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Opinión

Si Armengol pacta con Rajoy, pierde el pacto

Si Armengol pacta con Rajoy, pierde el pacto

Podemos y Més han apelado simultáneamente y con oportunismo a los "socialistas de corazón", para que cambien de filiación progresista. Por desgracia, los socialistas demostraron el sábado en Ferraz que no tienen corazón, por lo que la campaña de recogida de exiliados del PSOE tendría más éxito si los reclutara sin la exigencia de una víscera cordial.

Más extraño resulta el rasgamiento de vestiduras de Vicenç Thomàs, el último socialista, ante la captación de voluntades por parte de Més y Podemos. El PSOE no puede despreciar olímpicamente a sus militantes, y quejarse después de que las marcas vecinas pretendan adoptarlos. Además, la preocupación exhibida por el vicepresidente del Parlament resulta innecesaria. Los vencedores del Comité Federal garantizan que, una vez expulsado Sánchez, el partido obtendrá los mejores resultados de su historia. ¿O no?

El franciscano Antich se ha desmarcado del desafiante Thomàs, al empezar humildemente por "pedir disculpas a toda la militancia y a toda la sociedad". En cualquier caso, el futuro inmediato del PSOE mallorquín se dilucida en Madrid. Si los socialistas pactan con Rajoy, entonces Armengol pierde el Pacto. En la configuración actual, Podemos regala diez diputados al Govern a cambio de que el ejecutivo se dedique a absolver a Jaume Matas. Pretender la continuidad del obsequio tras una alianza en Madrid con el PP, sobreestima las notables tragaderas de Jarabo.

El flamígero Thomàs no solo debe besar por donde pisan Més y Podemos, en atención a la prótesis de 19 diputados. Ha de agradecerles además que transfieran un simulacro de progresismo al PSOE maltrecho. La evidencia de que los socialistas pierden votos a manos de emergentes y ecosoberanistas, convive con la constatación de que la vecindad de Més y Podemos les garantiza la dosis mínima de izquierdismo para mantener su cuota.

Armengol no debería menospreciar la radicalidad de sus votantes en retroceso. Balears es la comunidad española donde Rajoy obtiene peor nota entre los votantes socialistas. Un escuálido 1.9 sobre diez, en las restantes comunidades supera el triste dos. Al margen de plantearse cómo se las han apañado para localizar a un encuestado del PSOE, este resultado disipa las dudas residuales sobre la postura de los militantes ante una entrega del Gobierno al PP.

La presidenta de Balears colocó a Pere Joan Pons al frente de la lista al Congreso, para garantizar que un diputado socialista mallorquín no apoyaría la investidura de Rajoy. Mantener el Govern es una de las últimas victorias del tándem que ha formado Armengol con Sánchez. Una negativa terminante a votar al PP no solo puede invertir el dominó estatal, sino que se erige en una receta para salvaguardar el Pacto.

Según los enemigos de Sánchez, su caída sería beneficiosa para el PSOE. No ocurre así en Balears, donde se tambalea el Govern por culpa de la maniobra cainita. Tampoco ayuda el presidente de la junta militar socialista, en su pretensión grotesca de que abstenerse no es apoyar. La inteligencia no fue nunca una de las virtudes de Sánchez, y nada ha cambiado en este apartado en el PSOE.

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