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Investigación en la Iglesia de Mallorca

El exprior de Lluc niega ante la juez haber abusado de un ´blauet´ de 7 años en 2012

El sacerdote Antoni Vallespir declara por la segunda denuncia contra él y desmiente que se llevara al menor a su despacho

Los supuestos abusos habrían tenido lugar en la escolanía de Lluc el curso 2012-2013.

El exprior del santuario de Lluc, Antoni Vallespir, ha declarado por vez primera ante una juez por supuestos abusos sexuales a menores. Sobre Vallespir pesan dos denuncias de antiguos niños cantores de la escolanía, los llamados blauets. La primera la presentó un hombre que ahora reside en Barcelona y fue archivada por una juez de Palma, que decretó la prescripción, aunque la Audiencia debe decir aún la última palabra; la segunda se instruye en un juzgado de Inca y fue interpuesta por los padres de un niño que tenía entre seis y siete años padres de un niño que tenía entre seis y siete añosen el momento de los presuntos hechos.

La magistrada tomó declaración el pasado día 10 de este mes al sacerdote en calidad de investigado, negando él todas las acusaciones. También declaró una psicóloga del Govern, que concede absoluta credibilidad a la supuesta víctima. Según el menor, el exprior abusó sexualmente de él en un despacho-habitación durante el curso 2012-2013. Posteriormente cambió de centro escolar, y se puso en tratamiento psicológico. Fue durante esas sesiones cuando se atrevió a desvelar los supuestos abusos de los que fue objeto mientras vivió en Lluc. El menor ha relatado a los agentes de la Guardia civil que llevan la investigación que el sacerdote le hacía ir a él y otros dos blauets a su despacho; allí sufría supuestamente tocamientos en los genitales. El niño asegura que después Vallespir le decía que abandonara la habitación, y se quedaba con los otros dos menores para presuntamente continuar con los abusos. Estos dos niños han negado a los agentes haber visto o sufrido tocamientos u agresiones sexuales por parte del exprior.

No tenía contacto

En su declaración, Vallespir negó totalmente a la instructora haber tocado al denunciante y a los otros dos blauets. El cura afirmó que jamás se llevaba a los niños a su despacho, y que de hecho él solo tenía algo de relación con los más mayores de la escolanía -a partir de los 15 años-, generalmente para que hicieran las lecturas de la misa, y siempre habiendo contactado de por medio con los responsables laicos de los blauets o los profesores.

En su defensa, Vallespir esgrimió que sus dependencias privadas se encuentran en la zona reservada a la comunidad de religiosos que habita el santuario, por lo que es de difícil acceso para los niños sin ser apercibidos por un monitor, un fraile o un docente. El exprior también alegó en su descargo que el cuidado de los blauets no era de su competencia, y que además en 2012 tuvo que estar centrado en las obras de rehabilitación del santuario después de un tornado que lo dejó en muy mal estado.

El mismo día 10 prestó declaración en Inca una psicóloga-terapeuta de la Unidad Terapéutica de Abuso Sexual Infantil (UTASI), dependiente del Govern. La profesional aseveró que no tiene ninguna duda por su experiencia y criterio que el niño en cuestión ha sufrido abusos sexuales, y que su relato tiene coherencia, por lo que descartó que la denuncia sea falsa y los hechos inventados. Aún así, no entra en su cometido averiguar si el exprior es realmente culpable, sino ayudar al menor a superar el trance. La terapeuta explicó que el caso le fue derivado por el equipo de psicólogos de la Unidad de Valoración del Abuso Sexual Infantil (UVASI), adscrita al Consell de Mallorca, que ya hizo un informe de credibilidad.

El exblauet está ahora en tratamiento debido a los graves traumas que padece. La terapeuta detalló que el niño recuerda con auténtico terror su paso por Lluc, especialmente por lo presuntamente ocurrido, y que le ha costado mucho ir sacando el capítulo de los supuestos abusos, aunque a base de ayuda los ha ido desgranando. Sobre la posibilidad de que hubiera sido abusado en otro entorno y por personas diferentes al sacerdote, la psicóloga señaló que el menor siempre se refiere al prior como el autor. También añadió que distingue claramente al cura como el supuesto abusador sexual, mientras achaca a otros responsables de la escolanía presuntos malos tratos de índole física y emocional, pero sin acusar nunca a estos últimos de abusos sexuales.

Abusado junto a otros

El niño contó a esta profesional que la primera vez que fue abusado sexualmente acudió al despacho del exprior porque le habían dicho que debía recoger una especie de diploma por su buen comportamiento. Posteriormente habría sido objeto de más abusos junto a dos compañeros con los que presuntamente Vallespir se propasaba aún más. Su versión es que alguno de los laicos que gestionan la escolanía estaban fuera en los pasillos, sin entrar nunca a ver qué sucedía.

La terapeuta sostiene que es muy habitual en estos procesos traumáticos que la víctima se bloquea y le resulta muy doloroso y difícil ir desvelando lo sufrido.

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