A Margalida Sotomayor, la exjefa de prensa del Consell de Mallorca en la etapa presidida por Munar, le puede costar muy caro la entrevista que concedió el miércoles a IB3 Televisión. Ante las cámaras denunció que en la cárcel de Palma se producían episodios de malos tratos y no se respetaban los derechos humanos, aunque sin aportar ninguna prueba. La exalto cargo del Consell, que fue condenada a cinco años de prisión cinco años de prisiónpor un caso de corrupción, llevaba disfrutando del tercer grado penitenciario desde el pasado mes de abril, a la espera de que se le concediera la libertad condicional. Consiguió un trabajo en una tienda de bicicletas y solo acudía a dormir al Centro de Inserción Social (CIS) de lunes a jueves. Pero ayer ya no salió. Los funcionarios le comunicaron que no tenían autorización para que abandonara el centro. El director quería hablar con ella. Fue su actual pareja quien se puso en contacto con el abogado Vicente Campaner, del equipo 25.2, para denunciar su situación. Tanto su pareja como el empresario que la ha contratado comunicaron por teléfono con el centro de Inserción. La respuesta que recibieron fue que no podía salir por las manifestaciones que había realizado en televisión, insinuando que no se respetaban los derechos de los presos.

La reacción del abogado fue inmediata. Presentó un habeas corpus ante el juzgado de guardia, solicitando la inmediata libertad de la reclusa. Al mismo tiempo, el letrado comprobó que en el juzgado de vigilancia penitenciaria no se había comunicado ningún cambio con respecto al régimen que se aplica a Sotomayor.

El juez de guardia citó al director del CIS y ordenó el trasladó de la mujer al juzgado. El magistrado denegó esta petición de libertad, por cuanto consideró que no había justificación legal porque se trataba de una persona condenada y sometida al régimen penitenciario. La orden de que no podía salir del centro se justificaba por ser una medida disciplinaria del régimen interno.

Prestó declaración

Sin embargo, aunque no se ordenó la libertad, un funcionario del juzgado de guardia tomó declaración a la exalto cargo del Consell, sin que fuera necesario que la asistiera ningún abogado, por cuanto no se le acusaba de ningún delito. Durante los casi tres años que ha estado privada de libertad en el módulo de mujeres de la cárcel de Palma ha escrito varios cuadernos, en los que ha ido relatando su experiencia penitenciaria. Al parecer, en estos documentos ha detallado lo que ella considera que han sido episodios de malos tratos a los reclusos que están internados en esta prisión. Ayer, según señalaron fuentes judiciales, en esta declaración judicial dio algunos detalles concretos de los episodios que ya insinuó en la entrevista de televisión que le realizó la periodista Neus Albis.

Al no aceptarse la propuesta de Habeas Corpus la mujer fue trasladada de nuevo al centro.

Al regresar al centro, según detallaron las mismas fuentes, se le comunicó que quedaban suspendidas las salidas que tenía concedidas. Esta medida suponía que el régimen de tercer grado que venía disfrutando desde hacía meses quedaba, al menos de momento, congelado, con la posibilidad de que fuera incluso anulado y, por tanto, podría ser trasladada de nuevo a la cárcel. La justificación oficial para adoptar esta medida disciplinaria es que Sotomayor había abandonado el puesto de trabajo, sin comunicarlo a los responsables del centro, para conceder una entrevista en televisión. El equipo jurídico que la defiende interpreta que se trata de la excusa oficial que han buscado en la cárcel, pero que en realidad supone un castigo por sus manifestaciones.

Cuando se daba por seguro que Sotomayor quedaría retenida en el Centro de Inserción a la espera de su posterior traslado al módulo de mujeres de la cárcel, por la tarde la situación cambió. Se le comunicó que podía marcharse para pasar el fin de semana fuera del centro, si bien el lunes se volvería a estudiar su situación. Por tanto, no será hasta la próxima semana cuando se decida definitivamente si como medida disciplinaria se anula o se mantiene el tercer grado que se le concedió hace ya algunos meses.

En el caso hipotético de que la obliguen a regresar a la cárcel y su abogado presente un recurso contra esta medida, la presentación de este escrito, en ningún caso, tiene un efecto suspensivo de la medida disciplinaria. El escrito se presentaría ante el juzgado de vigilancia penitenciaria, cuya contestación no suele ser nunca inmediata. Antes de que el juez se pronuncie se suele pedir toda la documentación sobre el expediente disciplinario, además de solicitar la intervención del fiscal. Después toma una decisión. El lunes Sotomayor debe regresar, de momento, al CIS.