La Gran Logia de España, la más representativa de las agrupaciones masonas del país, quiere que el Parlament apruebe una proposición no de Ley por la que "se restablezca y reconozca la honorabilidad de la masonería en el archipiélago balear", según explicó ayer José Antonio de Haro, responsable de Comunicación y Relaciones Institucionales de la Gran Logia, quien ha iniciado una ronda de contactos con los grupos parlamentarios.

Por el momento, De Haro se ha reunido con representantes de Més y Podemos, que le trasladaron su disposición a respaldar esta petición, si bien consideraron que debería hacerse con la máxima unanimidad del Parlament. Antes de reunirse ayer con la portavoz parlamentaria de Podemos, Laura Camargo, José Antonio de Haro afirmó que "no existe un reconocimiento al importante papel que han jugado masones en la historia de Balears, incluyendo la represalia que sufrieron con el franquismo y los asesinados en aquella época sólo por ser masones".

Para De Haro, "ha llegado ya el momento de acabar con el estigma de ser masón" que, según dijo, todavía sigue existiendo, como lo demuestran los "actos vandálicos a nuestras sedes, con pintadas y robos, como ocurrió en la de Palma recientemente". Para ello, la Gran Logia de España está presentando su petición en varias instituciones del país. "Si el Parlament la aprobara, sería la primera Cámara autonómica en hacerlo, lo que serviría de espejo para el resto", afirma.

El responsable de comunicación de la Gran Logia de España acude a las reuniones con los grupos parlamentarios con el libro 'La Masonería en las Islas Baleares 1800-1940' de Francisco Sanllorente, doctor en Historia por la UNED, que repasa la historia de la masonería en las islas desde que nació en Balears en 1836, cuando se fundó la logia Virtud e Ilustración en Menorca. En el libro se recoge la represión a los masones mallorquines con el golpe de Estado de 1936, la Guerra Civil y la dictadura. Durante los primeros meses de la Guerra Civil los fascistas asesinaron a una docena de masones mallorquines, de los aproximadamente 30 que todavía existían.

Desde hace años, la masonería se ha vuelto a implantar en Mallorca y sus miembros vuelven a celebrar sus ritos, aunque De Haro insiste en que "aun se arrastra un estigma y hay una falta de reconocimiento al papel jugado en la historia de Balears, que ha contado con relevantes figuras que eran masones". Entre ellos, cita a Rafael Manera y Serra, alcalde de Palma entre 1869 y1872, o Jaime Valls Segura, concejal del Ayuntamiento de Palma y ex venerable maestro de la logia Pitágoras, asesinado por los falangistas tras el golpe de Estado militar de 1936.