"Shock" es la palabra utilizada por varios de los estadounidenses residentes en Mallorca para definir su estado de ánimo tras conocer la victoria de Donald Trump en la carrera por la presidencia de su país. A la que suman términos como "sorpresa" o "incomprensible". Además, la mayoría de las personas consultadas por Diario de Mallorca no oculta su desagrado ante la figura del vencedor. En palabras del que fuera agente consular de los Estados Unidos en las islas, Tummy Bestard, "el mundo no necesita a un presidente como éste".

¿Cómo se explica la victoria de un candidato republicano que no solo se ha enfrentado a los demócratas, sino también a parte de su propio partido? Según el profesor de Historia Contemporánea de la UIB Antoni Marimón, las bases del triunfo de Trump hay que buscarlas en el malestar de una "América profunda" que durante los últimos años se ha empobrecido a causa de la desindustrialización, la deslocalización de las empresas y la competencia de países como China (cita como ejemplo lo sucedido en la ciudad de Detroit, que ha pasado de más de dos millones de habitantes a menos de un millón); en lo que denomina como "venganza del hombre blanco, rural y con pocos estudios", al que no le gustan las minorías ni la inmigración; al voto antisistema y contra una clase política que no es capaz de mejorar la situación de las clases medias; y al hecho de que a la oponente de Trump, Hillary Clinton, se la identifique como representante del sistema político clásico.

Bestard también relaciona esa victoria republicana con el empobrecimiento de muchas personas en Estados Unidos, y no oculta su preocupación ante lo que vaya a hacer a partir de ahora un personaje al que califica de "imprevisible" y que puede provocar un deterioro de las relaciones internacionales. Pese a ello, expresa su esperanza de que el presidente sea más moderado que el candidato.

Pilar Sureda tiene doble nacionalidad estadounidense y española, y bromea respecto a su primer impulso de renunciar a la primera a la vista de lo sucedido. Ella también ve un voto antisistema en el resultado electoral, pero a ello suma que Clinton "tampoco es trigo limpio". ¿Su esperanza? Que Trump se rodee de asesores mejores que él.

Uno de los que se reconoce en shock es Gus González, que no oculta que ha votado por Clinton pese a admitir que tampoco la consideraba la mejor candidata posible. Su pesimismo radica en que ve a Trump capaz de cumplir muchas de sus promesas, como destruir los avances conseguidos por Barack Obama en materia sanitaria y deteriorar las relaciones con Europa.

Tim Klein admite su sorpresa, y culpa de la victoria de Trump a un voto antisistema, pero también a unos medios de comunicación que seguían a cada paso del republicano porque "daba un titular cada día", y que "cuando se dieron cuenta del monstruo que habían creado e intentaron rectificar ya era demasiado tarde". En su opinión, la mayoría republicana en la Cámara de Representantes y en el Senado permitirán al presidente electo hacer lo que quiera, lo que incrementa su preocupación ante iniciativas como el anunciado incremento de aranceles o la destrucción de los avances en la sanidad pública.

Ted Purdom ve en el resultado electoral "un sentimiento de ira y anhelo de cambio" de los norteamericanos, y lamenta la idea de "odio y división impulsada por Trump". A ello añade que en las urnas se debía determinar cuál de los dos candidatos era menos detestado por los votantes. En su caso, no consigue imaginar que el vencedor aplique finalmente las medidas que ha prometido, como la construcción de un muro frente a México o las deportaciones.

Emily Parker reconoce que el resultado de los comicios le desagrada y le resulta difícil de comprender, pero no duda en calificar lo sucedido como "un día para la Historia". En su opinión, la victoria de Trump es "peligrosa, no solo para América, sino para el conjunto del planeta", a la vista de sus declaraciones sobre las mujeres, los homosexuales y los inmigrantes.