Las cuatro chicas y dos chicos que a finales de mes serán juzgados en la Audiencia de Palma por interrumpir de manera abrupta una misa en la iglesia de Sant Miquel de Palma no están dispuestos a pedir perdón al Obispado, que ha ofrecido retirar la acusación contra ellos si admiten que erraron. Maria de Lluc Forteza, una de las chicas acusadas, y Amanda Badillo, otra joven miembro de los colectivos de apoyo a las encausadas, ofrecieron ayer una rueda de prensa en la puerta del Palacio Episcopal para sostener que su acción en Sant Miquel fue legítima, al ser una protesta contra la reforma de la Ley del Aborto.

La Audiencia tiene previsto juzgar este caso los próximos 29 y 30 del actual mes. El Obispado, representado por Miquel Arbona, reclama sendas penas de 4 años para los acusados, pero no pondría ningún reparo en retirarse del caso si aquellos admiten que obraron mal. La fiscalía pide penas más bajas para los encausados (un año y medio de privación de libertad para cada uno), que, en todo caso, no supondrían su ingreso en prisión.

Los hechos ocurrieron al mediodía del 9 de febrero del 2014, cuando la misa en la iglesia de Sant Miquel fue interrumpida de manera abrupta por la entrada en el templo de unos 30 manifestantes. Los jóvenes portaban una pancarta con el lema "fora rosaris del nostres ovaris" y se pasearon por la el templo lanzando consignas en favor del aborto libre y gratuito. El grupo se dirigió hacia el altar, donde el jesuita Norberto Alcover celebraba la eucaristía. Algunos feligreses intervinieron con rapidez y expulsaron a los manifestantes de la iglesia, sin que se produjeran otros incidentes.

La Policía inició las pesquisas y al cabo de unos días identificó a seis jóvenes y un menor de edad como participantes en la protesta.

El menor ya ha sido condenado a medidas correctivas por este caso. Existe un vídeo de los incidentes que fue difundido por los medios de comunicación.

Derecho a reivindicar

"No estamos dispuestos a pedir perdón por una actuación que hicimos de manera consciente y a la que teníamos derecho como reivindicación contra la Ley del Aborto", respondió Forteza a la pregunta de si aceptarán la propuesta del Obispado.

Los acusados y sus compañeros sostienen que son víctimas "de un juicio político" y que ellos se limitaron a reivindicar "el derecho al propio cuerpo" frente a la Iglesia católica contraria al aborto.

"Resulta intolerable que se pidan cuatro años de cárcel por aquella protesta", leyó en un comunicado Amanda Badillo.

Los acusados se autodenominan "Feministes Encausades" y han sido objeto de una campaña en las redes sociales para reclamar su absolución.

De acuerdo con las dos portavoces, 300 personas ya han firmado el manifiesto en favor de la exculpación y 60 colectivos apoyan también su causa.