La sección segunda de la Audiencia Provincial de Palma ha ordenado reabrir la causa por un presunto delito de amenazas graves vertidas contra un enfermero del hospital de Son Llàtzer por dos hermanos gemelos de etnia gitana que fue archivada inicialmente por el juzgado de instrucción.

La Audiencia entiende, al contrario que el auto inicial que decidió sobreseer el caso, “que sí concurren elementos objetivos para corroborar” la versión del enfermero denunciante que, recalca, “en el momento de los hechos tenía la condición de agente de la autoridad y las amenazas vertidas fueron de muerte”.

Por ello, la Audiencia descarta a priori que “las amenazas puedan ser calificadas de leves sin que ello lesione la presunción de inocencia” que ampara a los hermanos acusados.

Las actuaciones se iniciaron por denuncia del propio enfermero que atribuyó a dos hermanos haberle amenazado de muerte e insultado con ocasión de haberles pedido que abandonasen la sala de pruebas complementarias del hospital de Son Llàtzer cuando se encontraba en ella su madre para ser atendida y realizarle un electro. Al parecer, al encontrarse la dependencia llena de gente, el enfermero les pidió que debían esperar fuera.

La Audiencia considera probado “que se produjo un desencuentro entre el enfermero denunciante y los denunciados, discusión que requirió la presencia del vigilante de seguridad del hospital y el aviso a la Policía, que compareció a requerimientos del denunciante. Los agentes actuantes (...) confirmaron la versión (del enfermero) de lo ocurrido y de las amenazas vertidas por los denunciados a quienes no se les recogió denuncia alguna”, fundamenta el fallo.

La Audiencia considera probado que se produjo una discusión motivada “porque los denunciados no podían permanecer” en la sala de pruebas dignósticas, una regla que el fallo admite que se aplicaba con permisibilidad a no ser que hubiera gran afluencia de personas y acompañantes, tal y como sucedió el día de los hechos.

Sin motivaciones racistas

Descarta el alto tribunal que el altercado tuviera motivaciones racistas pese a que, tal y como declararon los dos hermanos denunciados, “no estaban de acuerdo con esa solicitud (de abandonar la sala de pruebas) por estimar que obedecía a motivos racistas por ser ambos y su madre gitanos” y que consideraran “que el denunciante se dirigió a ellos de malos modos y chillándoles”.

Sin embargo, cuando la Policía acudió al hospital, los hermanos no formularon denuncia alguna por este hecho, por lo que la Audiencia entiende que “descartaron que la solicitud del enfermero viniera motivada por que los denunciados eran gitanos, sino simplemente porque la sala de pruebas estaba llena de gente y la madre de los denunciados estaba acompañada por tres personas (sus hijos y la abuela) y solo una de ellas se permitía que estuviera allí”.

Le llama la atención a la Audiencia que se hubiera dispuesto el sobreseimiento provisional de esta causa sin escuchar al vigilante de seguridad y a dos pacientes testigos de los hechos.

Por todo lo expuesto, la Audiencia acuerda estimar el recurso de apelación interpuesto por la representación del denunciante, que en el momento de los hechos tenía la condición de agente de la autoridad, y continuar con las actuaciones ante la probabilidad de que los denunciados hayan podido cometer un delito de amenazas graves.