Pasajeros mallorquines embarcados en el crucero Sovereign, de la compañía Pullmantur, que el domingo 13 de noviembre zarpó de Palma, denunciaron ayer a este diario que el viaje se ha convertido en una pesadilla.

"Nos hemos encontrado un barco en obras, con un fuerte olor a barnices y pegamentos de los que no podemos escapar, lo que ha provocado continuas situaciones de indisposición en niños y ancianos que querían disfrutar del viaje", relató Francisco Soria, un pasajero que se puso en contacto con este diario vía telefónica desde Barcelona, después de haber pagado 1.500 euros por el billete de de él y su pareja. "Seiscientos pasajeros hemos rellenado hojas de reclamaciones, creado un grupo de Facebook con fotos del estado del barco y en Barcelona la Policía nos ha recomendado que al regresar a Palma hoy presentemos una demanda conjunta ante consumo", relató. El buque visitó Nápoles, Civitavecchia, Cerdeña y Barcelona.