La rendición de Susana Díaz y de su mayordomo Javier Fernández al PP conllevaba para Balears un respaldo masivo a la investidura de Rajoy, por seis diputados (PP, PSOE, Ciudadanos) a dos (Podemos). Nos ahorrarán el cinismo de distinguir entre votos favorables y abstenciones, más vergonzosas incluso que el sí.
No todos contaban con la fidelidad a los principios socialistas de los dos diputados del PSOE balear, Pere Joan Pons y Sofía Hernanz. Son los dos primeros representantes en el Congreso de los que tenemos noticia tras haberlos nombrado, ¿alguien se acuerda de Teresa Palmer en el PP? Se necesita valor para oponerse a la masa, sobre todo en campo contrario y con la presión de los correligionarios. De momento, la negación de los díscolos a Rajoy ha igualado el marcador balear para el presidente. De la victoria apabullante, a un empate a cuatro clarificador, porque desaparecen las nebulosas abstenciones. PP más Ciudadanos frente a PSOE más Podemos. A diferencia del Parlamento, pero igualito que en el Parlament.
Mallorca se aleja así del comportamiento español, gracias a su Govern Frankenstein en clarividente definición de Soraya Nicolás Sáenz de Santamaría. Por el bien de Frankina Armengol, esperemos que la conservadora Susana Díaz no llegue nunca a La Moncloa. ¿Influirá la coherencia de Pons y Hernanz en las urnas? En uno de los escasos desgloses para las hipotéticas terceras elecciones, Jaume Miquel volvía a pronosticar el sorpasso de Podemos al PSOE incumplido en junio en escaños, con un 3(PP)-3(Podemos)-1 (PSOE)-1(Ciudadanos). Sin embargo, recuerde que se llaman sondeos porque nunca aciertan. Como mínimo, los dos diputados socialistas no han empeorado las expectativas de sus siglas en desbandada.
Si el Rey contrata a Miquel Roca para la defensa de la Infanta Cristina, pese a la inexperiencia del abuelo de la Constitución en causas penales por corrupción, la afición aplaude la congruencia de la medida y el apego a la ley que denota. Si una madre sin títulos contrata vía televisión espectáculo para la defensa de su hija agredida en un colegio al showman Marcos García Montes, a quien entrevisté hace treinta años porque me llamó a este diario para ofrecerse, se trata de una medida sensacionalista, sin conexión con el Derecho y con pretensiones exclusivamente pecuniarias. Por tanto, supongo que hay que retirar todas las demandas que aspiran a una indemnización económica, que son todas.
Mallorca se nos está quedando pequeña. En la única isla europea de densidad semejante, llamada Venecia, el conflicto se ha resuelto expulsando a los nativos. Seguimos idéntico camino, sin inmutarnos. De ahí la sorpresa ante el estremecimiento que recorrió el espinazo colectivo en agosto, al contemplar la playa de Cabrera convertida en un beach club con colchonetas, sombrillas y material playero perfectamente alineado desde un yate anclado en las proximidades.
La conselleria de Medio Ambiente y los ecologistas pretendían un castigo ejemplar para disimular otros incumplimientos. Los agentes medioambientales de Cabrera fueron los primeros en recibir la impresión, pero también los únicos en darse cuenta de que había saturación pero no infracción. Pese a las presiones recibidas, no se ha conseguido que redactaran un informe de denuncia que en su opinión los acercaría a la prevaricación. Se han limitado a informar, y que decida el instructor del Govern. Pagué el precio por escribir que el problema no son los turistas sino los residentes, así que me reafirmo en lo dicho.
La esposa de uno de los detenidos más conspicuos en el caso de la ORA militaba con firmeza en la rebaja de la edad penal, para inculpar a adolescentes. Supongo que ahora reclama una elevación de la edad mínima penal por encima de los cincuenta años. El empresario encarcelado Roig tuvo negocios con muy destacados jugadores mallorquinistas, vinculados al PP y miembro uno de ellos de la sagrada familia de Mallorca.
La alegría es tóxica para un artista y prohibitiva para un periodista. Sin embargo, recibo la invitación para la inauguración de Miquel Barceló en la galería neoyorquina Acquavella, y el examen de su obra más reciente me inspira una sensación gozosa que intento sofocar a toda prisa. El Cite en la plaza que hoy nos ilustra, coloca a la fiera y al astado a dos metros de distancia, sin la perspectiva caballera de la serie clásica barceloniana que alcanzó cotizaciones millonarias. El pintor se ha vuelto taurinamente correcto.
Coincidiendo con la exposición en la selecta galería de Madison Avenue, el pintor mallorquín ha llegado a las páginas del Wall Street Journal de Rupert Murdoch. Con música de fondo de Frankie Valli, Barceló abre las puertas de su gigantesca finca de Artà y de su estudio cerámico en Vilafranca. El rotativo neoyorquino estima el precio de la casa de Farrutx en 15 millones de euros. Sin los cuadros.
Patria, de Fernando Aramburu, es la novela de que todos hablan. Nosotros lo haremos en mallorquín. Reflexiona la madre de un etarra: "La acogió en su casa de Palmanova, donde vivía con sus dos hijos pequeños y un marido así de gordo, que ese hombre lo menos pesaba ciento cincuenta kilos. Y para mí que, antes de engordar, seguro que había sido muy guapo con sus ojos azules. Venía de Alemania, tenía la cara un poco roja (bueno, bastante roja) y cuando hablaba conmigo se le notaba el acento. A los niños les hablaban él en alemán, ella en ese euskera que tienen en Mallorca". Por mucho menos, Cataluña te declara una guerra. Lean Homo Deus, de Yuval Noah Harari, si desean conocer el estado actual de la máquina llamada ser humano.
Reflexión dominical fotográfica: "La cámara ve demasiado bien".
