La suspensión de militancia de la presidenta del Parlament, de una diputada y de un dirigente de Podemos se inscribe en una guerra de dosieres entre los sectores enfrentados en el partido emergente. El expediente contra Xelo Huertas, Montse Seijas y Daniel Bachiller se simultaneaba con la recopilación de datos sobre las vinculaciones de Alberto Jarabo con los nombramientos en la cúpula de IB3, y sobre los contratos a su anterior productora.

Seijas encargó hasta dos informes, que también llegaron a manos de Huertas y Bachiller, sobre la actividad de Jarabo con posterioridad a su nombramiento como diputado de Podemos. El primero de los textos comprometía al secretario general de la formación con la designación de Joan Carles Martorell como director del canal autonómico IB3. El documento remitido a los hoy expedientados ponía en duda un currículo "con bastante humo", y destacaba que "lo más sospechoso es que ha sido un empleado de Alberto Jarabo, que tiene fuertes intereses económicos en el sector". Esta vinculación fue objeto de debate en el seno del partido emergente.

A finales de este mes de septiembre, cuando se empezaba a cocer la actual crisis, la recopilación previa gozó de una "actualización". De acuerdo con el autor, atendía de nuevo a una petición de Seijas, esta vez sobre la facturación con IB3 de la productora en la que trabajaba Jarabo antes de dedicarse a la política.

Los datos adjuntados proceden de los contratos correspondientes a IB3. Pese a ser públicos, adquieren una sensibilidad especial porque el autor concluye que "desde que Jarabo pasó a dar apoyo al Govern, la factura de la empresa se ha disparado". El informe solicitado por dirigentes de Podemos contra otra parte de la dirección resalta la conexión familiar que mantiene Jarabo con la productora. También se destaca la presencia de Martorell como "directivo responsable de estas contrataciones".

Un mes después de la "actualización" del informe, Podemos sacudía al Pacto de Govern con el sacrificio de Huertas, Seijas y Bachiller. La ejecución tenía lugar desde Madrid, a cargo de Pablo Echenique. Su dosier superó en potencia de fuego al informe sobre IB3. Las presiones ejercidas por la presidenta del Parlament, en favor de la continuidad laboral del investigador, están fuera de duda. Los dos únicos dirigentes de Balears con un contacto fluido con el círculo de Pablo Iglesias son Jarabo y Laura Camargo.

El duelo de declaraciones cruzadas entre dirigentes de Podemos en Balears se ha visto sobrevolado por el contenido del dosier sobre Jarabo. El mismo lunes, nada más tener noticia de su suspensión de militancia, Huertas señaló que "seguramente quien ha arrojado las sospechas tiene bastante más que callar". El timón de la defenestración de las parlamentarias lo ha empuñado Jarabo.

Huertas negó que su anunciada continuidad como diputada tuviera que ver con el mantenimiento de "aforamientos que ni me hacen falta, ni creo en ellos". Aunque su mensaje contra Jarabo dejaba pocas dudas, lanzó otro dardo envenenado. "Espero que algún diputado que a lo mejor tenga que utilizar el aforamiento, no lo utilice porque no cree en ello".

Jarabo tampoco ha economizado en la emisión de mensajes tendentes a limitar el daño causado por el fuego amigo. Ayer mismo exigió a las sancionadas, entre las que se cuenta la autora del encargo de un informe en contra del secretario general, que tuvieran "prudencia y responsabilidad en sus declaraciones y actuaciones". Asimismo, se reafirmó en que vendió las acciones de su productora tras acceder al Parlament. En su opinión, no hay apariencia de parcialidad en su trabajo parlamentario de control de IB3.

Las alianzas en la cima de Podemos se rigen por una geometría variable. Un año atrás, Jarabo y Camargo imponían a Bachiller para negociar los presupuestos en nombre del partido.