Sonriente y con su ya habitual tono cínico, aunque menos desa-fiante que en otros interrogatorios. Jaume Matas se presentó en el Parlament ayer, en la comisión que investiga un presunto sobrecoste de las autovías de Eivissa para beneficiar al PP. A diferencia de la última vez, que declaró sobre Son Espases por videoconferencia, desde la cárcel y con la cabeza vendada, ayer el expresidente del Govern y del PP lo hizo in situ, volviendo al escenario donde durante años ejerció el poder absoluto.

"Asumo la responsabilidad política de aquella decisión", dijo sobre las obras viarias que levantaron una auténtica polémica en Eivissa una década atrás. Preguntado por un diputado de su antiguo partido, el PP, sobre si "directa o indirectamente resultó beneficiado" económicamente por este proyecto, Matas respondió rotundo: "Naturalmente no". Añadió que en su opinión los únicos beneficiados han sido "los ciudadanos de las Illes Balears".

"¿Existe un 3% [de comisión] por las autopistas de Eivissa?", le preguntó sin rodeos Nel Martí (Més). "Absolutamente no", aseguró Matas, quién también negó que la dirección estatal del PP en Génova hubiera recibido comisiones por esta adjudicación.

No contesta

Matas adoptó una actitud esquiva ante todas las preguntas relacionadas con su situación judicial. Rechazó responder a Aitor Morràs (Podemos) cuestiones como "cuántas condenas en firme tiene", o "cuántos procedimientos abiertos por corrupción en adjudicaciones de obras públicas en Balears". "No tiene nada que ver con el objeto de esta comisión", se despachaba Matas una y otra vez. "Eso lo diremos los diputados, que somos lo que preguntamos, y sí tiene que ver porque supone definir el perfil de un compareciente", remachó. Morràs dejó a todos con la incógnita, al inquirir al expresidente cómo había viajado hasta Palma, o dónde había dormido. Matas dio la callada por respuesta. También rehusó desvelar a preguntas de David Abril (Més) si en los pactos que negocia con el fiscal para rebajarle peticiones de cárcel "implicará a algún miembro de su gobierno".

"No voy a contestar". "No me acuerdo". "No sé de qué me está hablando" o "no me consta" fueron otras de las evasivas recurrentes de un Jaume Matas que vino a defender su gestión como presidente en general, y en particular con este megaproyecto en la pitiüsa. Deslizó respuestas con sorna -"el programa electoral se elabora antes de las elecciones"-, y también se mostró huidizo al preguntarle por sus relaciones con determinados empresarios. Dijo no conocer a los imputados por financiación ilegal del PP Enrique Ortiz o Francisco Correa, de la trama Gürtel. En cuanto a Abel Matutes, un "compañero de partido", desmintió haberle favorecido en el trazado de las nuevas carreteras para no perjudicar sus terrenos y negocios. "Le garantizo que no me consta [ningún trato de favor]". Tampoco sabe nada, afirmó, de las montañas de tierra que habrían terminado en un campo de golf del hotelero ibicenco. "No lo hubiera permitido", espetó Matas a Nel Martí.

No le gustó cuando Abril le interpeló sobre qué trató "Fernando Areal, su cuñado [entonces gerente del PP balear] en el hotel la Missió en una reunión con contratistas", y en calidad de qué y por quién iba enviado. "No es cierto. Se lo inventa", se limitó a contestar.

Matas puso objeciones a las palabras 'escándalo' y 'sobrecoste': "No estoy de acuerdo en que hubiera un sobrecoste", recalcó. "¿Cómo justifica entonces los 426 millones de euros (que según el Pacto han costado de más las obras a día de hoy)?". Y Matas explicó su teoría, que luego repetiría a lo largo de toda la comparecencia. Afirmó que "en todos los convenios" de financiación de obras viarias entre el Gobierno central y las autonomías hay un desfase de cifras. Esos documentos "no tienen nunca nada que ver con el precio final", aseveró, ya que los presupuestos "son orientativos". Lo que importa, señaló el expolítico del PP, es el presupuesto del proyecto una vez redactado.

El expresidente del Govern, un corrupto confeso, repitió que "el Estado paga" la millonaria obra de Eivissa, ya que la Comunidad ganó un recurso ante el Tribunal Supremo. Le desmintieron todos los portavoces de los grupos. Enric Casanova (PSIB-PSOE) fue muy rotundo al respecto: "Las carreteras de Eivissa las estamos pagando y las seguiremos pagando los ciudadanos de Balears durante los próximos veinticinco años", recordó el llamado 'peaje en la sombra'.

"Las debería pagar íntegramente el Gobierno del Estado", reiteraba Matas en cada ocasión. "Asumo las responsabilidad política de tomar la decisión del proyecto", volvió a subrayar. A partir de ahí, como ya hiciera en su día ante el juez José Castro con su famoso 'hágase', era su consellera Mabel Cabrer, su director general Carlos Jover y resto de subordinados los encargados de ejecutarla, dijo sin nombrarlos: "Tengo absoluta confianza en todos los miembros de mi gobierno y en los técnicos de la Comunidad".

La versión de Matas es que no hubo ninguna presión política para acelerar las obras y sacar rédito electoral: "Absolutamente no". Abril le enseñó actas donde Cabrer "daba órdenes directas a las concesionarias para que los trabajos terminaran antes de las elecciones". De nuevo balones fuera.

"Le emplazo a que me encuentre un solo kilómetro de carretera en toda España y Europa que haya costado más que en Eivissa", le retó Abril. "El coste es el que ha sido", señalaba Matas, insistiendo en que para él no es raro que en el convenio inicial solo figurara que las autovías costarían seis millones de euros, y se hayan pagado 426 más. "Pueden mirar todos los convenios, la cifra siempre es estimativa", insistía Matas.

Un espectáculo

El PP denunció que la comisión no persigue la verdad, sino "una verdadera persecución política" a Matas y otros cargos del partido. "Nació y morirá viciada, desacreditada", dijo Miguel Jerez. Lamentó lo que considera un "espectáculo mediático" -la misma expresión que la diputada de El Pi Maria Antònia Sureda para justificar su asistencia sin preguntas- y cargó contra el Pacto por vetar que comparezca el también expresidente Francesc Antich.

"El mundo es muy pequeño", se despidió David Abril de Matas. "Quién le diría a usted que terminaría por volver así a este Parlament", apostilló ante un Matas silente y con cierta mirada irónica.