La sensación de saturación que se ha vivido este verano en las islas se queda en eso: sensación. Porque desde el sector turístico se insiste en que el crecimiento en la cifra de visitantes durante julio y agosto ha sido el más bajo del año, mientras que los mayores repuntes se han producido durante los meses de temporada baja y media. Pero hay también una advertencia que se lanza desde el Foro Turismo+ celebrado ayer en el Club Diario de Mallorca: el gran problema de las islas radica en la pérdida de bienestar. El acto, inaugurado por el vicepresidente del Govern, Biel Barceló, supuso un reconocimiento por parte de este último respecto a que el gran reto al que se enfrenta el Ejecutivo balear en estos momentos es la regulación de los alquileres turísticos.

El foro, moderado por el presidente de Educatur, Domènec Biosca, puso en evidencia el interés que estas cuestiones despiertan al provocar un lleno total del Club, que de nuevo se convirtió en punto de encuentro y debate.

La mesa dedicada a Las tres S de la temporada 2016: sostenibilidad, seguridad y saturación sirvió para analizar la citada percepción respecto a si las islas han alcanzado este verano el límite de su capacidad. En ella participaron la directora general de Turismo, Pilar Carbonell; la presidenta de la Federación Hotelera de Mallorca, Inma de Benito; el director del aeropuerto de Palma, José Antonio Alvarez; el presidente de la Federación Balear de Transportes, Rafael Roig; el director de la Fundación Impulsa, Antoni Riera; y el profesor de Derecho de la Universitat balear Joan Franch FluxàJoanFranchFluxà.

Varios son los datos que respaldaron la tesis de que este verano no se ha registrado un crecimiento en el volumen turístico mucho más acentuado que el de ejercicios anteriores. El director del aeropuerto señaló un ejemplo: la cifra de pasajeros está aumentando este año un 10% respecto al pasado, pero ha sido agosto el mes en el que este crecimiento ha sido más débil, con un 5%. La diferencia, apuntó, está relacionada con la desestacionalización: hace cuatro años, Son Sant Joan solo alcanzaba los tres millones de usuarios durante dos meses al año, mientras que en 2016 se ha alcanzado esta cifra en junio, julio, agosto y septiembre, mientras que en mayo se ha rozado, con 2,9 millones, y en octubre se quedará muy cerca, con 2,7 millones. Es decir, durante seis meses la cifra de pasajeros se ha movido en niveles que antes solo se conseguían en dos.

Mañana, nuevo récord

En este aspecto, aportó una fecha clave: mañana. Porque este miércoles con toda probabilidad se va a llegar a los 22,7 millones de usuarios en Son Sant Joan en lo que va de año, es decir, en menos de diez meses se va a alcanzar el volumen conseguido durante todo 2015 y el récord que ello supuso.

El director de Son Sant Joan destacó también las inversiones que se están desarrollando para mejorar los servicios del aeropuerto y el aumento que ello está suponiendo en los niveles de satisfacción de los usuarios.

Antoni Riera aportó algunos datos para respaldar que este verano no ha sucedido nada que no viniera ocurriendo desde ejercicios anteriores y que explique la citada sensación de saturación. Por ejemplo, en julio la presión humana sobre el territorio balear solo se ha incrementado poco más de un 1%, y advirtió que el alza que se viene dando en relación a este tema tiene que ver más con el aumento de la población balear (de un 30,6% durante este siglo, aunque en el último año ha sido del 0,9%) que del número de turistas.

Según Riera, el problema de Balears no se llama 'saturación' o 'insostenibilidad', sino que la "enfermedad" de las islas está vinculada con el bienestar, que también a lo largo de este siglo se ha reducido un 16,4%. El problema del archipiélago, insistió, es "más gordo", y tiene que ver con que no está logrando mantener el equilibrio en factores como el crecimiento económico, el medio ambiente y la población.

Rafael Roig señaló un aspecto que luego también sería recogido por Pilar Carbonell. Según el presidente de los transportistas, los problemas que su sector ha tenido este verano están más relacionados con la concentración que con la saturación. Así, recordó que la prohibición de volar de noche ha hecho que la llegada de turistas a Son Sant Joan se concentre en algunas horas punta y en algunos días de la semana. Además, subrayó que el colapso que se registra en los principales accesos a Palma está más relacionado con la entrada masiva a la ciudad de residentes de la part forana que con los turistas, y defendió a estos últimos por considerar que son los que generan la riqueza de las islas.

La presidenta de la patronal hotelera aprovecho la ocasión para recordar los objetivos que los hoteleros han defendido desde la llegada del nuevo Govern, como el desarrollo de una política integral turística, el crecimiento cero en el consumo de territorio, la mejora del producto, la creación de empleo y la reducción de las cargas administrativas. En este sentido, subrayó las inversiones que se están llevando a cabo para mejorar la planta de alojamiento, y aquí deslizó la primera crítica al sector público: la mejora de las zonas maduras no está siguiendo esa estela de las empresas. También hizo otra referencia a la que está siendo una reclamación desde el Govern: las empresas no pueden mejorar los salarios mientras no mejore la productividad, y eso no va a suceder sin una colaboración público-privada.

El profesor de la UIB esgrimió la necesidad de una legislación eficiente que contemple los nuevos operadores y oferta que está apareciendo, y advirtió de que la pretensión de excluir parte de esta última o de poner techos solo hará que un porcentaje de la riqueza que se genera quede al margen de esa legislación.

Así, defendió una regulación de alquileres y plataformas de comercialización, ante la necesidad de ordenar la oferta pero sobre todo de proteger a los consumidores.

La directora general de Turismo coincidió en que es necesario adaptarse a la realidad, y subrayó que las prohibiciones totales no funcionan, en referencia a los alquileres, aunque también aseguró que no se va a permitir el 'todo vale'. Carbonell coincidió en que la sensación de saturación puede estar más relacionada con concentraciones puntuales, y abogó por un equilibrio con el territorio como uno de los principales valores de las islas.

Previamente a este debate, el vicepresidente del Govern procedió a abrir el acto recordando que el turismo ha sido el motor de la recuperación de Balears, pero que ello no ha impedido que la renta per cápita de los isleños lleve varias décadas evolucionando a la baja.

Biel Barceló esgrimió que el Govern pretende impulsar un turismo sostenible y de calidad, y diversificar el modelo económico. No ocultó que el gran reto en estos momentos es regular el tema de los alquileres, que es tanto fuente de ingresos para muchas familias como también causa de distorsiones, como subidas de precios difíciles de asumir para residentes y trabajadores que llegan de fuera.