Las Islas Baleares, Cerdeña y Córcega han acordado hoy conformar por primera vez una plataforma conjunta de trabajo con el objetivo de defender una postura común ante la Unión Europea, a favor del reconocimiento de la insularidad y de una fiscalidad específica para sus territorios.

La presidenta de Baleares, Francina Armengol, ha dado a conocer estos objetivos en rueda de prensa con ocasión de la cumbre "La insularidad en el Mediterráneo occidental", en la que han participado también el presidente de la Región Autónoma de Cerdeña, Francesco, y el presidente del Consejo Ejecutivo de Córcega, Gilles Simeoni, y sus equipos de gobiernos.

Armengol ha defendido la unión de las tres islas por primera vez para, entre otros asuntos, negociar los fondos europeos de cara a 2020.

El reconocimiento de la insularidad por parte de Europa significa un fondo específico para dotar a estas islas del Mediterráneo de recursos con los que puedan hacer frente a las inversiones necesarias con el fin de que sus ciudadanos tengan las mismas oportunidades que los de la Península.

Además, negociar una fiscalidad específica para territorios insulares periféricos, como Baleares, Cerdeña y Córcega.

Estas peticiones, ya realizadas ante el Estado español, en el caso del archipiélago balear, se llevarán también ante la Unión Europea y el Comité de las Regiones.

De "encuentro histórico" ha calificado Armengol esta cumbre entre las tres islas, que si bien trabajan desde hace varios años a nivel técnico y estratégico, la de hoy le da un estatus político que busca encontrar soluciones para sus ciudadanos que tienen más dificultades por vivir en un territorio insular.

Armengol ha criticado también la manera de afrontar de Europa la crisis de los refugiados que afecta de forma clara a las regiones del Mediterráneo, por lo que ha apostado por ser "un espacio de respeto a la diversidad" y un punto de encuentro de culturas entre el norte y el sur del Mediterráneo.

El presidente de Cerdeña ha resaltado la importancia de obtener el reconocimiento "esencial" de la insularidad por parte de Europa, por lo que ha considerado este encuentro como "una gran oportunidad" para definir "con la máxima concreción una plataforma común, seria, rigurosa y prestigiosa" de las tres islas ante la Unión Europea.

Ha destacado la necesidad de las inversiones europeas en las islas para, por ejemplo, la introducción del gas metano en Cerdeña y Córcega, así como la fiscalidad diferente para que las empresas puedan competir en igualdad de condiciones.

Pigliaru ha incidido en "el gran potencial" de las tres islas a nivel turístico, cultural y de productos, y en la necesidad de tener "una voz propia" y un papel fuerte ante Europa.

Para el presidente del Consejo Ejecutivo de Córcega, Gilles Simeoni, las tres islas están viviendo un "momento muy importante" con este encuentro, ya que hasta ahora la relación entre ellas ha sido débil, como lo demuestra la dificultad para transportarse de una a otra.

Simeoni ha reivindicado la lucha de Córcega por lograr un reconocimiento como autonomía que sí tienen Cerdeña y Baleares, así como de su lengua, el corso, como cooficial.

"Tenemos diferencias pero también similitudes y expresamos la voluntad política para defender nuestras intereses comunes y esenciales", ha señalado.

Ha apostado por que los territorios insulares del norte y el sur del Mediterráneo sean "un lugar de intercambio y no de conflictos".