Mañana empieza en Londres la World Travel Market del 'brexit'. La del nuevo ministro español de Turismo, del que se hablará, aunque no acudirá a estrenar cargo. La del miedo al exceso de turistas derivado de varios años seguidos de agobio estival, culminados en el último verano con una saturación poblacional denunciada con hartazgo por cada vez más residentes de las islas. Mañana comienza en Londres una feria llena de retos y vacía de miedos: tanto los empresarios, como el Govern saben que el negocio turístico irá bien. Mejor incluso que este año. Que ya es decir: durante lo que va de 2016, el turismo británico ha crecido un 15% en Balears y un 10% en Mallorca, donde el avance ha sido tal que el Reino Unido generó hasta septiembre 2,1 millones de visitantes, tantos como en todo el 2015 y suficientes como para consolidarse aún más como segundo cliente de la isla, donde solo Alemania aporta más negocio turístico.

De ahí la tranquilidad. De ahí y de la certeza de que el crecimiento seguirá pese a la libra. Llenando hoteles. Y desde más temprano. Los establecimientos madrugarán en 2017 para abrir en febrero y marzo, más modernos y reformados de lo que han estado jamás: mil millones de inversión hotelera en cuatro años permiten madrugar para hacer caja con el monopolio del turismo mediterráneo, concentrado aún en Mallorca por incomparecencia de destinos competidores como Turquía y Túnez. Esa también será una de las claves de la feria, en la que será posible vigilar las ventas del norte de África y los destinos turcos, hasta ahora a la baja.

Devaluación de la libra

No es el caso de Mallorca, que desde primavera se llenará de británicos, a los que la libra devaluada por su propia decisión de dejar la Unión Europea no impide estar reservando más que en los años precedentes. Que ya han sido de récord. Lo confirman hoteleros baleares y los touroperadores británicos, que han vivido un verano marcado por negociaciones con objetivos tan enfrentados como siempre, solo que esta vez sin más que una salida: los agentes que controlan el mercado británico han tenido que aceptar subidas de precios igual de fuertes que las de años precedentes, entre un 5 y 15%, por la sencilla razón de que no tienen destinos alternativos disponibles (las Canarias también están llenas) con los que presionar a un sector hotelero que se sabe en posición ganadora.

Así que las peticiones de los touroperadores de contención en las tarifas para compensar la caída de la libra a valores de los ochenta del siglo pasado no han servido más que para arrancar de los hoteleros mallorquines la negativa más lacónica, británica y educada. Él éxito da seguridad hasta para decir no a ofertas que en algunos casos garantizaban el lleno de los hoteles durante otros cinco años. Pero los márgenes de beneficio de los últimos años, que permiten a algunas cadenas estar amortizando sus reformas en Mallorca al ritmo fulgurante con el que recuperaban solo sus inversiones en el Caribe y Asia, llevan al sector a minimizar ofertas y descuentos.

No hacen falta. En el sector confirman que ya tienen fuertes subidas de reservas en el mercado británico para los meses de marzo y abril, donde están entre un 15 y un 20% del año pasado. Más concreta el dato el Govern balear, que habla de avances del 16% en las ventas británicas primaverales, favorecidas además por la renovada apuesta de las aerolíneas por una Mallorca en la que están concentrando flota turística.

Y con éxito: también en las compañías aéreas aseguran que sus perspectivas de ventas de viajes entre el Reino Unido y Balears son mejores. "Los clientes están reservando con más antelación que otros años", coincide un directivo de Jet2, que atribuye el éxito temprano de las ventas a Mallorca a una poderosa combinación de factores, entre los que están un brexit y una devaluación de libra que parecen estar modificando los hábitos de consumo vacacional de los británicos, quizá temerosos de que su moneda siga en caída libre y valga cada vez menos en esa Mallorca que se llenará otra vez hasta los topes.