El alquiler nunca había tenido tanto protagonismo como en la actualidad en el mercado inmobiliario de las islas, según se reconoce desde el sector, debido a un cúmulo de factores como son la enorme demanda turística que concentra en la actualidad, la dificultad de los jóvenes para afrontar la compra de una vivienda y la necesidad de atender su acceso a una primera residencia, y la llegada de trabajadores desde otras comunidades autónomas a los que es necesario alojar. En primera instancia, eso supone que se está moviendo mucho dinero en torno a esta oferta.
Según reconoce el presidente de los promotores de Balears, Luis Martín, lo expuesto explica que empresas de su sector comiencen a proyectar la edificación de nuevos inmuebles o la rehabilitación de otros ya existentes no para ponerlos posteriormente a la venta, sino para alquilar. Pero también para este mercado considera que es necesario afrontar un cambio de esquemas.
Uno de ellos es asumir que la demanda residencial actual precisa de viviendas más pequeñas (de 40 a 50 metros cuadrados) que puedan ofertarse con alquileres de unos 500 euros mensuales, especialmente para los jóvenes debido a las bajas retribuciones que se abonan en estos momentos. Esta necesidad es extensible al producto que se pondrá a la venta para así poder ofertar pisos cuyo precio quede por debajo de los 200.000 euros.
Según Luis Martín, tanto en el mercado de vivienda nueva en venta como la que se pueda edificar para alquilar es necesario un cambio de planteamientos, que pasa también porque los edificios puedan tener más alturas. Como ejemplo, señala el caso de calles palmesanas como 31 de Diciembre, de cuatro carriles -y hasta cinco en algún tramo- para los automóviles, y aceras anchas para los viandantes. En su opinión, ejes como éste pueden asumir ocho alturas sin problemas, aunque con la exigencia al promotor de que incluya también las plazas de estacionamiento subterráneo suficientes para no generar problemas en los viales colindantes. Con más alturas y viviendas más pequeñas, apunta, sería más fácil compensar el elevado precio del suelo que existe en este momento.
En cualquier caso, Martín señala que los proyectos para residentes no pueden aspirar a desarrollarse en zonas del centro de Palma o junto al mar, debido al precio que alcanzarían, pero sí serían viables en espacios como el Ensanche de la capital balear.
Alquiler vacacional
En relación a los proyectos destinados al alquiler vacacional, considera que su regulación es oportuna siempre y cuando la primera exigencia sea la calidad, con el fin de que accedan a esta oferta un tipo de clientes que no supongan problemas para el vecindario.
El objetivo, según subraya, es evitar que Magaluf se traslade al centro de Palma o que éste se convierta en una segunda Barceloneta. Evidentemente, la segunda exigencia de esa regulación es que se paguen los correspondientes impuestos.
