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Boulevard

Horrach reniega del 'caso Infanta' al que debe su celebridad

Si el escandaloso concurso de antemano para nombrar una conservadora de la Fundació Miró es el modelo de gestión de PSOE, Més y Podemos en Cort, no hay motivos para añorar a la vieja política.

Sebastià Sagreras, alcalde de Campos del Atlético de Madrid y líder en la sombra del PP balear, cierra la XIV Gala de la peña barcelonista Els Tamarells de Felanitx, en una variante del pacto PP/PSOE de la que también participó el ambivalente Miquel Àngel Nadal.

Pedro Horrach ha pronunciado su homilía mensual en la sucursal española de Vanity Fair, muy alejada de la vibrante revista norteamericana. Durante un desayuno en el lujoso Hotel Orfila madrileño, el fiscal mallorquín matiza que el juicio del siglo a miembros de la anterior Familia Real "no ha sido el motivo principal" de su abandono de la fiscalía para cambiar de bando. A continuación, abunda en su obsesión:

-Eso sí, los que llamaban al caso Nóos el caso Infanta para aumentar más la presión sí que me han mermado un poco. Pero no, el caso Nóos no es el motivo principal.

Ante la duda, te apellides Horrach o Trump, aporrea a tu periodista favorito. Por desgracia, Indro Montanelli y Rudy Giuliani nos enseñaron a devolver cada golpe, así que nos inclinaremos sobre este problema dado que acuñamos la infantil denominación contestada. Como cuestión previa de nomenclatura, el nazismo se llama caso Hitler, pese a que no consta que el genocida asesinara a una sola persona con sus propias manos.

Supongamos en primer lugar que Horrach no presiona al tribunal en plena redacción de la sentencia del caso Infanta, cuando acusa a las magistradas de falta de "coraje" y se aprovecha de su preeminencia mediática para descalificar a otras acusaciones del proceso. En segundo lugar, el fiscal es invitado a impartir desayunos de postín gracias precisamente a que se llama caso Infanta. En cuanto se diluya el influjo de la hija y hermana de Reyes, Madrid le dará la espalda como antes a tantos otros mallorquines. Se le cerrarán las puertas de Vanity Fair y de la prensa seria. Así funciona la popularidad.

En tercer lugar, espero que Horrach pueda encontrar uno entre los miles de titulares de la prensa extranjera sobre el caso que incluya las palabras "Nóos" o "Urdangarin". Todos se refieren a la Infanta o, peor todavía, a la Corona en su conjunto. En cuarto lugar, ninguno de los asistentes al opíparo desayuno preguntó al fiscal sobre Don Iñaki, un triste consorte y comparsa. La mayoría de cuestiones versaron sobre Cristina de Borbón. Esta reiteración obliga a hablar del caso Infanta.

En quinto lugar, el inefable Jaume Matas le declaró a Jordi Évole que no podía negarse a una petición de la Familia Real, y la número seis a la sucesión al trono pertenece a ese tronco con mayor vigor que un balonmanista de paso. (Ya está bien de lugares comunes, vaya acabando y cuente algo novedoso, en lugar de repicar sus grandes éxitos). Vale, en sexto y último lugar, Horrach reniega del caso Infanta pese a que le debe su celebridad.

Sostiene el fiscal que "los medios han creado una corriente de opinión desfavorable" sobre la Infanta. No confío en combatir su desconocimiento oceánico sobre los flujos mediáticos, pero esta presunción de la omnipotencia de la prensa se me curó en cuanto escribí el artículo definitivo sobre un vergonzoso bache, que desde luego sigue ahí. Los medios no pueden lograr ni que Hillary Clinton derrote a Trump.

En Madrid no debió gustarles demasiado, ni a la hora del desayuno, que Horrach admitiera que "nos afecta más lo que sale en medios locales que nacionales". Es un reprise del Miquel Barceló jaleado por Le Monde, pero ansioso sobre el veredicto del Felanitx, el único válido en su entorno inmediato. La prensa funciona a bocajarro. En fin, ¿saben quién ha escrito más páginas laudatorias sobre el fiscal que cambió la historia de Mallorca?

Si el escandaloso concurso de antemano para nombrar una conservadora de la Fundació Miró representa el modelo de gestión favorecido por PSOE, Més y Podemos en Cort, no tenemos motivos para añorar a la vieja política. Para mí, todo empezó al leer la semana pasada una insólita nota de la deficitaria institución museística citada, donde se señala que "no se ha hecho una modificación de las bases de méritos, sino una rectificación ante unos errores materiales". Ante una excusación no pedida, obligación de escarbar.

Siempre que un texto no se entiende, significa lo contrario de lo que pretende. Se ha manipulado el desarrollo de un concurso de antemano, con las pruebas de selección ya iniciadas. Parece mentira que, con políticos en la cárcel por juguetear con textos oficiales, los gobernantes de Cort insistan en coqueteos peligrosos. No sabría mejorar el relato efectuado en octubre por Cristina Ros sobre la distorsión del artístico procedimiento, pero la vigencia del engendro obliga a reincidir.

Ahora se entiende para qué se colocó a Francisco Copado al frente de la Miró y, por supuesto, de presidente de la comisión seleccionadora del concurso de antemano. Aguardamos la publicación de una nota con las razones que explican el abandono de las acreditadas juzgadoras Catalina Cantarellas y Joana Maria Palou, a quienes corresponde dar la enhorabuena por haberse desmarcado del enjuague. Si la digitación de conservadora es un proceso dinástico como el caso Infanta, se le comunica al populacho y listos. El PP nos inmunizó contra estas conductas.

Vayamos con el documento más incendiario, una blasfemia contra dos religiones a la vez. Hoy nos ilustra una foto de Jaume Vallés (sin relación, por suerte para él) que muestra a Sebastià Sagreras, alcalde de Campos del Atlético de Madrid y líder en la sombra del PP balear, cerrando la XIV Gala de la peña barcelonista Els Tamarells de Felanitx. Es una variante del pacto PP/PSOE de la que también participó el ambivalente Miquel Àngel Nadal. En cambio, no admite vacilaciones el barcelonismo de Sergi Barjuan y Audie Norris, presentes asimismo en la imagen. Vean El ciudadano ilustre, enésima recreación argentina de sus Relatos salvajes, si desean entender el triunfo de Trump.

Reflexión dominical senil: "La felicidad no consiste en olvidar lo que sabes, sino en olvidar lo que ignoras".

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