Los representantes de la empresa mallorquina Pep Factory, que han visto como se les rechaza la posibilidad de registrar sus marcas Pep Lemon y Pep Cola, lamentaron ayer la argumentación de la sentencia del TSJB que les deniega la razón en su conflicto con la multinacional Pepsi. Se quejan, sobre todo, de que los jueces no hayan contestado al argumento principal que plantearon en su demanda, lo que les obliga a acudir al Tribunal Supremo para encontrar esta respuesta. Pero sobre todo denuncian que la sentencia comete graves errores lingüísticos, al señalar que la "e" de la palabra Pep Cola se asemeja a la misma letra en la denominación Pepsi, lo que lleva al consumidor a caer en el error al confundir los dos productos.

Carme Verdaguer, en representación de la empresa de bebidas, ofreció ayer su punto de vista sobre la decisión judicial y lo hizo acompañada del abogado Guillem Alcover y del lingüista de la UIB Nicolau Dols.

El asesor legal señaló que el conflicto se centraba en determinar si el producto Pep Cola tiene un nombre parecido a Pepsicola, que pudiera confundir al consumidor. Alcover lo tiene muy claro desde el principio y afirmó que la pronunciación de Pep no se asemeja en nada a la palabra Pepsi, por cuanto la pronunciación de la "e" es distinta. El abogado reconoce que no se realizó ningún dictamen fonológico porque la diferencia era evidente y señaló que, en ningún caso, la empresa utilizó este vocablo de Pep Cola o Pep Lemon para minar el mercado que representa Pepsi. El letrado se quejó de que la sentencia resuelva este conflicto en apenas un párrafo, en el sentido de que los jueces creen que la "e" de ambas palabras se pronuncia igual y esta situación puede confundir al consumidor.

Nicolau Dolç, como experto en lingüística, dijo que la afirmación que hace el tribunal no tiene ningún sentido, porque las palabras Pep Cola y Pepsicola se pronuncian de distinto modo y la "e" es diferente. "Una es cerrada y la otra es abierta". Se quejó de que los jueces hayan tenido tan poca sensibilidad hacia el trabajo que realizan los lingüistas, pero sobre todo en el poco respeto que han mostrado hacia el catalán.

La representante de la empresa de refrescos también se quejó de la sentencia, al margen de que no les hayan dado la razón, porque no entra en el fondo del conflicto. Carme Verdaguer señaló que entiende que los jueces tampoco han respetado la capacidad de los consumidores, al afirmar que pueden confundirse a la hora de elegir entre una Pep Cola y una Pepsicola, creyendo que se trata de un mismo producto. La empresaria señaló que la intención al crear este producto no era terminar con la presencia de la multinacional extranjera y aseguró que cree que existe mercado suficiente para que convivan las dos marcas. Reconoció que si el Supremo no les da la razón el cambio de nombre de los productos supondrá un grave problema.