Tras el verano de la saturación turística y de la preocupación creciente por el impacto ambiental del turismo, la cuestión está de moda: ¿Es sostenible la actividad turística actual? Y quizá más importante: ¿Qué se puede hacer para avanzar por la senda de la sostenibilidad, sin salirse de la del progreso económico? Pues la respuesta, está en la pregunta: avanzar en sostenibilidad energética, social y ambiental redunda en mayor rentabilidad económica. Coincidieron ayer en explicarlo técnicos, empresarios y expertos del mundo turístico y ambiental, reunidos en el Palma Aquarium para un debate organizado por el Grupo Habitat Futuro, que desde hace tres años impulsa un certamen que tiene por objetivo premiar a las empresas que apuestan por un turismo sostenible.

Por segunda vez Palma fue la ciudad elegida para la cita, devenida punto de encuentro anual de dos mundos mucho más próximos de lo que se creía hace unos años: el de la hotelería y el del medio ambiente (en su sentido más amplío, el que alude a aspectos ecológicos, pero también sociales y culturales). "La percepción de la sostenibilidad está cambiando. Hay muchos hoteles que lo hacen bien y ni se sabe que es así, y es un problema, porque la inversión en sostenibilidad mejora la rentabilidad", explicaba ayer Celia Galera, directora general del grupo Habitat Futura. Ella misma ofrecía varios ejemplos presentados ayer por las propias empresas a los más de 200 profesionales del sector que se citaron en el Palma Aquarium. "Los hoteles H10 están apostando por plantar jardines verticales en sus patios interiores, algo que mejora la eficiencia energética, y además permite al hotel aumentar el precio de las habitaciones interiores", ilustra Celia Galera, antes de describir sistemas implantados por diversas cadenas para controlar la iluminación, reutilizar aguas grises o formar la plantilla para evitar prácticas que constituyen a la vez un derroche que perjudica al medio ambiente y a la cuenta de resultados.

Subvenciones desaprovechadas

Se ha dado así el paso más importante, el primero, que las empresas hoteleras vean en el cuidado del entorno una forma de mejorar también su producto y elevar la rentabilidad. Pero queda mucho por avanzar, como recalcaba uno de los ponentes de ayer, David Hoys, director de Dyrecto Consultores, firma dedicada a gestionar subvenciones públicas para hacer reformas en hoteles pensadas para mejorar la sostenibilidad. David Hoys reveló que esas ayudas existen, pero el año pasado nadie las pidió. "Los cambios no se hacen en 24 horas, son progresivos. La clave es el conocimiento, que las empresas y la sociedad tomen coincidencia, y se está haciendo poco a poco", recalcaba a su vez Celia Galera, que insiste en la idea fuerza más repetida ayer, quizá el argumento más poderoso para seducir al dinero: que la sostenibilidad ambiental y social genera una rentabilidad que también se mide en euros.