de abandono bajaron. En 2007, año previo al estallido de la crisis, la tasa de abandono en Balears era del 43%. Dos años después, con el paro disparado, ya había descendido hasta el 36,7%.

¿Significa eso que la perspectiva de encontrar trabajo y dinero fácil en la hostelería es el único motivo que explica el elevado abandono escolar del archipiélago? No. El sector productivo y el tipo de economía es un factor (importante) pero no el único. En otros comunidades turísticas como Canarias los porcentajes son elevados, pero no tanto como en Balears: en el otro archipiélago el abandono es del 19,6% y han mejorado en diez puntos porcentuales desde 2012.

En este tema es destacada la diferencia entre el norte y el sur del país: los jóvenes del País Vasco (8,3%); Cantabria (9,4%) y Navarra (12%) son los que menos dejan los estudios de forma prematura. A Balears le acompaña en el furgón de cola Murcia (26,2%) y Andalucía (23,6%).

Francesca Salvà, profesora titular de la Universitat que lleva investigando sobre el abandono escolar desde hace más de una década, distingue distintos tipos de factores. Entre los externos, señala el peso de la industria turística pero sobre todo la visión social que se tiene de la educación, la importancia que se le da. Y en Balears tradicionalmente no se le ha dado mucha. Ni en la calle, ni en las empresas (los 25 puestos de trabajo más demandados requieren baja cualificación, según un estudio del Cercle d´Economia) ni en los despachos políticos (la inversión por habitante en educación y en becas ha sido históricamente baja en comparación con otras comunidades).

En este sentido, varios estudios han demostrado que el valor que se dé a la formación en el hogar de cada niño y las expectativas académicas de sus padres son factores clave del éxito o el fracaso escolar.

El caso vasco

La inestabilidad normativa (con cambios legislativos al gusto de cada legislador) es otro de los factores que no ayudan a mejorar los indicadores, aunque tampoco tiene por qué ser determinante. Para razonarlo, la profesora de la Universitat señala a las comunidades autónomas que también han padecido cambios de leyes y siguen teniendo buenos resultados, como el País Vasco.

Para Salvà y su compañero de departamento Jaume Sureda el abandono sigue campando a sus anchas por "una falta de respuesta decidida" para acabar con él. Achacan esta falta de estrategia al "desinterés de la clase dominante" y al "manfutisme social," como recogieron en un reciente artículo publicado en estas páginas.

No todo depende del exterior de la escuela. También hay factores internos, empezando por un sistema escolar que está desfasado. La sociedad ha cambiado, los alumnos han cambiado, las familias han cambiado y la escuela apenas ha cambiado, señala Salvà. En la conselleria de Educación admiten la parte de responsabilidad que tienen los centros en el fracaso escolar y para combatirlo creen importante darles más autonomía, pero también exigirles más cuentas después. Para ello, y como primer paso del Plan de Éxito Educativo, se hará una auditoría de los colegios e institutos de Balears para ver cuáles aplican buenas prácticas y potenciarlas y detectar las que no están funcionando y erradicarlas.

Para la investigadora de la Universitat es importante abordar de forma importante una serie decidida de reformas, como la selección y formación inicial del profesorado, una línea en la que trabaja el departamento de Pedagogía Aplicada y Psicología de la Educación de la UIB del que ella forma parte y en la que quiere ahondar la Conselleria.

La estructura rígida y poco 'adaptable' a las necesidades de cada estudiante es otro de los problemas que ve Salvà. A diferencia de lo que ha notado que pasa en los centros de 'segunda oportunidad' -para chavales que han dejado los estudios y no trabajan-, en el sistema ordinario es difícil atender con detenimiento las necesidades de cada estudiante y adaptar la enseñanza. Salvà señala por ejemplo la inutilidad de la repetición de curso tal y cómo esta planteada en nuestras escuelas e institutos y abogaría por importar el '+1' que hacen en otros países: añadir un año más, especial y adaptado, para los estudiantes que más dificultades tienen. El educador y psicólogo Jaume Funes señalaba hace poco en Palma, en la presentación del Anuari de l´Educació, la necesidad de mejorar el "acompañamiento" a los estudiantes en los momentos de transición (como el paso de Primaria e ESO).

Antoni Morante, director general de Planificación, Ordenación y Centros, también es partidario de buscar alternativas o medidas complementarias a la repetición, como programas específicos de apoyo al repetidor. Sin estos planes, puede empeorar la situación al generarse problemas de motivación y autoestima al estudiante. En la presentación del informe de los resultados académicos del curso pasado, Morante señaló que muchos de los problemas de fracaso escolar se inician ya en la Primaria y se relacionan con la lectoescritura.

¿Más factores? Los recursos. "Condición necesaria pero no suficiente para la mejora", dice siempre el conseller March. Con recursos se pueden bajar ratios y contratar más profesores, con lo que se puede dar una mejor atención a cada estudiante.

También con más recursos se puede acoger mejor y ayudar (especialmente en el aprendizaje de las lenguas cooficiales) a los alumnos nouvinguts, quienes según las estadísticas tienen -en global- un rendimiento más bajo que los estudiantes nativos: un 85% de los nacidos en España aprueba la ESO mientras que entre el alumnado extranjero solo lo consigue el 68%.

Así lo recoge el Anuari de l'Educació en el artículo publicado por Luis Vidaña. El experto en escolarización y doctor en Geografía Humana achaca estas dificultades a la barrera lingüística, su contexto familiar (que puede tener un nivel económico o sociocultural más precario) y el tiempo que lleven viviendo aquí (a más tiempo, mejores resultados). Vidaña sostiene que el elevado porcentaje de alumnado nouvingut contribuye al fracaso escolar, pero no es determinante. De hecho, estos estudiantes representan solo el 10% del fracaso escolar.

¿Qué hacer para bajar el abandono escolar? ¿Es posible? Salvà y Sureda creen que sí y que lo prueban con el ejemplo otros países, otras comunidades y, "en una escala más limitada", las buenas prácticas de algunos centros, de algunos profesores, de algunos ayuntamientos.

La conselleria de Educación también cree que es posible mejorar los resultados y se marca objetivos: a final de legislatura, quieren alcanzar a la media española en todos los indicadores (en graduación, titulación, permanencia en el sistema...). Para conseguirlo han redactado el Plan hacia el Éxito Educativo, una batería de medidas que abarcan todas las direcciones generales y todos los procesos, momentos y fenómenos relacionados con la enseñanza.

Así, si el Plan funciona y todo va como planea la Conselleria, en 2019 el abandono escolar en Balears tendría que haber bajado del 26,8% al 19,4%. Ahí está el reto. Nos vemos dentro de dos años.

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