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Turismo

Mallorca planea su invierno más corto: solo diez semanas de hoteles cerrados

El sector cierra octubre con ocupaciones sorprendentes de hasta el 95% y muchos aguantarán hasta final de noviembre - En diciembre y enero habrá casi 200 establecimientos abiertos, que serán 300 en febrero, antes de que se dispare la actividad en marzo

Cierres y reaperturas por categorías

Pese a las nubes y el cambio de hora, Mallorca vive estos días un final de temporada luminoso. O al menos así es, luminoso y feliz, si la alegría y la luz se miden en euros, como ocurre con los negocios, que viven tiempos radiantes en el sector turístico. Playa de Palma continúa aún hoy llena de paseantes que apuran las terrazas, llegados desde casi toda Europa, para repartir su curiosidad y sus dineros por rincones de Mallorca tan distantes como Paguera, Alcúdia o Cala Ratjada. También por Palma, cuyo centro histórico, comercial y turístico repetía esta misma semana con cada nubarrón otoñal las escenas de un verano marcado a la vez por la saturación de viajeros, la sensación de agobio de los residentes y el lleno en las cajas registradoras de la mayoría de los negocios ligados al viajero y su entretenimiento. Pero la luz del dinero acaba este fin de semana, con este puente de difuntos o de Halloween, en el que muere el verano. Aunque resucitará pronto. Más pronto que nunca: el cierre turístico durará solo diez semanas.

Y aún tardará un poquito en empezar: el grueso de los hoteles cerrarán en las dos primeras semanas de noviembre, pero al menos un 40% de la planta hotelera aguantará activa hasta la tercera semana, aprovechando algunos eventos de golf, ciclismo y deporte previstos para estas fechas. En ese grupo están hoteles como el cinco estrellas Viva Zafiro (Alcúdia) y establecimientos generalmente de alto nivel como el Cap Rocat o casi todos los de la cadena Hipotels en Cala Millor, que resistirán sin cerrar casi hasta diciembre, tirando como todos de precios rebajados y un tipo de cliente que busca una experiencia de tranquilidad y vida sana que poco tiene que ver con lo habitual del verano. A partir del 20 de noviembre, eso sí, se acabó la campaña de los récords, la de los 12 millones de turistas, el máximo histórico de facturación empresarial y las quejas por una saturación que ya genera hasta turismofobia.

Todo ello se calma unas semanas para repetirse pronto. Mallorca vivirá durante apenas 70 días su invierno económico más breve. Y también el más tibio, porque en esas diez semanas de cierre general habrá una actividad bastante intensa en algunas zonas. El flujo de viajeros se concentrará sobre todo en Palma y los destinos más cercanos a la capital y su aeropuerto, que mantendrán el pulso y superarán el 80% de actividad incluso en el peor mes de todos, enero. Así que en Ciutat no habrá invierno turístico. Otra cosa es si se mira Mallorca en su conjunto. Tienen los datos en el gráfico que acompaña a estas líneas: en diciembre el 19% de los hoteles estarán abiertos, porcentaje que cae al mínimo en enero, cuando solo estarán operativos el 18% de los más de 800 hoteles de la isla, pero luego llega febrero y sale el sol del turismo, es decir, los turistas y sus euros, que contarán ya con un tercio de la planta hotelera abierta.

La Semana Santa ya da igual

Y eso es mucho decir. Pero así es. Lo confirman touroperadores, hoteleros y agencias de viajes, que ya están vendiendo reservas para los primeros meses del año. Nuevamente, explican, la Semana Santa no será referencia de nada. El año pasado cayó en la tercera semana de marzo y esta vez toca casi un mes más tarde, pero aún así a mediados del mes de febrero el 32% de los hoteles estarán abiertos, y un porcentaje que luego crece sin parar, de modo que en marzo la mitad de los hoteles estarán abiertos.

Aunque el trajín empezará antes, en febrero. Otra vez, solo que con más intensidad. El año pasado fue noticia que Jet2Holidays se convertía en el primer touroperador que operaba en febrero. Este año repiten jugada pero se les suman más agentes de un mercado que sigue loco por buscar alternativas seguras al calor invernal del norte de África y Egipto. "Vengo de un viaje de trabajo en Alemania y allí las aerolíneas nos cuentan que consideran que en Mallorca la temporada de verano va de marzo a noviembre. Eso hace unos años era ciencia ficción. Que touroperadores como Thomas Cook y su aerolínea Condor programen vuelos desde marzo, es un notición. La desestacionalización completa en Mallorca es una quimera, pero una temporada de nueve meses o un poca más es posible", certifica Xisco Martínez, director de ventas para España y el Mediterráneo del grupo Iberostar, una cadena que ha optado por pasar de las palabras a los hechos, para convertir el deseo de desestacionalizar en hoteles abiertos. Van a tener tres plenamente operativos todo el invierno, entre ellos el recién reformado Iberostar Playa de Palma, de cinco estrellas. Y no son los únicos que apuestan fuerte. En Palma es habitual que sigan en invierno referentes como el Sheraton Arabella, Son Net o, por supuesto, el Son Vida o el St. Regis Mardavall. Lo que sorprende más es que por ejemplo aguante el pulso en diciembre el Steigenberger de cinco estrellas en Camp de Mar, que una vez pasada la Navidad echa el candado hasta primavera.

Otros ni eso. Destacan fuera de Palma ejemplos como el del Park Hyatt de Canyamel, en el que confirman que en su primer año quieren estar abiertos para consolidar su oferta y seducir a los residentes locales. En la zona de Platja de Palma pocos resistirán en diciembre y enero, como sí harán los Iberostar Cristina y Platja de Palma, pero ojo, la tregua turística será fugaz: en febrero la actividad repunta con fuerza. Y a principios de mes. En la batalla contra el invierno también madruga por ejemplo la cadena Pure Salt, que estrenará temporada en sus cinco estrellas Garonda (Platja de Palma) y Port Adriano el 14 de febrero. La temporada empieza así el Día de los Enamorados, un flechazo con el turismo, tan precoz como impensable hace solo cinco años. "Cerramos el 18 de noviembre después de un evento de golf importante que empieza el 14 y volvemos a abrir el 14 de febrero, pronto. Es una apuesta en la que no estamos solos, hay otros hoteleros y empresarios de otras ramas que con la marca de calidad Palma Beach intentamos potenciar el destino y dar oportunidad de crecer en invierno. Y la verdad es cada vez hay más demanda en esas fechas", explica Heribert Rubianes, de Pure Salt, cadena que busca un turismo de alto poder adquisitivo ligado a la cultura y la sofisticación.

Aceleración en marzo

Aunque en hoteles cercanos hay quien llena con deporte. Incluso con familias. El resultado es que en agencias como Booking, la empresa que lidera la venta de viajes online, detallan que a mediados de febrero uno de cada tres hoteles de Mallorca habrá abierto, proporción que se dispara por encima del 50% en destinos abrazados al deporte, como Paguera y Platja de Palma. Y en marzo habrá ya más de 400 hoteles abiertos, con la vuelta de casi toda Platja de Palma, del Hotel Playa Golf al Pueblo Park, pasando por los HM de la zona, mientras en Alcúdia, la mayoría de Calviá (excepto Magaluf) y buena parte de los establecimientos de cuatro y cinco estrellas de destinos como Cala Ratjada, Cala Millor, o Can Picafort vuelven a la acción, que para Semana Santa será casi total, con más del 65% de los alojamientos operativos a mediados de abril. Y eso serán más de 500 hoteles listos para dar respuesta a touroperadores y aerolíneas, que madrugarán para acortar el invierno.

Caso aparte es Palma, que mantiene todo el año su pulso por consolidarse como destino de fin de semana, con los hoteles boutique convertidos en un negocio que no entiende de estaciones. En resumen, el invierno económico durará esta vez desde el 20 de noviembre a principios de febrero. Unas diez semanas. Pocas: apenas dan para que el personal descanse y los hoteles completen sus tareas de mantenimiento. La parada fugaz obliga encima a asumir un riesgo: abrir, y pagar los altísimos costes fijos que eso supone, para después, quizá, no llegar a eso 60% de ocupación que marca el umbral de rentabilidad de la mayoría. ¿Compensa? Pues quienes lo intentan creen que sí. Y tienen datos que les dan la razón, como expone Xisco Martínez, de Iberostar: "Compensa. Se trata de sembrar, de ser referencia para otros tipos de turismo fuera del sol y playa, para los eventos, la cultura y la gastronomía. Vamos a cerrar octubre con una ocupación del 95% en los cinco estrellas, y eso no nos lo esperábamos ni en el mejor supuesto. A día de hoy, tenemos ya un 70% de ocupación para noviembre y en diciembre estamos luchando con un 40%, pero queda tiempo para vender Navidad".

Así que las cuentas van saliendo. Mallorca desestacionaliza a toda castaña. Y olvídense de buscar explicaciones solo en esa desgracia ajena que son los atentados, el terrorismo y los vuelcos políticos del norte de África y Turquía: Mallorca le gana poco a poco la batalla al invierno gracias a los mil millones de inversión hotelera en los últimos cinco años, que permiten que el turista encuentre experiencias únicas incluso cuando no brilla el sol. El invierno climatológico durará más que el turístico: algo habrá hecho bien el sector, que alarga su horario de verano sin necesidad de que nadie le dé permiso.

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