La estacionalidad del trabajo en Balears es cinco veces la de España. Mientras en el conjunto del país, sólo un 5,5 por ciento de los puestos de trabajo están vinculados a la estacionalidad, ese índice se dispara en el archipiélago: en las islas, más de un tercio de los trabajadores, un 34 por ciento, sólo trabaja en temporada alta. Es uno de los datos que se desprende del Anuario del Turismo realizado por 25 expertos de distintos campos y que analiza desde varias ópticas la situación de la actividad turística en las islas, así como su impacto y particularidades es distintas áreas turísticas del archipiélago balear.

La tercera edición de este anuario, impulsado por la Fundación Gadeso en colaboración con el Govern, la Universitat de les Illes Balears (UIB) y Caixa Colonya, destaca en uno de sus capítulos la estacionalidad laboral y señala, entre sus consecuencias, que esta situación lleva a la "insostenibilidad social". Según se explica en el anuario, que la estacionalidad del trabajo en las islas supere en 28 puntos al conjunto del Estado sólo tiene que ver "en parte" con el elevado peso del turismo en las islas en comparación con otras comunidades. Según se detalla, cogiendo sólo los datos del empleo vinculado al sector turístico, mientras en el conjunto de España el 81 por ciento de los trabajadores de hostelería y agencias de viajes que trabaja en julio también lo hace en diciembre, en Balears sólo el 31 por ciento de este sector trabaja en ambas fechas.

De este modo, según explica el anuario, no sólo es que el turismo tenga un gran peso en el mercado laboral de las islas, sino que además este turismo es mucho más estacional que el de otros sitios.

Según explicó el presidente de la Fundación Gadeso, Antoni Tarabini, ayer en la presentación del anuario, en la que estuvo acompañado por el vicepresidente del Govern y Conseller de Turismo, Biel Barceló; el vicerrector de Innovación de la UIB, Jordi Llabrés; y, el presidente de Caixa Colonya, Josep Antoni Cifre, "está muy bien que estemos alargando la temporada, pero sigue siendo nuestra asignatura pendiente: ninguna economía puede aguantar estos datos", valoró el sociólogo.

Entre las conclusiones de este capítulo, el anuario apuesta por una "decidida intervención política" en contra del "laissez faire" para reducir la elevada estacionalidad laboral. También plantea en este capítulo, elaborado por el analista sociolaboral Rafel Borràs, "sacar de la contienda partidista la opción del decrecimiento del número de turistas".

Por otra parte, entre las cuestiones que destaca el documento que hace balance de la situación turística, está la de la presión humana y la saturación turística. Las conclusiones de este apartado abogan por un "debate sobre los límites aceptables de crecimiento que no debe reducirse a hablar de numerus clausus sino a planificar determinadas pautas".

"El 9 de agosto superamos los dos millones de personas, duplicamos la población que hay en las islas. Esto supone la necesidad de unas infraestructuras en carreteras o depuradoras, por ejemplo, que, sin embargo, sólo son rentables seis meses, el resto del año lo pagamos los ciudadanos", detalló Tarabini, quien alertó de que, "hay demasiados síntomas de que este modelo va a reventar".

Como propuesta, el sociólogo explicó que la capacidad turística de Balears debería gestionarse desde el aeropuerto "no ofreciendo su capacidad sólo por "cuestiones técnicas" sino también "atendiendo la sostenibilidad".

Los turistas piden sostenibilidad

Por su parte, el vicepresidente del Govern y conseller de Turismo, Biel Barceló, en su discurso por la apuesta de un "turismo sostenible" aseguró que "hasta los touroperadores" se están interesando por "medidas de sostenibilidad" en el archipiélago. "Cuando nos reunimos con touroperadores nos piden medidas de sostenibilidad", confesó el responsable de Turismo de Balears. "Naturalmente nos lo piden porque a sus clientes, a algunos, les interesa. Les preocupa cómo afrontamos tener recursos limitados como el agua o el territorio", detalló Barceló, para señalar que también "los empresarios del sector turístico acabarán descubriendo los beneficios del turismo sostenible".

El vicepresidente defendió la gestión de su área y su Plan de Equilibrio Turístico, que entre medidas como la ecotasa, la regulación del alquiler vacacional o la revisión de la Ley Turística también contempla centrar la promoción de las islas exclusivamente en la oferta de invierno.

El vicerrector de Innovación de la UIB, Jordi Llabrés, valoró el anuario como una necesidad pero pidió "la implicación de las empresas" en la reformulación del modelo turístico. "No basta desde la academia", explicó. Por su parte, Josep Antoni Cifre, de Caixa Colonya, señaló que "sería pobre analizar el turismo sólo con datos de ocupación hotelera".