"El populismo es un movimiento político que ofrece soluciones simples a problemas complejos", manifestó ayer en el Club Diario de Mallorca Ramón Aguiló, exalcalde de Palma y articulista de este diario. Coincidió en la definición con el escritor y articulista Eduardo Jordá, que minutos antes también la había expresado casi de modo idéntico. No obstante, Jordá, aunque reconoció que hay rasgos populistas en todos los partidos políticos actuales "porque es lo que demanda la sociedad del espectáculo", con sus "chivos expiatorios, su caudillismo y el respaldo incondicional de la militancia", reconoció rasgos nuevos y distintivos en los nuevos movimientos que se agrupan bajo esta denominación. "El nuevo populismo se caracteriza por el odio y por estar liderado por un caudillo que siempre tiene razón".

Por su parte, el periodista austríaco Thomas Fitzner, profundizó en las causas que han dado alas en Europa a estos movimientos, representados en España por Podemos. "El origen hay que buscarlo, en primer lugar, en un declive de la democracia representativa, con unos ciudadanos que no se sienten representados por los partidos tradicionales; las consecuencias de una crisis o transformación económica que dejará a gran parte de la población fuera del nuevo mundo tecnológico, rebajados a competir directamente con refugiados e inmigrantes; la democratización de la información con el consiguiente declive del periodismo independiente; y el relativismo cultural de la izquierda, que a la larga ha provocado que las minorías impongan sus criterios y vetos sobre lo que en Europa eran valores vertebradores y un espacio público de libertad que todos compartíamos", consideró.

Ramón Aguiló profundizó en este última idea. "El multiculturalismo ha fracasado en Francia y Gran Bretaña; en Estados Unidos avanza a trompicones, y en España está al borde de la ruptura", aseguró. "Es el precio de la globalización. Nuestras sociedades antes estaban cohesionadas culturalmente y ahora ya no por el efecto de la inmigración", señaló. Y puso dos ejemplos: "Una revista satírica como Charlie Hebdó sufre el 7 de enero de 2015 un atentado yihadista en pleno París con 12 muertos y 11 heridos porque caricaturizó a Mahoma, o en un pueblo de Austria, como narraba Thomas Fitzner, la minoría turca impide por considerarla ofensiva la proyección de El expreso de medianoche en un cine".

Fitzner contó al público que acudió al Club cómo en años anteriores el dueño de un cine de una pequeña localidad austríaca había proyectado sin demasiados problemas con la comunidad católica La vida de Bryan, de los Monty Python y Dios te salve, María, de Jean-Luc Godard. "Esta última provocó una manifestación frente a la sala de gran parte de la comunidad católica local, con el grito de consignas y uso de altavoces, pero ninguna cortapisa a la proyección. Todo dentro de un espacio público de libertad", narró.

Ramón Aguiló, que señaló que el populismo es tan viejo como la democracia y va ligado a ella, al contrario del nacionalismo que es una formulación del siglo XIX, manifestó su preocupación por los nuevos condicionamientos sociales con los que ahora se presenta. "No atisbo a comprender cómo sociedades no cohesionadas culturalmente pueden desarrollarse democráticamente. A corto plazo no hay remedio al populismo. A largo plazo sí, la educación, y comprender que el mundo está dominado por procesos complejos que no se resuelven con remedios mágicos", apuntó.

"La sociedad que viene es otra, con nuevos esquemas", añadió por su parte Eduardo Jordá. "El cambio es similar al que se produjo del paleolítico al neolítico o el que provocó la invención de la imprenta", consideró.