La Audiencia de Palma ha sancionado la actuación de cinco de los integrantes del grupo de jóvenes a favor del aborto que, como muestra de protesta contra la reforma de la ley sobre la interrupción del embarazo, entraron en tropel en la iglesia de Sant Miquel iglesia de Sant Miquelpara perturbar la misa que en ese momento se celebraba. Cada uno de los acusados tendrá que cumplir un año de prisión por cometer un delito contra la libertad religiosa. Una joven, también juzgada, ha sido absuelta al no poder demostrarse su presencia en los hechos.

Este delito se cometió en la iglesia de Sant Miquel, en Palma. El día 9 de febrero de 2014, que era domingo, un grupo de unas 30 personas, entre las que estaban los condenados, se concentraron frente a la puerta del templo. Portaban una pancarta que rezaba "fora rosaris del nostres ovaris. Avortament lliure i gratuit."

A los diez minutos de iniciarse la misa los manifestantes entraron en la iglesia. Al tiempo que desplegaban la pancarta, los jóvenes empezaron a gritar. Intentaban llegar hasta el altar y su presencia provocó la interrumpió de la misa, a la que asistían unos 200 feligreses. El personal de la iglesia y algunos asistentes formaron una barrera y extendieron los brazos para lograr que el grupo retrocediera. Mientras tanto, el sacerdote tuvo que interrumpir la ceremonia. El tribunal destaca que en ningún momento hubo violencia por parte de ninguno de los dos grupos que se enfrentaban.

Los manifestantes fueron desalojados. El sacerdote tranquilizó a los asistentes y la misa puedo reanudarse. Pidió que rezaran por los jóvenes. La ceremonia estuvo interrumpida durante unos diez minutos.

El tribunal de la Audiencia de Palma recuerda que los ciudadanos tienen derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. Y que además, tienen libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado. Los jueces llegan a la conclusión de que fue una actuación planificada y rechazan que los proabortistas, como dijeron en el juicio, no sabían que al entrar en ese momento en la iglesia de Sant Miquel estaban interrumpiendo un acto religioso.

La Sala descarta que la actuación de los cinco jóvenes esté amparada por el derecho a manifestarse o a la libertad de expresión, como sostenía su defensa. Ni tampoco aceptan los jueces que los acusados no conocieran que la interrupción de un acto religioso estuviera castigado en la ley. "La libertad de expresión tiene como límite el respeto a los demás derechos fundamentales", recuerda la sentencia.

Los manifestantes, que forman parte de una organización juvenil, justificaban que su protesta tenía como objetivo mostrar su oposición al proyecto de ley de reforma de la ley del aborto. Y que pretendían entrar en el templo para visualizar su protesta contra la Iglesia católica, pues apoyaba la reforma que preparaba el Gobierno.

La sentencia detalla las numerosas pruebas que demuestran cómo se desarrollaron los hechos y la intervención de estos cinco jóvenes, así como el malestar que ocasionaron a los feligreses que estaban asistiendo al acto religioso.

El Obispado de Mallorca ejerció la acusación contra los cinco acusados.