Noche del 31 de diciembre. Familias reunidas, marisco sobre la mesa, o lechona en su defecto, y las doce uvas preparadas. En la televisión, de pronto, la programación se ve interrumpida. Se trata de una desconexión para las islas. Al resto de España le falta todavía una hora para estrenar nuevo año. A Canarias, más de dos. Pero en Balears ya suenan las campanadas. La escena podría acabar pasando. Podría haber sido este año si el Gobierno hubiera aceptado la petición del archipiélago de mantener el horario de verano y no se hubieran retrasado los relojes esta madrugada. Por ahora, no será así. Pero ya no hay vuelta atrás: el debate está abierto.

Todos los partidos del Parlament, desde el PP a Podemos, apoyaron esta semana pedir al Gobierno de España mantener el horario de verano para Balears. La resolución, que pretende ganar más horas de sol por la tarde con fines saludables y económicos, nace de la campaña Illes amb claror, una iniciativa surgida en las redes y que cuenta con más de 8.000 firmas en Change.org.

Pese a salir adelante con el apoyo de todos los partidos, el Ministerio de Industria respondió el mismo día a la petición y recordó que el cambio de hora lo regula una directriz europea. El adelanto de la hora desde el último domingo de marzo hasta el último domingo de octubre es una medida tomada por varios países, entre ellos España, desde 1974, a raíz de la crisis del petróleo y como medida de ahorro energético, y regulada desde 1981, y desde 2001 de forma indefinida.

No obstante, España lleva desde 1942 en un huso horario que no es el que le correspondería geográficamente. Ese año y en plena Segunda Guerra Mundial, Franco decidió abandonar el huso horario correspondiente al Meridiano de Greenwich (GMT) y pasar al horario de Europa Central (GMT+1), para compartir hora con la Alemania de Hitler. Lo mismo decidieron Italia y los países ocupados, entre ellos Francia.

La hora de Helsinki o Bucarest

Sin embargo, lo que pretende la propuesta aprobada por el Parlament no es devolver a Balears al horario de Greenwich, lo que se conseguiría retrasando los relojes, no una, sino dos horas. Lo que plantea la propuesta es mantener a Balears en el horario de verano, una hora más de lo que corresponde a su huso y dejándola con el horario de Europa oriental (GMT+2). El archipiélago dejaría de tener la hora de Madrid, Barcelona, París, Berlín, Bruselas o Roma y pasaría a tener la de Atenas, Helsinki, Bucarest o Kiev. Habría que atrasar la hora para viajar a la península pero no para desplazarse a Bielorrusia o Moldavia. El archipiélago se convertiría en una anomalía en el mapa europeo: lugares más al este como Italia o Croacia seguirían teniendo una hora menos.

La iniciativa defensora de la propuesta, Illes amb Claror, recuerda que Balears es la comunidad más oriental de España y la primera en la que se pone el sol. En el archipiélago anochece 50 minutos antes que en A Coruña, en el extremo más occidental del país. Manteniendo el horario de verano, las islas ganarían una hora de sol por la tarde, y donde ahora a partir de las 17.30 horas empieza a anochecer, seguiría habiendo luz del sol una hora más. Eso sí, cuando el día es más corto en invierno, hasta pasadas las 8.00 no habría amanecido plenamente.

La propuesta sale del pedagogo Miquel Pou. "El cambio de hora no me gustaba a mí ni a mi entorno. Decidí documentarme y vi que el cambio no tenía sentido. A partir de ahí creé un grupo en las redes con la propuesta y al ver el apoyo que tenía empezamos a recoger firmas en Change.org", relata Pou. De ahí, a aprobarse por unanimidad en el Parlament y haber abierto el debate a nivel nacional. La Comunidad Valenciana o Galicia también han empezado a estudiar la propuesta balear.

"Desde el principio hemos apelado al sentido común: nos venden que hay un ahorro energético. Pero no es así: si no hay luz, vas antes a tu casa. Es un argumento obsoleto", plantea el promotor de la iniciativa. Sin embargo, si bien en las islas no hay datos al respecto, según las estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el ahorro en iluminación por el cambio podría alcanzar los 300 millones, 210 correspondiente a edificios del sector servicios y a la industria, y 90 millones correspondiente a los hogares, lo que supondría un ahorro de 6 euros al año para las familias. Eso sí: el ahorro viene del cambio en marzo, cuando se pasa al horario de verano y no del horario de invierno.

"Positivo para los bioritmos"

En cualquier caso, según destaca Pou, lo más importante de la propuesta es perseguir "el bienestar social". Según la resolución aprobada en el Parlament, el cambio de horario y la reducción de horas de sol por la tarde, "repercute de manera negativa sobre la salud de las personas" y provoca "depresión, insomnio y otras alteraciones". Respalda esos argumentos el psiquiatra Miguel Lázaro. "Mantener el horario de verano sería positivo: habría una mejor sincronización de los ciclos circadianos", explica el doctor. "De estos ciclos depende el sueño y los bioritmos del organismo", detalla, para señalar que con esta propuesta se solucionarían problemas de insomnio, "muy comunes entre los pacientes". "Tal vez sería una manera de reducir el elevado consumo de ansiolíticos, ya que la estabilidad del sueño es fundamental para la salud", reflexiona Lázaro, que cree que "es bueno haber abierto este debate".

Sin embargo, el hecho de que sólo Balears mantuviera el horario de verano, retrasaría, por ejemplo, toda la programación televisiva: informativos a las 22.00, los programas de prime time a las 23:30 o los partidos de la Champions, a las 21.45. "Ahí entramos en el debate de la racionalización horaria, que es un debate complementario pero paralelo", defiende Pou, que explica que "una cosa es que tengamos más luz y otra como gestionamos nuestros horarios".

Quien se ha sumado a aplaudir la propuesta ha sido la Asociación de Restauración, Bares y Cafeterías. "Hace ya dos años que defendemos este tema", recuerda su presidente Alfonso Robledo. "Al final, la principal fábrica que tiene Balears es el turismo y si queremos ampliar la temporada, con todo lo que eso significa para la economía, no podemos quitar horas de sol", defiende el empresario. "Con luz, la gente se mueve más, sale de compras y sale a cenar", señala.

De momento, Madrid dice que esto depende de Bruselas, pero el debate está sobre la mesa. "Estamos satisfechos porque el tema ha dado un nuevo paso", celebran desde Illes amb Claror. Por ahora revisen haber cambiado sus relojes, pero puede que estemos más cerca de eso de 'buenos días, son las ocho, una hora menos en Canarias...y una más en Balears'.