La fallecida exalcaldesa de Valencia Rita Barberá se libró de ser juzgada en el caso Nóos por su condición de aforada y porque el Tribunal Superior de Justicia de Valencia (TSJV) no vio, a diferencia del juez José Castro, indicios de responsabilidad contra ella por la contratación ilegal de Iñaki UrdangarinIñakiUrdangarin, exculpación que también se hizo extensiva al expresidente de la Generalitat valenciana Francisco Camps. Barberá declaró así ante el tribunal que juzgó el caso Nóos como testigo el pasado 12 de abril y en su deposición minimizó su responsabilidad en los hechos.

El juez Castro y el fiscal anticorrupción Pedro Horrach decidieron, en mayo del 2013, dirigirse al TSJV para que éste asumiera el caso Nóos al estar implicados en él los aforados Barberá y Camps, que entonces eran diputados de las Cortes valencianas.

Los investigadores de Nóos pensaban que los dos dirigentes valencianos del PP eran los responsables de haber contratado irregularmente al yerno del rey Juan Carlos y haberle dado más de 3 millones de euros públicos para organizar unos foros (los Valencia Summit) sobre ciudades sede de acontecimientos deportivos y de nulo interés para la sociedad."

La segunda declaración de Iñaki Urdangarin ante el juez José Castro colocó a los dos dirigentes del PP valenciano en situación similar a la del expresident del Govern balear Jaume Matas, que ya estaba imputado en el caso Nóos por dar adjudicaciones irregulares. Urdangarin admitió ante el magistrado que todos los contratos a dedo que logró de las Administraciones valencianas tuvieron su origen en sus entrevistas con Camps y Barberá, que asumieron sus propuestas y le adjudicaron esos proyectos sin concurso público alguno.

El Tribunal Superior de Justicia valenciano (TSJV) devolvió, en septiembre del 2013, la pelota al tejado de Castro. La sala de lo Civil y Penal del tribunal vio claros indicios delictivos en cómo se gestaron los contratos entre la Generalitat, una fundación satélite del Ayuntamiento de Valencia (La Fundación Turismo Valencia Convention Bureau) y el Instituto Nóos de Iñaki Urdangarin para la organización de unos eventos que costaron más de tres millones de euros a las arcas públicas locales.

Pero los magistrados entendieron que estos indicios no eran lo suficientemente sólidos para imputar penalmente al expresidente valenciano Francisco Camps y a la exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá por su participación en su preparación. La sala dijo que no era competente y devolvió el caso a Palma para que el juez Castro profundizara en la investigación.

Castro se vio así forzado a no incluir entre los imputados de Nóos ni a Barberá ni a Camps, lo que supuso un agravio comparativo para Jaume Matas, que acabó siendo juzgado y que se enfrenta a una condena de 5 años de cárcel reclamada por la fiscalía anticorrupción.

Los que no se libraron del juicio fueron los políticos o altos funcionarios valencianos que, siguiendo órdenes de Camps y Barberá, materializaron la contratación de Nóos para los Valencia Summit y para los nonatos Juegos Europeos, unos campeonatos deportivos que Urdangarin se comprometió a organizar en Valencia con fondos públicos. Entre estos personajes secundarios destacó Alfonso Grau, exvicealcalde de Valencia y antigua mano derecha de Barberá.

La exalcaldesa adquirió así la condición de testigo y como tal prestó declaración ante el tribunal del caso Nóos el pasado 12 de abril. Barberá fue la gran protagonista mediática de la vista oral ese día, pero no aportó la más mínima luz al esclarecimiento de los hechos.

La testigo admitió que se reunió en su despacho con el exduque de Palma Iñaki Urdangarin y con el socio de éste, Diego Torres, para negociar el impulso de unas jornadas "paralelas" a la celebración de la Copa América y que fueron proyectadas bajo el nombre Valencia Summit.

Barberá subrayó la importancia de recibir a Urdangarin "como una persona dos veces medallista, vicepresidente del Comité Olímpico Internacional (COI) y muy bien relacionado con los medios deportivos internacionales".

La declarante se esforzó en dejar claro que "no se concretó nada y eran más que nada ideas" y que no negoció con el esposo de la infanta Cristina nada acerca del precio de las jornadas.

La exprimera edil de Valencia también resaltó que pensó que Nóos era una asociación "sin ánimo de lucro", algo muy lejos de la realidad según la fiscalía.