La todavía presidenta del Parlament balear, Xelo Huertas, se rebeló ayer después de que su partido, Podemos, la haya suspendido de militancia y le haya abierto un expediente por exigir un trato de favor con dinero público al científico y alto cargo podemista, Daniel Bachiller: amenazó con denuncias, rompió la disciplina de su grupo para votar con el PP y ya mira al grupo mixto. El desenlace de la crisis en Podemos amenaza ahora con romper la paz del Pacto. La sucesión de Huertas al frente del Parlament se da por hecha entre los partidos de izquierda; sin embargo, si el relevo de la presidenta debe seguir siendo o no de Podemos promete enfrentar al Pacto.

La reacción de Huertas a las acusaciones vertidas por Podemos contra ella dio el pistoletazo de salida a la jornada parlamentaria de ayer, en la que ella presidió el pleno. A su entrada a la cámara, la presidenta del Parlament manifestó "ser inocente" y amenazó con "llevar a los tribunales" a su partido por el expediente que se le ha abierto. "Habrá demandas y querellas", adelantó Huertas, que evitó concretar contra quién se dirigirían: "A bastante gente", respondió al ser preguntada.

La jefa de gabinete del líder nacional de Podemos, Pablo Iglesias, Irene Montero, le respondió desde Madrid retándola a ir a los tribunales y destacó que Podemos "es implacable" ante la "mínima duda".

La presidenta del Parlament fue respaldada por la otra diputada expedientada, Montse Seijas. Pese a que las dos negaron las acusaciones de haber utilizado su cargo para beneficiar los intereses personales del científico de Podemos Daniel Bachiller presionando por la financiación pública de su laboratorio, Seijas tildó de "caza de brujas" que el Govern vaya a dejar de pagar las instalaciones del investigador: "Que no se mantenga un laboratorio del prestigio del de Bachiller, cuando la propia consellera de Salud defiende la atracción de talento en la investigación, me parece una incongruencia", defendió Seijas.

Ambas adelantaron antes de empezar el pleno que votarían "en conciencia" y cumplieron. En la primera votación que tuvo lugar ayer, tanto Huertas como Seijas se desmarcaron de Podemos y votaron junto al PP tres puntos de una iniciativa relativa a bajar impuestos a las rentas más bajas, a bajar el impuesto a los hidrocarburos y tomar medidas de impulso económico.

Huertas, al grupo mixto

Huertas volvió a dejar en el aire si continuará como presidenta del Parlament: "Lo consultaré con mi abogado", explicó. Tanto ella como Seijas descartaron, pero, abandonar su escaño. Sin embargo, lo que dan por hecho tanto en el Pacto como la propia Huertas es que acabará en el grupo mixto. "Pronto seremos compañeros", dijo Huertas al portavoz de Ciudadanos, Xavier Pericay, integrante de este grupo.

Cuando Podemos expulse definitivamente a Huertas, el reglamento del Parlament le obliga a su cese como presidenta. Es a partir de aquí donde los partidos del Pacto difieren sobre lo que ocurrirá y quién relevará a Huertas.

Desde Podemos consideran que los acuerdos de gobernabilidad firmados con PSIB y Més, que dieron la presidencia del Govern a Armengol y la del Parlament a Huertas, implican que la presidencia de la cámara debe recaer en uno de los diputados podemistas. Sin embargo, desde PSIB y Més no coinciden: creen que eso deberá negociarse y ven a la formación que lidera Alberto Jarabo "muy tocada" para poder exigir mantener esa cuota.

El más claro fue el portavoz de Més, David Abril, que abiertamente expresó que si dimite la presidenta del Parlament, Xelo Huertas, se deberán "revisar los acuerdos hasta donde haga falta" y iniciar "una nueva negociación".

Cabe recordar que los tres partidos alcanzaron su acuerdo en 2015 después de que se aceptara la condición de Podemos de que Huertas presidiera el Parlament.

Así, el relevo de Huertas promete acabar enfrentando a PSIB, Més y Podemos, que en las últimas semanas, tras el 'no' de los diputados del PSIB en la investidura de Rajoy y la firma de los presupuestos, habían sellado la paz.