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Tribunales

Acusan a la Seguridad Social de denegar incapacidades de manera automática

Una guía turística demanda al INSS Social por rechazar que no está en condiciones de trabajar después de haber sufrido un grave ictus

La sede central del INSS en Palma. B.Ramon

Una guía turística mallorquina que arrastra serias secuelas por un ictus sufrido hace tres años acusa al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) de denegarle la incapacidad permanente sin apenas examinarla y mediante fórmulas estereotipadas y mecanizadas. La trabajadora ha demandado a la Seguridad Social para que se le reconozca su falta de condiciones psicofísicas para ejercer de guía turística y se le conceda la oportuna pensión.

Los hechos, sobre los que dictará sentencia un juzgado de lo social de Palma, se remontan al 26 de octubre del 2014, cuando una empleada de una agencia de viajes sufrió un ictus que le llevó a estar varios días hospitalizada y del que, según su demanda, le han quedado severas secuelas.

La guía turística lleva desde aquel día sin trabajar y, agotado el período máximo de baja laboral, solicitó al INSS la declaración de incapacidad permanente absoluta o, subsidiariamente, total.

Denegado antes de pedirlo

La primera petición de la mujer, representada por Antonio Martínez, fue rechazada por el INSS en una resolución del pasado 4 de julio.

La guía turística pensó en formular una reclamación previa a ese primer rechazo, solicitud que su abogado no presentó hasta el 25 de julio siguiente.

La sorpresa de la afectada fue mayúscula al conocer que la Seguridad Social rechazó su no materializada reclamación previa con fecha 22 de julio y con base en un dictamen del día 20 anterior.

La Administración fundamentó la negativa porque las lesiones de la trabajadora no alcanzan "un grado suficiente de disminución de su capacidad laboral para ser constitutivas de una incapacidad permanente".

De acuerdo con la demanda, esta fórmula de rechazo es una muletilla que se aplica de manera automática por el INSS y que no tiene en cuenta el verdadero estado de salud de la reclamante. La paciente padece importantes secuelas en el lenguaje, "olvida hechos, conversaciones, incluso palabras", una secuela que se agrava cuando tiene que mezclar idiomas, algo propio de sus funciones.

La guía, antes del ictus, se ocupaba de la gestión de hasta 60 hoteles, a los que se desplazaba en su automóvil y en los que atendía a los turistas. Ahora no puede conducir al haber perdido mucha capacidad de visión. Su carnet ha caducado al no poder estar en condiciones de renovarlo por las secuelas del ictus. También sufre retardo o paralización física en sus movimientos.

El pasado agosto volvió a ser hospitalizada varios días ante otro posible ictus.

La demanda acusa a la Seguridad Social de causar indefensión a la trabajadora y pide al juez que sí analice su historial médico y sus secuelas.

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