El sector mallorquín de la restauración da trabajo a más de 50.000 asalariados en temporada alta y aglutina a más de 13.000 negocios, entre los que se incluyen restaurantes, bares y cafeterías. Y las noticias están siendo buenas para la mayoría de ellos debido a un incremento de su facturación más que sustancial y muy especialmente a la prolongación de las fechas en las que van a mantener su actividad, según destaca el presidente de la patronal que representa a estas empresas en la isla, Alfonso Robledo, hasta el punto de que muchos de los negocios de temporada tienen previsto mantener sus puertas abiertas hasta el 1 de noviembre, aunque una parte de ellos seguirán estando operativos los fines de semana. Pero al mismo tiempo, Robledo lanza una advertencia a UGT y CCOO: la mayor parte de estos locales no van a poder afrontar las fuertes subidas salariales que estas organizaciones van a exigir a partir de 2018, lo que supone reabrir la reclamación de salirse del convenio de hostelería para negociar uno propio.

Alfonso Robledo no oculta que el año ha sido excelente, no tanto en julio o agosto debido a que en estas fechas el “lleno es total cada año”, sino en los meses previos, como mayo o junio, hasta situar los aumentos en la facturación de muchos de estos negocios, especialmente en los de las zonas turísticas y de espacios como el centro de Palma, en torno a un 10%, según los datos facilitados por esta organización empresarial.

Las cosas van tan bien que en lugar de comenzar a bajar la barrera en muchos de los establecimientos de temporada a principios de octubre, como ha venido siendo habitual, en esta ocasión buena parte de este sector va a esperar a hacerlo a principios de noviembre, coincidiendo también con la parada en su actividad prevista en buena parte de la planta hotelera.

El motivo es bien simple: sigue habiendo clientela suficiente como para que el volumen de negocio sea elevado. Además, Robledo destaca muy especialmente lo que eso supone a la hora de prolongar las contrataciones de este año, algo que implica un beneficio directo para miles de asalariados de las islas, que además van a alcanzar un tiempo de cotización suficiente para acceder a una ayuda por desempleo cuando se produzca el parón invernal.

Robledo no oculta que el resultado positivo inicialmente previsto también para octubre va a depender en parte de la meteorología, ya que el buen tiempo impulsa la entrada de clientes en los negocios con terraza, algo especialmente evidente en los de las zonas turísticas, pero esgrime que todo apunta a que el balance final será bueno a la vista de que los establecimientos de alojamiento anuncian elevados niveles de ocupación durante el mes de octubre.

El presidente de la Asociación de Restauración de Mallorca lanza algunas advertencias dirigidas a los sindicatos UGT y CCOO, desde los que se ha anunciado ya la exigencias de fuertes incrementos salariales para 2018. La primera es que no todos los establecimientos del ramo se están beneficiando en la misma medida de la bonanza turística, y destaca que muchos de los que se encuentran en poblaciones del interior de la isla o en barriadas del Ensanche palmesano no reciben todo ese flujo de clientes.

En este aspecto, recuerda que las empresas de restauración de Mallorca son, en su mayoría, pequeños negocios de carácter familiar que no consiguen beneficios como los que se están dando en otras actividades vinculadas al turismo, como la hotelera.

Según Alfonso Robledo, el anuncio de que se van a reclamar por parte de los sindicatos importantes incrementos salariales es incompatible con muchos de estos establecimientos, de ahí que en su opinión el resultado puede ser la reapertura de una vieja reivindicación, como es que los restaurantes, cafeterías y bares dejen de regularse por el convenio de hostelería y pasen a contar con uno propio, algo a lo que UGT y CCOO se vienen oponiendo de forma radical.