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Ayudar a la gente a dejar de sufrir para reducir los suicidios

Los últimos datos, del año 2013, sitúan a Balears como la cuarta comunidad del país con tasas más elevadas de muertes voluntarias con 9,4 óbitos por cada cien mil habitantes

Los suicidios de las islas, en números Fuente: Fundación Salud Mental España para la prevención de los trastornos mentales y el suicidio / INFOGRAFÍA ddm

Los datos disponibles sobre una estadística complicada y delicada, hablan por sí solos: En 2013 se suicidaron en las islas un total de 104 personas, 81 hombres y 23 mujeres. Un evento de estas características se produjo cada tres días. Y estas 104 defunciones igualan a la de los fallecimientos por esta causa acontecidos en 2009 y se trata de una cifra no registrada en las islas al menos desde el año 1993, según los datos que maneja la Fundación Salud Mental España para la prevención de los trastornos mentales y el suicidio.

Con estos datos, los últimos disponibles hasta la publicación de las Estadísticas de Defunción por Causa de Muerte del año 2014 -que el Instituto Nacional de Estadística (INE) tiene pendientes de hacer públicas-, Balears se situó como la cuarta comunidad del país con mayores tasas de suicidios. En el archipiélago en 2013 acabaron con su vida 9,4 personas por cada cien mil habitantes cuando la media nacional es de 8,3.

Por encima de las islas tan solo se encuentran Asturias, con 13,9 suicidios por cada cien mil habitantes; Galicia, con 12; y Andalucía, con 9,6. En números absolutos, en la comunidad asturiana se suicidaron 148 personas en 2013, 333 en Galicia y 808 en Andalucía.

Los datos de las islas son preocupantes y, además, el Colegio Oficial de Psicólogos (COPIB) estima que, según los últimos indicadores, estas cifras habrían aumentado en estos últimos años. Por esta causa, las psicólogas Alice Liljhedal y Adelina Sastre forman parte de un grupo de trabajo del COPIB centrado en la investigación, prevención y asistencia de la conducta suicida.

Protocolo de actuación

"Estamos elaborando, conjuntamente con el Servei de Salut, un protocolo de actuación para hacer un seguimiento de las personas atendidas en las urgencias hospitalarias tras un intento de suicidio. Porque las estadísticas nos revelan que quien lo ha intentado una vez lo volverá a hacer antes de que transcurra un año", explica Adelina Sastre.

Esta profesional señala que las personas más proclives a tomar esta drástica solución suelen padecer alteraciones del estado de ánimo como depresiones que se alargan en el tiempo, algún caso de bipolaridad o trastornos de la personalidad.

"Hay otras personas que también optan por el suicidio porque están pasando por una crisis vital del tipo que sea, ya bien económica, sentimental o laboral. Y, desde luego, desde el inicio de la crisis se han notado un aumento de estas tendencias", subraya la psicóloga.

Sastre también habla de los colectivos de personas mayores con enfermedades crónicas que, tras el fallecimiento del cónyuge, se sienten desvalidas y llegan a la conclusión de que la vida ha perdido todos los alicientes.

"La persona que se suicida no quiere morir, tan solo quiere dejar de sufrir. Por tanto, si encontramos las vías para que estas personas dejen de sufrir, reduciremos los suicidios", concluye Adelina Sastre.

Esta profesional admite que están intentando averiguar las causas por las que aquí, en Balears, las tendencias suicidas están aumentando. "Quizá es porque no hay mucha prevención ni información. En otras comunidades como Madrid, Cataluña y Navarra llevan años realizando planes de prevención al respecto. Echo de menos campañas publicitarias en las calles del tipo de carteles en los que se emplace a llamar a algún número de ayuda en caso de que alguna persona esté triste o deprimida", aventura una de las posibles causas de este elevado número de suicidios.

"Ojalá pudiera ver alguna vez una campaña en televisión de prevención del suicidio como las que hace la Dirección General de Tráfico para reducir la siniestralidad en las carreteras. Sabemos de muchos casos de suicidios que se podrían haber evitado si las familias hubieran dispuesto de más información", denuncia la experta.

Sastre añade que las campañas formativas habría que extenderlas a los colegios, donde el acoso escolar se está erigiendo como una importante causa de suicidio entre los adolescentes, y a los centros geriátricos e instituciones penitenciarias.

Preguntada cómo se puede evitar que una persona se suicide, la psicóloga matiza que cada individuo es un mundo, que mientras alguien puede acabar con su vida por venganza otro lo hará porque cree que ya no es necesario, porque tiene la sensación de que estorba. "Pero a todos, en general, les diría que antes de hacerlo lo hablen con alguien. Que lo aplacen hasta el día siguiente y que lo hablen", propone la especialista.

Lo ideal es que se pongan en manos de un especialista y juntos busquen los argumentos que lleven a la persona a desechar esa idea, sugiere Adelina Sastre ya que asegura que no basta con que les digas que la vida es maravillosa o que merece la pena continuar aquí por este u otro motivo. "Una persona en esa situación te desmontará rápidamente esos argumentos. Hay que buscarlos con ella", subraya.

Desde el COPIB se está trabajando en la creación de grupos de atención a los supervivientes de estas acciones, tanto de personas que han intentado quitarse la vida como de los familiares de los que lo han conseguido, revela la psicóloga, que para concluir quiere subrayar la importancia de acometer "acciones informativas y de concienciación social que permitan erradicar el estigma que pesa sobre las personas que sufren algún tipo de enfermedad mental".

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