Poco a poco, las listas de espera de la sanidad pública de las islas van recuperando sus constantes vitales. Los datos ofrecidos ayer por el Servei de Salut hablan de que se reducen significativamente tanto el número de personas que esperaban ser operados como los que aguardaban ser visitados por el especialista y que, además, ahora lo hacen durante menos tiempo de media, más de 30 días menos en ambos casos.

Y estos datos, como resaltó el director general del Servei de Salut, Juli Fuster, tienen aún mayor dimensión al tratarse de las cifras recopiladas tras un largo y seco estío pese a que, de forma tradicional, baja la actividad asistencial en la sanidad pública a consecuencia de los periodos vacacionales de los que disfrutan los profesionales sanitarios.

"Hemos mejorado tras el verano pese a que normalmente los datos empeoran a consecuencia de las vacaciones de los profesionales. Hemos conseguido no solo no empeorar, sino incluso mejorar", subrayaba un ufano Juli Fuster que no podía ocultar su satisfacción con las cifras que traía en su portafolio y que no dejó escapar la oportunidad para agradecer a sus trabajadores la labor llevada a cabo.

Treinta y tres días menos

Una labor que ha lucido, según los datos facilitados. Unos datos que revelan que a finales del pasado mes de septiembre había 13.152 personas esperando ser operadas una media de 83,9 días. Un año antes por estas fechas la lista la engrosaban 13.763 personas, 611 más. Y, lo más importante, hace un año aguardaban de media para entrar en quirófano 117 días, 33,1 jornadas más que en estos momentos.

Y el 96,4 % de estos 13.152 pacientes que aguardaban ser operados (12.673 personas) lo hacían para una patología de prioridad normal o baja. El 3,6% restante (479 pacientes) esperaba por una patología de prioridad preferente.

En los casos de las intervenciones oncológicas de prioridad 1 (carcinoma de próstata, carcinoma de vejiga, cáncer gástrico, cáncer de colon, etcétera) la detección, diagnóstico y tratamiento se completan en una media de 20 días, recordó el director general del Servei de Salut, que abundó que este plazo de apenas tres semanas incluye todo el proceso asistencial que se da a un paciente de estas características. Desde el diagnóstico, las pruebas complementarias necesarias y la intervención quirúrgica propiamente dicha.

Los procesos quirúrgicos más frecuentes dentro de esta lista de espera son los siguientes: Cataratas (2.709), extirpación de una lesión cutánea (2.024), hernias (1.293), extirpación de varices en las piernas (572), colecistectomía laparoscópica (578), liberación del túnel carpiano (510), sustitución de rodilla (479), artroscospia de rodilla (400), exodoncias (349), circuncisión (282) y vasectomía (271).

Por hospitales, el de Son Espases acumulaba un total de 4.165 pacientes en lista de espera quirúrgica frente a los 3.357 que aguardaban quirófano en Son Llàtzer. Ya en un segundo nivel se podrían destacar las 1.244 personas que esperaban ser operadas en el Mateu Orfila de Menorca o las 1.214 que lo hacía en el comarcal de Manacor.

Más de 15.600 pacientes menos

Los datos de las consultas con el especialista están en consonancia con los anteriores. A finales de este mes de septiembre había 15.669 pacientes menos esperando que les viera un especialista que hace un año, cuando la lista de personas que aguardaban por una consulta acumulaba un total de 61.496 personas frente a los 45.827 que lo hacían a finales de este tercer trimestre.

Y la demora media, como en la espera quirúrgica, también se ha recortado en más de un mes, 32 días y medio en concreto. Y es que si los pacientes baleares esperaban hace un año una media de tres meses para ser visitados por el especialista (90,04 días), ahora lo hacen 57,5 días.

Por especialidades, las consultas con una mayor número de personas aguardando son las siguientes: Traumatología y cirugía ortopédica (9.247 pacientes en lista de espera), Oftalmología (6.176), Aparato Digestivo (5.547), Dermatología (5.131) y, por último, Otorrinolaringología, con 3.546 pacientes esperando.

Estas 45.827 personas que a finales del pasado mes aguardaban ser visitadas por el especialista se repartían de forma desigual entre las diferentes infraestructuras sanitarias de esta comunidad. Y el mayor número de ellas (14.434 pacientes) no lo hacían en el mayor hospital sino en Son Llàtzer. A continuación, en Son Espases había 12.416 pacientes esperando una consulta y después, ya a larga distancia, cabría mencionar los 6.112 enfermos que esperaban el dictamen del especialista en el hospital de Manacor o los 4.618 que lo aguardaban en el comarcal de es Raiguer.

Por lo que respecta a las pruebas radiológicas, Juli Fuster reveló que a fecha de 30 de septiembre pasado había un total de 16.239 pacientes con una primera indicación radiológica y 35.337 con indicación radiológica de control.

Y que estos pacientes esperaban una media de 46,3 días en el primer caso y de 87,9 días en el segundo.

Estos datos de espera media no son comparables con los de finales de septiembre de 2015 porque entonces no se diferenciaba entre primera indicación radiológica y las posteriores pruebas de control. Se hacía una media entre ambas que al final del tercer trimestre del año pasado fue de 56,65 días de demora general.

Sí aportó el máximo responsable del IB-Salut que el pasado mes la espera media para hacerse una mamografía era de 62,38 días, que para una tomografía axial computarizada (TAC) había que aguardar 60,74 jornadas de promedio y de que, por último, para una resonancia magnética la espera media era de 78,41 días.

Consciente de este largo plazo para una prueba que determina la existencia o ausencia de patologías más graves, Juli Fuster recordó que se acaba de adquirir un máquina para poder realizar resonancias magnéticas en el hospital de Manacor y poder así reducir los tiempos de espera en la comarca de Llevant y que en la isla de Eivissa se han alcanzado acuerdos con empresas sanitarias privadas de la pitiüsa mayor para poder suplir las carencias de la pública en este apartado.

También señaló el director general del IB-Salut que habían alcanzado acuerdos con los profesionales sanitarios para realizar resonancias magnéticas en horario de tarde y optimizar de esta manera los aparatos aparte de reducir las listas de espera.

Lo que sí fluctúa es el número de pacientes total que espera una prueba radiológica ya que si a finales de septiembre de 2014 eran 51.165 personas, un año más tarde se habían reducido hasta los 39.868 y este septiembre eran 51.516. Cifra superior que el Servei de Salut achacó a una mayor actividad asistencial.