Una amplia mayoría de dirigentes del PSIB-PSOE condenan sin paliativos el "golpe de mano" orquestado por el sector crítico para desbancar al secretario general, Pedro Sánchez. Asimismo, rechazan frontalmente lo que consideran el motivo principal que ha desencadenado la guerra civil en el PSOE: una abstención para aupar a Mariano Rajoy y al PP a la presidencia del Gobierno.

La presidenta del Govern y secretaria general del PSIB, Francina Armengol, asistió ayer a la ejecutiva federal convocada por vía de urgencia en la sede central de la calle Ferraz de Madrid. Allí Armengol apostó con claridad por el congreso extraordinario: "Ha llegado el momento de que hablen los militantes, de dar la voz a quien tiene la fuerza en el PSOE. Todos ellos tienen que decidir lo que tiene que pasar", aseveró Armengol. Acto seguido, la presidenta volvió a rechazar la abstención en favor del PP: "El PSOE debe mantener la apuesta firme por el no a un gobierno del PP. Somos un partido de izquierdas y defendemos los valores de izquierdas", apostilló recordando que ella gobierna en Balears con un pacto sustentado por Podemos y nacionalistas. La dirigente balear, una de las pocas baronesas socialistas que siempre ha apoyado a Sánchez, habló de "choque de trenes" en el seno del partido y apeló a la "la responsabilidad y el seny, como decimos en Mallorca".

Armengol tiene a toda su gente sin fisuras en la misma postura, salvo alguna excepción como el ex secretario de Estado con Zapatero, Joan Mesquida, que es partidario de negociar una abstención. Para hoy ha convocado al consejo político para posicionarse sobre la batalla interna que vive el partido a nivel nacional.

El expresident del Govern y senador autonómico, Francesc Antich, manifestaba sentirse "consternado" por la maniobra de los críticos para derrocar a Sánchez: "Cuesta mucho creer que sea razonable que a un secretario general elegido por la militancia lo puedan cesar 17", apuntaba Antich en alusión a la dimisión en masa de los críticos de la ejecutiva.

Cosme Bonet, conseller insular de Hacienda, y hombre del aparato del PSIB, no dudaba en hablar de "amenaza y golpe muy pensado" de los críticos y recordaba que los estatutos no hablan de gestoras. "Hay una gran indignación por lo ocurrido y yo confío en que impere el sentido común, salga un nuevo liderazgo que vuelva a cohesionar el partido tras el congreso federal".

El diputado nacional Pere Joan Pons aseguraba estar "muy decepcionado por lo que está ocurriendo". "Los socialistas de Balears -aseveró Pons- siempre hemos defendido la misma línea coherente que es una mayoría de cambio en el Gobierno de España y así la defendí yo en la reunión del grupo parlamentario en el Congreso. Pase lo que pase en la cúpula del partido, los socialistas de Balears seguiremos en la misma línea".

La alcaldesa de Son Servera y excandidata al Senado por el PSIB, Natalia Troya calificaba "de muy triste que 17 personas traicionen a un compañero orquestando un golpe de estas características". Troya aseguró que muchos "militantes me han comentado que nos devolverán el carné si con una abstención permitimos que el PP gobierne en España".