El obispo Sebastià Taltavull, nuevo administrador apostólico de la diócesis de Mallorca, estuvo arropado ayer por todo el clero mallorquín durante su primer gran acto oficial. Fue durante la celebración de una misa de acción de gracias en la Catedral de Mallorca junto a 200 sacerdotes llegados de todas las parroquias. Taltavull lanzó varios mensajes de unidad a la Iglesia de Mallorca, conocedor de la división existente, y afirmó que no llega a la isla como un obispo "vencedor, vengo con humildad", aseguró.

En ningún momento de la homilía Taltavull se refirió a su antecesor en el cargo, el obispo Javier Salinas, y su precipitada salida de la diócesis a raíz de su relación impropia con una mujer.

La solemne celebración religiosa contó con la asistencia de fieles que llenaron media catedral. La casi totalidad de párrocos que conforman el presbiterio estuvieron presentes en la homilía solemne. Taltavull agradeció su presencia "un sábado que en todas las parroquias hay mucho trabajo", les dijo.

La de ayer fue una jornada importante para la comunidad diocesana, ya que suponía la primera celebración del nuevo administrador apostólico como máximo responsable de la diócesis. "Ir por el mundo no quiere decir ir de vencedor. En todos los cargos que he tenido siempre he llegado con humildad y en este voy hacer lo mismo", aseveró monseñor Sebastià Taltavull. Acto seguido, recordó algunas anécdotas de sus tiempos de rector en Menorca: "Un sacerdote me dijo un día que cuando llegue a la parroquia Dios ya estará y cuando me vaya se quedará".

Durante su extenso sermón lanzó diversos mensajes de unidad, aprovechando que tenía a todo el clero sentado junto a él alrededor del altar mayor de la Catedral. "Debemos vencer los obstáculos y ayudar a recuperarse a la gente que lo necesita", añadió. También pidió evitar que estos mismos obstáculos "caigan en terreno confuso". Fueron mensajes subliminales para el dividido clero mallorquín.

De igual modo, exhibió su conocimiento de Mallorca, no en vano estudio en el Seminario de la isla, pese a ser menorquín, cuando habló del trabajo humilde y desinteresado de algunas comunidades. Este fue el caso de las monjas de Marraxinet. Tuvo palabras de agradecimiento para Caritas y su labor con los más necesitados y les animó a seguir por esta misma senda.

"Sabiduría es desear comprender a fondo la palabra de Dios, vivirla en la sencillez de la donación y el servicio a los hermanos", afirmó en su homilía. "Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia, porque cada vez que miramos a María, volvemos a creer en el aspecto revolucionario de la ternura y del afecto", concluyó su sermón de acción de gracias.

Después de la misa, el recién nombrado máximo responsable de la diócesis de Mallorca saludó uno a uno a los sacerdotes del presbiterio. De igual modo, bajó del altar mayor de la Seo para saludar a los fieles. Muchas personas se acercaron hasta el obispo Taltavull para darle la bienvenida a Mallorca. Antes de iniciar los saludos con los fieles quiso agradecer todos los mensajes de bienvenida que ha recibido de la comunidad religiosa mallorquina y aseguró que "soy feliz desde el primer día que llegué a Mallorca".