La amenaza de Xelo Huertas de boicotear los presupuestos del Govern para 2017 si se deja de financiar el laboratorio de su compañero Daniel Bachiller no se quedó en los chats internos de Podemos. La aún presidenta del Parlament presionó directamente a los consellers de los que dependía mantener el pago de los 175.000 euros que cuesta la actividad del investigador podemista, confirman fuentes del Pacto y del Ejecutivo.

Los días 27 y 31 de octubre el líder de Podemos, Alberto Jarabo, se hizo la foto respectivamente con el vicepresidente del Govern, Biel Barceló, y con la titular de Hacienda, Cati Cladera. Con ellos escenificó el acuerdo por el que Podemos se compromete a apoyar las cuentas del año que viene. El mismo 31 de octubre, Bachiller informó en un chat de Telegram de la cúpula de Podemos la decisión firme del Govern de no renovar el convenio para la continuidad de su laboratorio. Xelo Huertas anunció su intención de votar en contra de los presupuestos por dicho motivo, y entonces pasó a la acción.

La presidenta del Parlament se dirigó a la titular de Hacienda y le advirtió de que lo firmado por Jarabo era papel mojado para ella "y otros diputados" podemistas. Señaló a la consellera que había "un asunto muy delicado" que "si no sale bien" hacía peligrar la aprobación de los presupuestos, reproducen la conversación grosso modo las fuentes. Cladera se quedó preocupada tras la charla con Huertas, ya que le quedó claro que casi con seguridad se rompería la disciplina de grupo y parte de los parlamentarios de Podemos votarían en contra de las cuentas autonómicas. Cladera vio que el trasfondo era la negativa del Govern a seguir financiando la actividad del controvertido científico y dirigente de Podemos, ahora suspendido por el partido.

Días más tarde, Huertas volvió a utilizar su posición influyente en beneficio de su colega Daniel Bachiller. En esta ocasión de modo mucho más explícito: el pasado jueves 3 de noviembre la presidenta del Parlament esperó a que terminara la comparecencia del vicepresidente Barceló para explicar las partidas de su departamento el año entrante, en la Sala Verde de la Cámara. Eran las 21.30 horas y Huertas fue al encuentro del director general de Innovación e Investigación, Pep Lluís Pons. Le pidió explicaciones de por qué había truncado el convenio para que Bachiller pudiera proseguir con su actividad investigadora en 2017. La presidenta usó un tono recriminatorio, según pudieron escuchar otros presentes en la sala, y mostró su malestar por la situación en la que el Ejecutivo dejaba a Bachiller.

Cabe recordar que tras las presiones de Podemos en los últimos meses, la conselleria de Biel Barceló debía acoger el laboratorio del investigador de Podemos. La idea era ubicarle en el futuro complejo científico del ParcBIT, y cofinanciar su actividad a través de un nuevo convenio con el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

No obstante, después de muchas negociaciones el vicepresidente consideró lesivo para los intereses generales la propuesta hecha por el CSIC, pues prácticamente era un ´traje a medida´ para el dirigente podemista. De ahí la rescisión del convenio que regía hasta ahora, el enfado de Bachiller y Huertas, las amenazas de veto a las cuentas y el expediente de Podemos.