Hombre, de entre 45 y 62 años, español, con solo estudios obligatorios o menos, alguna discapacidad física y síntomas de alcoholismo. Ése es el perfil más habitual de las 156 personas que viven en la calle de forma permanente en Mallorca, según el primer recuento hecho nunca, que fue realizado por el Institut Mallorquí d'Afers Socials (IMAS) con la colaboración de las entidades de la Xarxa d'Inserció Social en marzo del 2015.

La mitad de estas personas que viven en la calle aseguraron que pasan la mayor parte del día solos y el 40% ha sido víctima de alguna agresión, abuso sexual o robo. Más de medio centenar dijo llevar más de cinco años en este situación.

El recuento ha contabilizado además a 426 ciudadanos que viven en alguno de los albergues y refugios existentes (como Ca l'Ardiaca, Sa Placeta, Can Gazà...), con lo que el total de 'sin techo' en la isla llegaría a los 582. El próximo mes de marzo el IMAS coordinará un nuevo recuento para actualizar los datos.

De las 156 personas que viven en la calle, casi todas (135) se ubican en Palma y el resto en municipios turísticos como Alcúdia (ocho personas), Llucmajor (tres), o Santa Margalida (cuatro); de la Serra (dos en Pollença y una en Sóller) y de la comarca de Llevant (dos personas en Artà y una en Son Servera).

La mayoría, un 86%, son hombres. La edad mínima, 21 años. La máxima, 81. Un 49% son solteros, un 28% tiene pareja y un 20% está divorciado o separado. Algo más de la mitad (56%) son españoles , un 29% son extranjeros comunitario, un 10% tienen origen africano y el resto son de otras nacionalidades.

¿Por qué han acabado estas personas en la calle? Según respondieron ellos mismos, el motivo principal para el 71% es la falta de trabajo y de dinero. Un 18% apuntó al consumo de alcohol y drogas y un 17% achacó su situación a una ruptura afectiva. El resto citó problemas familiares, enfermedades, el fallecimiento de personas cercanas o por ser inmigrantes en situación irregular. La mayoría no tiene estudios más allá de la formación básica obligatoria, pero llama la atención que un 13% tiene titulación universitaria.

¿Se encuentran estas personas en la calle porque los refugios no dan abasto? No. Según el estudio 426 personas se alojan en albergues, cuando el total de plazas disponibles en toda la isla supera las 600, según indicaron técnicos del departamento de Inclusión Social del IMAS.

Hay sitios y camas disponibles, pero algunas de las personas que viven en la calle "rechazan el recurso", según indicó ayer en la presentación de los datos la consellera de Bienestar y Derechos Sociales y presidenta del IMAS, Margarita Puigserver. Expertos del organismo insular señalaron dos importantes factores que provocan que haya 'sin techo' que prefieran dormir en la calle que en el refugio: problemas de salud mental y una "falsa sensación de libertad" al no tener que cumplir normas ni horarios.

En este sentido se señaló por ejemplo el caso de Ca l'Ardiaca, que aunque es un centro de "baja exigencia" -que "no penaliza a las personas que no quieren o no pueden hacer cambios para modificar su situación"- sí exige a los que quieran dormir allí que lleguen antes de las once de la noche. Y este mínimo requisito horario, que busca que todas las camas se aprovechen echa para atrás a más de uno.

Salud mental, adicciones... pueden conformar un combinado habitual entre los 'sin techo'. La mayoría de los encuestados presentaban unas malas condiciones de higiene y un mal aspecto físico. Un total de 116 encuestados tenía alguna discapacidad física visible y, según una primera observación, 61 presentaban síntomas de alcoholismo.

Puigserver indicó que este primer recuento sirve para conocer la dimensión del problema de personas sin hogar en la isla y su situación, para "visibilizar esta situación" y "sensibilizar a la población"; un primer paso necesario para "acabar con este problema". ¿Cómo? "Hay una necesidad urgente de dar respuesta a este falta de apoyo social de estas personas reforzando el trabajo comunitario". En este sentido, razonó que en Palma es más fácil perder "los lazos con la comunidad" que en los pueblos, donde hay más "solidaridad". Mencionó también iniciativas como la de trabajar para dar una "primera vivienda a estas personas", así como la de aumentar los recursos para atender los problemas de salud mental. Eso sí, subrayó la necesidad de "trabajar todos juntos" y apeló a las entidades y los servicios municipales.

Concluyó: "La obtención y análisis de los datos servirá para seguir trabajando a través del Plan de Lucha Contra la Pobreza", impulsado durante la presente legislatura, en la mejora de las condiciones en que viven las personas que "desgraciadamente" no disponen de un hogar donde vivir.