Cuatro presidentes de Estados Unidos, dos demócratas y dos republicanos, han visitado Mallorca a lo largo de la historia: Richard Nixon, Jimmy Carter, George Bush y Bill Clinton.

Donald Trump ha impedido con su inesperada y contundente victoria que Hillary Clinton se convirtiera en la quinta inquilina de la Casa Blanca con una visita mallorquina en la hoja de servicios, aunque en la lista de ilustres visitantes con pasado en de la residencia presidencial estadounidense o su entorno figuran otros personajes como Jacqueline y Tedd Kennedy o la misma Michelle Obama.

Nixon, apodado Tracy Dick, aterrizó en el viejo aeródromo de Son Bonet en julio de 1956, cuando era vicepresidente de Eisenhower y doce años antes de acceder a la Casa Blanca. Eran los tiempos en que Franco pugnaba por abrir su régimen al exterior. Por eso, el político republicano fue saludado como "la máxima personalidad mundial que ha llegado a Mallorca" y fue acompañado por el ministro de Exteriores Alberto Martín Artajo.

Alabó la figura de Junípero Serra, se alojó en el hotel Mediterráneo, se bañó en solitario en la playa de Illetes por expreso deseo y visitó el casco antiguo de Palma y los barrios de El Terreno, Son Armadans y Sant Agustí.

Jimmy Carter llegó a Mallorca en septiembre de 1992, cuando su vida se había convertido en un periplo incansable en busca del Nobel de la Paz que logró en 2002. Y en Palma anunció con acierto que Bill Clinton se convertiría en el siguiente inquilino de la Casa Blanca. Además, pidió la intervención de la ONU en el polvorín balcánico y visitó el castillo de Bellver. Ni siquiera fue recibido por el president Gabriel Cañellas.

George Bush llegó a la isla en agosto de 1993, ocho meses después de ceder el testigo a Clinton y como tripulante ilustre del del yate Michaela Rose, que amarró en el Club de Mar.

En Palma se entrevistó con los Reyes y con ellos y a bordo del Fortuna navegó por aguas de sa Dragonera. No quiso hacer declaraciones políticas, aunque alabó al entonces presidente Felipe González, y firmó "Con mi más sincero aprecio" en el libro de visitantes ilustres de la ciudad.

En julio de 1997 el Air Force One de Bill Clinton aterrizó en Mallorca para realizar una visita de tres días a los Reyes. Le acompañaba su esposa Hillary, que lució un collar de Perlas Majorica que luego exhibió en un reportaje de la CNN, y su hija Chelsea. La visita estuvo repleta de acontecimientos culturales y populares: Bellver, que dejó boquiabierto a Clinton, la Catedral, baño de multitudes en la terraza del Capuccino del Passeig Marítim por expreso deseo del mandatario, y Valldemossa. También navegó a bordo del yate real Fortuna. La relación con Mónica Lewinsky estaba en su apogeo y poco después marcaría de forma irreversible su salida de la Casa Blanca.