Inquietud, incertidumbre, preocupación, en estado de shock. Estos son algunos de los estados en los que dicen encontrarse mallorquines residentes en Estados Unidos tras la sorprendente victoria electoral del candidato republicano Donald Trump.

El campaner Pere Puigserver, catedrático de Biología Celular en la Escuela Médica de la Universidad de Harvard en Boston (Massachusetts), asegura que la victoria de Trump no le ha sorprendido tanto ya que, en su opinión, el mensaje del candidato republicano, "directo y polarizado, ha convencido a los republicanos y demócratas indecisos".

También han contribuido al triunfo de Trump el apoyo de última hora de senadores republicanos en Estados claves entre los que Puigserver cita a Florida, Carolina del Norte, Ohio y Pensilvania. Los mensajes catastrofistas del magnate le han servido para llegar a la "América profunda, a la clase media muy cansada del sistema político", apunta el catedrático, que añade que el granero de votos del republicano tiene un perfil claro: Hombre, mayor de 40 años y sin estudios universitarios.

Para el mallorquín, la derrota de Hillary Clinton puede ser achacada a su mensaje confuso, su pasado político y, sobre todo, el escándalo de los correos que el FBI investigó al final de la campaña.

Estado totalitario

El escritor y musicólogo Antoni Pizà, que trabaja en The City University of New York, no duda en declararse en "estado de shock". Y no solo porque nadie esperaba este resultado, sino porque el triunfo de Trump llena de incertidumbre el futuro más inmediato. "El Partido Republicano controla los tres poderes (Congreso, Presidencia y Tribunal Supremo) y EE UU puede convertirse en un estado totalitario", teme.

Atribuye en parte la victoria republicana a una reestructuración de los distritos electorales que ha favorecido a las zonas tradicionalmente conservadoras del país. "Mientras no se cambien estos distritos y no se elimine el atávico Colegio Electoral, habrá republicanos para otros 16 años. Clinton ha ganado las elecciones, pero los distritos electorales y el Colegio Electoral dan la victoria al otro. No se explica", busca razones de este resultado el profesor.

Vanesa Signorelli, una palmesana que hoy trabaja en el departamento de recursos humanos de una empresa española radicada en Miami, ciudad a la que llegó tras su paso por Atlanta (Georgia), también se declara en estado de shock: "Nunca esperé que los republicanos llegaran a ganar. En general, no sigo mucho la política, pero estas elecciones sí tenía que seguirlas ya que como inmigrante creo que afectarán a mi futuro".

Lo que más teme Vanesa es el triunfo republicano en el Senado, circunstancia que deja a Trump libre de manos para cambiar lo que quiera, interpreta.

Pese a que no espera grandes cambios de manera inmediata, esta trabajadora sí se declara inquieta ante la llegada del momento de renovar su visado de trabajo. "A los españoles desplazados aquí esta situación nos ha recordado al Brexit del Reino Unido, donde todo el mundo pensaba que no pasaría y al final ganó la opción de salir de Europa. La sensación general en mi lugar de trabajo es de incertidumbre, nerviosismo, tristeza e impotencia. Solo nos queda esperar y ver qué pasa", concluye.

En el Estado de Texas, donde Trump ha ganado con holgura, trabaja desde hace quince años Guillermo García Manero, experto investigador en leucemia que desarrolla su labor en el MD Anderson Cancer Center de Houston, el centro monográfico sobre el cáncer más grande y antiguo del mundo.

Y este investigador tiene un análisis muy claro y contundente. La victoria de Trump ha venido de la mano de un "mal cálculo del Partido Demócrata al imponer una líder, Hillary Clinton, que no era popular entre las bases del partido". Por eso, este maño de nacimiento criado en Mallorca, concluye declarándose "preocupado por un futuro incierto, no solo en Estados Unidos, sino a nivel global".