Maria Antònia Munar suele tener la costumbre de aprovechar el turno a la última palabra que le concede la ley. Y ayer no fue una excepción. Se dirigió al jurado para volver a pedir perdón, como ya lo había hecho en su declaración, pero en esta ocasión para que quedara muy claro que "Maria Antònia Munar es una cosa y Unió Mallorquina otra".

La expresidenta del Consell no fue ayer defendida por el mismo abogado que intervino el lunes. La asistió un joven letrado que ni siquiera había asistido el primer día al juicio. Por eso, Munar pidió varias veces permiso a la magistrada para poder hablar con su letrado y marcarle algunos aspectos sobre los que quería que incidiera en su informe.

El abogado quiso convencer al jurado que si bien Munar cometió este delito de cohecho, antes de fijar su responsabilidad se debe tener en cuenta varias atenuantes. La defensa cree que se debe compensar el largo periodo de tiempo que ha transcurrido para que el caso llegue a juicio, lo que supondría una atenuante de dilaciones indebidas, pero sobre todo al abogado lo que le interesa es que también se aprecien otras circunstancias como la confesión y la reparación del daño. La defensa cree que el fiscal pide una pena desproporcionada contra la expresidenta del Consell de Mallorca con respecto a los otros acusados, a los que sí reconoce una serie de atenuantes que reducen sus respectivas responsabilidades.

El abogado insistió también en su informe que si la expresidenta de UM no hubiera confesado que cobró este dinero, por el que ha pedido disculpas, la fiscalía no habría podido demostrar el delito de cohecho que le imputa. De allí que quiere que el jurado le reconozca también la atenuante de confesión, que supondría una pena mucho más reducida a la que pide el fiscal. De hecho, ayer fue la primera vez que se desveló que Munar aceptaría cumplir seis meses de cárcel por dicho delito de cohecho, más el pago de una multa de un millón de euros. Sin embargo, la histórica política, a quien se la ha visto estos dos días muy deteriorada físicamente, insistió en su declaración que tenía todos sus bienes embargados y que ha tenido que acudir al auxilio de su familia para que le prestara los 150.000 euros que ha entregado, para que se le reconozca la atenuante de reparación del daño.

No se prevé que el jurado tarde mucho tiempo en alcanzar un veredicto.