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23F, Pantoja y 11M, en menos de cuatro meses

Macrojuicios de entidad semejante al 'caso Nóos' contaron con una primera sentencia en plazos mucho más breves

Los plazos de la sentencia del caso Nóos pueden parecer razonables por comparación con la envergadura del procedimiento. Sin embargo, la expectación ciudadana induce un compromiso de agilidad en los tribunales, cuando afrontan un macrojuicio. La dilación del tribunal presidido por Samantha Romero supera ampliamente a la registrada en el 23F, el 11M o, por referirse a otra causa gigantesca de corrupción, la Operación Malaya.

La primera característica común de los macrojuicios es su celebración fuera de casa. El golpe del 23 F fue enjuiciado en Campamento. La primera sentencia llegó cuatro meses después de iniciada la vista oral. El Supremo resolvió antes de un año de la celebración de la primera sesión. Se condenó a 29 generales, jefes y oficiales, un banquillo más nutrido que en la trama de Urdangarin. En Mallorca va camino de cumplirse el primer año, desde la primera sesión del caso Nóos en dependencias autonómicas. Han pasado más de cinco meses del miércoles 22 de junio, en que quedó visto para una sentencia que requiere de prórrogas sin que consten sus progresos.

Pasando a la jurisdicción civil, el macroproceso por la matanza del 11M supone un hito en la historia de la justicia bajo los focos. La división del país sobre el origen de los atentados era más radical que las posturas encontradas sobre la doctrina Botín. Los 28 procesados igualaban prácticamente en volumen al caso mallorquín. El tribunal presidido por Gómez Bermúdez no se dejó impresionar por la polémica de índole política. En apenas cuatro meses, con un agosto de por medio, resolvió el asesinato de 191 personas, una matanza sin precedentes en el abordaje penal con 21 condenados. La sentencia del caso Nóos también se ha visto lastrada por un agosto intermedio, pero sigue sin resolución en su sexto mes.

Si se exige un punto de comparación todavía más aproximado, y en el que también se juzgue a importantes personajes de la prensa rosa, ahí está el deslumbrante caso Pantoja, con la tonadillera en el papel de la Infanta del pueblo. Pese a la repercusión, la condena a dos años de cárcel estuvo redactada en menos de tres meses.

El 'récord' malagueño

Si se alega que el caso Pantoja contaba con un banquillo más reducido que Nóos, puede esgrimirse como referencia la matriz de Operación Malaya. La Audiencia de Málaga necesitó un año para sentenciar, pero allí se analizaba la situación de 95 acusados, frente a los 17 de Palma. Sería absurdo establecer una proporcionalidad por la dimensión del banquillo, pero los jueces malagueños fueron desde luego más rápidos en alumbrar una sentencia que condenaba a medio centenar de personas. Esta cifra triplica al número de acusados de la trama de Urdangarin. Además, el tribunal mallorquín amenazará el récord malagueño si consume la prórroga actual.

Samantha Romero no es la integrante del tribunal con más experiencia en macrojuicios. El honor le corresponde a Rocío Martín. Esta magistrada de Nóos fue la ponente en el caso Cola Cao, que supuso la imposición a Josep Juan Cardona, conseller de Matas, de la mayor perna por corrupción política de la historia de España, 16 años. La sentencia de la jueza de Calvià constaba de medio millar de folios, y fue íntegramente revalidada por el Supremo.

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